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La crisis va mucho más allá de Tapia

  • Lopera no sabe cómo frenar el 29-N ni reactivar su escaso crédito · El técnico es hoy, paradójicamente, su mejor baza

La reunión del consejo de administración del pasado lunes, la segunda en dos semanas, avanzada por este diario el día antes en la información correspondiente al partido de Elche, dio bastante de sí. Diversos fueron los puntos tratados en los intestinos de Heliópolis por Manuel Ruiz de Lopera y su minúsculo grupo de fieles, aunque una principalmente es la conclusión que de ella puede extraerse: el grupo rector del Betis se halla hoy absolutamente incapacitado para atajar la crisis que sufre la entidad y que arrastra al equipo y, por supuesto, no sabe qué hacer para frenar la espiral de descontento existente en el entorno verdiblanco.

La crisis, aunque se quiera centralizar en Antonio Tapia y en el grupo de profesionales que éste dirige, tiene un trasfondo considerablemente más amplio. Tanto es así que, en privado, los consejeros no se recataron en admitir que el propio equipo y el club están necesitados de medidas urgentes para restablecer un mínimo orden con el que al menos tirar hacia delante.

Lopera, quien últimamente parece hallar huecos en su agenda, en la que su casi única obsesión es la causa que instruye el juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, ha visto en primera persona el error de descuidar la situación deportiva. Él mejor que nadie sabe que si tiene algún futuro en el Betis, algo que ya se duda, éste pasa por devolver el equipo a Primera División. 27 millones de euros por televisión es mucho dinero como para, al menos, no mirar de reojo a la situación.

Tanto es así que al mandamás le hicieron ver sus compañeros de mesa que, más allá de Tapia, el equipo necesita reforzarse en el mes de diciembre. En principio, Lopera se mostró partidario de, llegado el caso, hacer un par de fichajes, seguramente un defensa central y un delantero.

No obstante, la principal baza que juega hoy Lopera es la de su propio entrenador, ya que, más allá de los dos o tres partidos que se especula pueden marcar su fecha de caducidad, sería la llegada de los triunfos frente a Las Palmas o, en su defecto, Villarreal B lo que permitiría cierto desahogo en la parcela deportiva.

Con todo, al consejo de administración le preocupa sobremanera la nueva manifestación convocada para el 29 de noviembre, con el lema Yo no voy, Betis, y de hecho ha activado los escasos resortes que aún tiene, como la Federación de Peñas, la cual, apelando al Manque pierda, intenta mediante un comunicado, que la medida de entrar 20 minutos tarde al partido Betis-Las Palmas tenga una mínima incidencia.

Detrás subyace el intento de Lopera de recuperar algo de crédito, ya que apenas le queda entre los béticos. Desde sus medios oficiales y a través de algunos consejeros afines trata, sin éxito, de que el entorno que viven la sociedad y el equipo se calme.

Si como muestra vale un botón, la encuesta puesta en marcha por Diario de Sevilla va camino de las 2.500 respuestas y prefiere en un 84% un Betis en Segunda sin Lopera el próximo 30 de junio que en Primera con él. Un dato, sin duda, elocuente y preocupante para el máximo accionista.

Y en toda la crisis, un hombre que resiste y que se siente con fuerzas para ayudar al Betis y al hombre que anuda ya las primeras lazadas de su horca. Antonio Tapia confía en su trabajo y en el de sus hombres, ya que, comenta, le llega el respaldo de la plantilla pese a las adversidades que sufre día a día.

"Dan por hecho que estamos muertos, pero yo al menos no lo estoy en absoluto. También decían lo mismo del Real Madrid e iban a echar a su entrenador y ahora está líder en la Liga y prácticamente clasificado en la Champions". Es la reflexión del técnico de Baena mientras disecciona en la privacidad de su hogar algunos de los partidos disputados por el próximo rival, Las Palmas, en esos instantes de la tarde el disputado por los insulares frente al Cartagena, en el que cayeron ante el entonces líder por 4-1.

Con esa premisa, el banquillo del Betis da la impresión de tener un candidato firme, aunque lógicamente tenga que empezar a ganar partidos con urgencia. Víctor Fernández, un técnico con el que hubo tibios contactos la semana pasada, está prácticamente descartado como eventual sustituto de Tapia. En el club también se piensa que es pronto para darle la alternativa a Oli. Otra cosa hubiese sido en la situación del año pasado, pero la presente pasa por una presión insostenible para un novato como es tener que ganar prácticamente siempre.

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