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El Betis que se desangra

  • El dúo Lopera-Momparlet, en una planificación deficiente, hizo caja pero fichó mal · Tapia, obligado a hallar soluciones a las bajas que le rompieron el equipo · La cantera está desatendida y los técnicos ya no viajan

El Betis es un desastre. No hay por donde cogerlo. Ocho jornadas de Liga, sólo ocho, han resultado suficientes para dejar constancia de que la planificación deportiva de la temporada ha sido, una vez más, nefasta. A Manuel Ruiz de Lopera sólo le ha preocupado recuperar los millones de euros que iba a perder por los derechos de televisión y, otro verano más, ha confiado la política de fichajes a Manuel Momparlet, un director deportivo del que decir que está bajo sospecha resultaría incluso piadoso, ya que sus errores son contumaces y aciertos, lo que se dice aciertos, se le conocen muy pocos, por no decir ninguno. Pero, siendo éstos los principales responsables, la crisis abarca un abanico más amplio.

Lopera y el dinero

El máximo accionista nunca utilizó criterios deportivos a la hora de vender futbolistas para cuadrar las cuentas. Necesitaba equilibrar el presupuesto y traspasó a Oliveira y Mark González porque las ofertas más jugosas al club llegaron por ellos y se quedaron Emana y Sergio García sólo porque ningún club ofrecía por ellos cantidades importantes.

Ésa, la económica, fue la única razón para las ventas. Si la baja del chileno se puede dar por cubierta con Nacho y Caffa, la del brasileño, a la que unir la de Edu, quedó vacante.

Lopera, que resolvió por sí mismo su preocupación, había dejado el asunto de los refuerzos en manos de Momparlet, a quien sólo le recalcó una condición: coste cero. Y si no sabe fichar con dinero, sin él...

Momparlet no da una

Vaya por delante, para que sea evidente la gravedad del asunto, que la mayoría de las gestiones para los fichajes del Betis, fueron emprendidas pensando en Primera División.

Momparlet, quien tras ganar el equipo por 1-3 en Albacete, presumió aunque tibiamente de su gestión, está hoy escondido en los intestinos del estadio, en su despacho, del que sale habitualmente a la una y media y las ocho de la tarde con la puntualidad de un funcionario.

Hasta la fecha, Iriney y Nacho, el segundo petición de Tapia, han demostrado estar capacitados para jugar con el Betis en Segunda División, mientras que Goitia, Carlos García y, principalmente, Sunny arrojan muchas dudas.

Particularmente extraño se antoja el fichaje de un portero, ya en diciembre, cuando había otros dos en la plantilla para no traspasar a ninguno. Que una plantilla comience la Liga con tres porteros y dos delanteros habla por sí solo.

Pero es que otros futbolistas que llegaron de su mano en años anteriores, en Primera, también se muestran incapaces de marcar diferencias en Segunda. Es más, son hasta suplentes habituales.

Abandono del club

Será casualidad o no, pero desde la marcha de Paco Chaparro, quien se quemó en el Betis de tanto apretar en múltiples parcelas y descuidar por ello el equipo, no se ha hecho nada en el club.

La ciudad deportiva continúa igual, sin un solo ladrillo más ni una manita de pintura adicional. Los vestuarios siguen sin construirse y los equipos de la cantera, desperdigados, con niños cambiándose de ropa en cualquier sitio por esos campos de Sevilla.

Ítem más. Miembros del club próximos a la secretaría técnica aseguran que los viajen se han suprimido también desde antes de que acabase la anterior temporada, incluso a ciudades aledañas como era costumbre. Con menos personal en la secretaría técnica y con Ángel Becerra, el principal ojeador, doblando tareas pues trabaja también con el cuerpo técnico, el seguimiento a futbolistas es prácticamente nulo en estos momentos de la temporada, pese a que el equipo demanda al menos un futbolista por línea para optar con garantías a recuperar la categoría perdida.

Tapia, obligado a actuar

Puertas afuera da la sensación de que Antonio Tapia, quien poco a poco va conociendo el caldo de cultivo, dónde se ha metido, no ha apretado lo suficiente o nada para tener una plantilla más competitiva. Es posible que exista algo de eso, pero en todo caso la principal función de un técnico es entrenar el equipo y es en ese apartado en el que hay que exigirle más responsabilidad.

El técnico malagueño, aunque nacido en tierras cordobesas, pareció haber logrado lo más difícil, que era conformar un equipo equilibrado. Con Juanma y Nacho en las bandas, dos interiores, lo logró, pero las lesiones de éstos, sobre todo la del extremeño, le han descompensado el equipo.

Carece de futbolistas de un perfil similar en la plantilla, pero está obligado a evitar el desastre de los últimos partidos reubicando a centrocampistas. Odonkor y Caffa han sido su tumba, pero los alinea con insistencia y el equipo se le parte en dos. También se muestra contumaz con Sunny, quien ha empeorado las prestaciones de Juande.

Lopera, lógicamente, no lo cuestiona y sólo una mala racha prolongadísima daría la oportunidad a Oli, técnico del filial, pero Tapia está obligado a buscar soluciones. El equipo demanda el regreso de Melli, pese a su mal partido en Vallecas, que permitiría ubicar a Arzu junto a Iriney en el centro del campo. Juande debería acompañarlos y que Odonkor saliese del equipo. Emana, Sergio García y Pavone serían los delanteros del 4-3-3 que se antoja necesario, al menos, hasta el regreso de los interiores. En un equipo tan feble defensivamente, insistir en jugar con extremos equivale al suicidio por mediocres que sean los rivales. Y ya se ha visto.

Con todo, es la única persona en el club capaz de frenar temporalmente la hemorragia. De Lopera y Momparlet sólo se espera que abandonen la entidad de una vez por el bien de la misma y de los futbolistas...

Sin líderes en el vestuario

Como la temporada anterior, los capitanes acaban contrato y difícilmente levanten la voz. Las supuestas estrellas, Sergio García y Emana, permanecen obligadas en esta plantilla. Sólo Iriney tiene alma de líder en el vestuario, pero acaba de llegar. Pavone está muy comprometido, pero ayer no era nadie y es demasiado buena persona. A Capi le pasa algo parecido y ni es capitán siendo el más antiguo tras Rivas...

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