La visita al Palacio de San Telmo, donde el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán recibió al Betis, puso fin a los actos oficiales por el ascenso. "Estamos en la casa de todos los andaluces y queremos que este nuevo Betis los represente", señaló el vicepresidente, José Antonio Bosch, quien asumió el discurso oficial ante la afonía de Rafael Gordillo.

La idea del consejo es la de recuperar la simpatía que el Betis despertaba por toda España. "Los colores de nuestra camiseta coinciden con los de Andalucía y nuestro nombre le corresponde al río que vertebra la comunidad. Por suerte o desgracia, no tenemos el nombre de una ciudad, pero queremos representar a Andalucía, por lo que ofrecemos este ascenso a todos los andaluces y no sólo a los sevillanos", manifestó Bosch.

En San Telmo esperó al Betis el Consejero de Comercio, Turismo y Deporte, Luciano Alonso y el mencionado Griñán, al mismo tiempo que una gran cantidad de niños que querían fotografiarse con sus ídolos. "Hoy celebramos la vuelta a la normalidad. Un equipo de primera vuelve a Primera. El Betis no es un club cualquiera, sino uno de los que cuenta con una mayor audiencia en España y el mundo", señaló Griñán, quien lanzó un guiño a Mel: "El Betis ha roto la teoría de que no se puede subir sin jugar bien al fútbol. Ha jugado en la Segunda como un grande y han demostrado que Mel y la plantilla creen en el fútbol. Lo puede atestiguar el campeón de Liga. El Betis no ha renunciado nunca a su estilo, ni en la racha de derrotas. Espero que vuelvan pronto con un título". Para finalizar, Griñán tuvo un recuerdo para Miki Roqué: "Un saludo especial para un joven futbolista al que desde aquí le deseamos una pronta mejoría".

La plantilla, que acudió esta vez sin Emana y sin el preparador físico, Jesús Paredes, que contaba con el permiso del entrenador, se dio otro baño de masas, aunque fuera únicamente en el interior de San Telmo. Gordillo recibió otro aluvión de peticiones e incluso Bosch le hizo de improvisado fotógrafo, antes de hacerle entrega a Griñán de una camiseta, un balón y un banderín del Betis firmado por la plantilla y el cuerpo técnico. "¡Viva el Betis!", gritó un cochero a la expedición bética cuando se marchaba en autobús de San Telmo, poniendo fin a los actos por el ascenso.