Con bastantes probabilidades de que todo derive en un final positivo para ambas partes, Luis Aragonés estudia en estos momentos la oferta que en el día de ayer le presentaron José María del Nido y Monchi en representación del Sevilla. Los tres se vieron al mediodía de ayer en un almuerzo en un punto estratégico entre Madrid y Sevilla, Córdoba, y la predisposición para que el técnico de Hortaleza sea el sustituto de Jiménez en el banquillo es tal que posiblemente esta misma mañana se llegue a un acuerdo y sea anunciado oficialmente como entrenador del equipo nervionense.

En palabras de los protagonistas, las partes se dieron ayer "24 horas" para estudiar la situación, una situación que ahora mismo está de la siguiente manera: el Sevilla quiere que Luis termine la temporada y reconduzca la situación metiendo al equipo en la Champions y, por supuesto, tratando de alzar el título de Copa. El de Hortaleza ha exigido en la negociación que la vinculación se prolongue durante la próxima campaña, algo a lo que, si bien en principo no era la idea de Del Nido y Monchi -que preferían otro tipo de proyecto- no se oponen, pero supeditado a que cumpla una serie de objetivos, para lo que no hay que ser muy listo para adivinar que es dejar clasificado al equipo tercero o cuarto como mínimo. El problema es que Luis quiere asegurarse la continuidad sin esas condiciones, a lo que el Sevilla sí se opone.

De todas maneras, el club espera que Luis dé el sí. De hecho, el de Hortaleza, que estuvo en Córdoba acompañado por su abogado, se ha llevado consigo incluso los contratos redactados con la oferta del Sevilla, siempre incluyendo esas condiciones para el segundo año. El propio Luis dejaba caer a la salida de la reunión en el Parador cordobés que le seduce mucho la idea. "En la reunión cada uno ha expuesto sus cosas y nos hemos dado 24 horas para meditar, pero no hay un desacuerdo", dijo al tiempo que expresaba sus ganas de volver a un vestuario que conoce: "Es ilusionante, entrenar siempre es una ilusión y más a este Sevilla que está en un momento tan bueno".

Lógicamente, el mensaje de las dos partes era el acordado y así, Del Nido se refería en muy similares términos. "Hemos hablado de lo divino y de lo humano, hemos valorado los pros y los contras, las posibilidades, a dónde queremos llegar y cuál es el proyecto de futuro. Yo creo en él, pues si no, no estaría aquí", dijo.

El Sevilla espera para hoy la respuesta de Luis, la mejor opción de las que se han barajado dentro del club una vez que se tomó la decisión de acabar con el capítulo de Jiménez. Entre ellas, debido a que hay pocos entrenadores en paro, estaba también Juande Ramos, con el que Del Nido estaba dispuesto a limar asperezas por el bien de la entidad, pero el riesgo que se corría con la vuelta del manchego también era importante. Primero había que ver con qué talante hubiera llegado, añadiéndose la circunstancia de que también podía crear una división entre los aficionados por la manera en que dejó al equipo cuando se marchó al Tottenham por la mejor oferta económica. Se repetiría, por tanto, el debate y la erosión desde el entorno del proyecto deportivo al mínimo resultado desfavorable. La opción de Laudrup no gusta a los técnicos y la verdad es que no hay mucho más.

En lo que refiere a la decisión en sí de destituir a Jiménez, el club, tras una ronda de consultas con los pesos pesados del vestuario, entendió que el mensaje del arahalense había dejado de calar en el futbolista, si bien no se olvida que esto ha sido así casi de la noche a la mañana, justo después de que se produjera la eliminación de la Champions.