No cabía en el traje Pepe Mel de felicidad después de que el Betis ganase al Barcelona, pero no levanta el técnico verdiblanco ni un palmo los pies del suelo, ya que lo primero que dijo en rueda de prensa fue que "el sábado hay volver a jugar y en eso hay que pensar desde ya".

No en vano, el madrileño, que espera "no tener más secuelas por el desgaste producido por la eliminatoria", señaló que mientras sus futbolistas derrochaban esfuerzo contra el Barça "el Rayo y el Celta, los rivales de verdad, estaban en casa viendo el encuentro por la televisión". Sin embargo, el preparador heliopolitano destacó que "en casa, con la afición delante, no valía hacer cualquier cosa". "Es una pena que en la ida encajásemos un 5-0 que me pareció injusto, y aun así en el minuto 16 Jorge Molina tuvo el 3-0. Cuando dije que la eliminatoria estaba al 50% lo hacía porque no íbamos a regalar nada".

En este sentido, el entrenador bético añadió: "Intentamos competir no un partido, sino 180 minutos. Creo que lo hemos conseguido, que hemos disfrutado jugando y hemos hecho disfrutar, y eso sin Emana, Miguel Lopes, Dorado..., que seguro nos hubieran ayudado". La eliminación, sin embargo, "es un triunfo institucional, aunque en lo deportivo la Copa costó caro por los lesionados", añadió Mel, que afirmó: "En Getafe y Zaragoza jugamos muy buen fútbol. También los dos partidos con el Barcelona, y eso, al menos, nos valdrá para reforzar nuestra autoestima y ganarnos el respeto del fútbol nacional. Sabíamos que no pasaríamos, pero no queríamos perder la eliminatoria de cualquier forma".

El técnico verdiblanco se refirió al hecho de que la afición vitorease su nombre. "Tengo la suerte y la desgracia de que el público tiene a uno de ellos en el banquillo, así que la responsabilidad es doble: la profesional y la sentimental. Este club hay que llevarlo a Primera porque si no se nos muere, pero hay que seguir así porque el sábado hay que competir en Villarreal y nos queda un camino largo por recorrer", aseguró.