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Los humanos iban de blanco (4-0)

  • Imposible El Sevilla le aguanta al Barça la primera parte con once futbolistas que bien podrían coincidir en un bolo veraniego y acaba bailado en el Camp Nou Peligro La Liga se afea tras cuatro derrotas consecutivas

Ya lo dijo el torero. Lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. El Sevilla, con once hombres en el equipo titular que perfectamente podían haber coincidido en pretemporada en un bolo en cualquier localidad gaditana si no fuera porque estaba el debutante Stankevicius, salió goleado del Camp Nou ante un grupo de futbolistas que volvieron a ejercer de extraterrestres, si es que alguna vez dejaron de serlo haciendo el símil de lo inmensamente grande que es la calidad de su fútbol. El Sevilla, que aguantó la primera mitad con esa alineación inventada por Jiménez ante las muchísimas bajas que acumula ya sea por lesiones, golpes o por simple agotamiento, acabó bailado por la borrachera de fútbol que en el tramo final de la película sacó a relucir el Barcelona de Guardiola, que tenía además una dolorosa deuda pendiente con los blancos. Éstos constataron que son humanos y que tres veces no se le pueden pedir peras al olmo, porque ya con dos es más que suficiente.

El Barça, al que le hacían falta pocos motivos para motivarse, encima recibió en boca de vestuarios la noticia de que el Real Madrid se había dejado los puntos en Bilbao, lo que metió más gas en las botas de sus privilegiados futbolistas, que, aunque tardaron, desarbolaron a un equipo que es verdad que piensa en el partido copero del miércoles, pero que se descuelga muy peligrosamente de sus objetivos en la Liga, la competición referencia por antonomasia cuando se diseñan las temporadas.

Pero por una mezcla de varias razones eligió Jiménez el once que eligió. La Copa y Riazor pesan, claro que sí, pero también el plomo que tienen las piernas de muchos jugadores que hicieron en la última machada ante el Barça un grandísimo esfuerzo. Por eso sonaba aquello a la música -estridente al final- de la temporada pasada, cuando se presentó aquí el de Arahal con una alineación para camisa de fuerza, como la de ayer si no fuera por las circunstancias. El caso es que, con cambio de sistema incluido, trató de acumular gente allá por donde más daño hacen Xavi e Iniesta. Más o menos frenarlos por agrupamiento con una línea de tres tendente al centro, aunque los pasillos estuvieran más libres, y confiar en el nivel de atención de los centrales. De esa forma y esperando a que en cualquier chispazo Jesús Navas o José Carlos pudieran aprovechar con su velocidad los espacios libres, el Sevilla se colocó desde el inicio el impermeable para mojarse lo menos posible bajo el chaparrón azulgrana. Aquello iba a ser un asedio esperado y la presión tan arriba que empleó en el Sánchez-Pizjuán, sencillamente, era una quimera que además podía salir cara. Y de esa forma salió ileso de la primera parte, no sin tres o cuatro sustos de cierta entidad y apelando al santoral de Palop, que recordó al del miércoles particularmente en un mano a mano con Henry y en un balón envenenado que sacó a tiro de Messi.

Pero tras el descanso vendría de verdad el tsunami azulgrana. Jiménez había variado el sistema, volviendo a algo más parecido al 4-4-2 de siempre, pero casi ni dio tiempo a que se vieran sus efectos porque, como en el Calderón, una falta -esta vez de Lolo- dio origen a otro gol en propia meta -esta vez de Escudé-, con lo que todo el trabajo de la primera mitad, meritorio porque los mimbres eran los que eran y el Camp Nou empezaba a impacientarse, se iba a ir por el husillo de un plumazo.

Encarrilado lo que apuntaba a fiesta, el Barça fue muy pronto el Barça de siempre porque con esa amplitud de campo que ordenó Jiménez en la caseta y que hizo retroceder a Stankevicius al lateral, los huecos entre los centrales comenzaron a aparecer y a Xavi ya se le veía frotándose las manos. La grada empezaba a clamar por el gol número cien de Messi y fueron cayendo como churros en aceite caliente. Primero el de Pedro, en la zona de nadie bien buscada por Xavi entre Escudé y Dragutinovic, luego el centenario del argentino y, por último, el 101, también a la zona crítica de los centrales y con Abidal como pasador de lujo.

Nadie se extrañó al final porque no podía ser de otra forma, pero sí que había que puntualizar que la imagen decayó preocupantemente durante la segunda mitad, cuando había en el campo más jugadores profesionales que en los primeros cuarenta y cinco minutos. Habrá que esperar a que la racha de lesiones pase, pero la Liga es la Liga y, si bien caer en el Camp Nou entraba dentro de lo asumible, en ningún caso estaban en el guión las tres derrotas anteriores que sitúan al Sevilla en una situación que, de no ser por la Copa del Rey y la reciente gesta ante su verdugo de ayer, haría que se convocara el gabinete de crisis. Ahora y, para qué negarlo, también antes, la mente está en Riazor, donde el miércoles se miden dos equipos compuestos por seres humanos. Los extraterrestres, aunque a veces adopten otra apariencia, siempre lo serán.

Árbitro: Delgado Ferreiro H (vasco). Fue duro con Lolo en la falta que dio origen al 1-0.

Tarjetas: Amarillas Marc Valiente (35'), Lolo (47'), Fernando Navarro (55'), Busquets (63') y Duscher (74').

Goles 1-0 (48') Escudé, en propia puerta. Falta que saca el Barça y que acaba con el francés interceptando un pase de Márquez ante Palop. 2-0 (69') Pedro. Pase al hueco magistral de Xavi que el canterano culmina con una vaselina. 3-0 (83') Messi. El argentino bate por bajo a Palop tras un pase de Daniel que no remata Pedro. 4-0 (90') Messi. Abidal ve el hueco entre la defensa y el argentino marca con sutileza.

momentos clave 5' Ibrahimovic falla incomprensiblemente en la boca de gol con Palop batido. 12' Palop salva con el cuerpo un mano a mano con Henry fuera del área, en la media luna. 34' Palop saca una mano milagrosa tras un tiro de Messi que se envenena al tocar en Lolo.

Incidencias: Encuentro de la decimoctava jornada de la Liga BBVA disputado en el Camp Nou ante unos 84.000 espectadores. Minuto de silencio en memoria de las víctimas de Haití.

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