Economía

El olivar arrastra esta campaña pérdidas de 600 millones de euros

  • COAG lamenta el "precio ruinoso" del aceite durante las cuatro últimas campañas en Andalucía, donde se acumulan 2.500 millones en pérdidas · El almacenamiento privado es para el sector el único salvavidas

Los olivareros andaluces acumulan más de 2.500 millones de euros en pérdidas tras las cuatro últimas campañas. En lo que va de temporada, la caída casi alcanza los 600 millones y podría llegar a los 800 si continúa la tendencia a la baja, según informó ayer la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos de Andalucía (COAG-A) ayer, que insistió en que los precios ruinosos son el causante de esta crisis.

El responsable regional del sector del aceite de oliva y secretario provincial de COAG Córdoba, Francisco Garrido, afirmó que el año pasado las pérdidas eran de similar cuantía.

Las provincias que han sufrido más dificultades esta temporada son Jaén y Córdoba, con 200 y 100 millones respectivamente. Granada se ha dejado 62 millones, seguida de Sevilla con 41 millones y Málaga con 24.

Garrido reiteró que el endeudamiento que sufre el sector olivarero está provocando que los agricultores de las zonas rurales no puedan continuar con las cosechas, a pesar de contar con el pago único, ya que no tienen suficientes medios para mantenerlas.

Durante el último año, la producción ha estado un 1% por debajo de la campaña pasada y un 16% por encima de las cuatro últimas. La comercialización del aceite desde que empezó la campaña, el 1 de octubre de 2011, hasta el momento actual, es de cerca de 847.000 toneladas en Andalucía.

El precio del aceite es el principal motivo de la crisis por la que está pasando el sector. El coste medio del aceite virgen extra se situó a inicios de la campaña en unos 2 euros/kilo (ahora está en 1,82), lo que ha supuesto "un descenso muy brusco", según Rafael Civantos, miembro de la ejecutiva de COAG Andalucía y secretario provincial de COAG Jaén.

Civantos apuntó que durante esta campaña las exportaciones han crecido un 10% respecto al año pasado, y las existencias de aceite en las almazaras son un 19% superiores a la media de las cuatro últimas campañas. Además, el comercio exterior ha crecido un 24% en relación a la media de las cuatro campañas anteriores. Por otro lado, el mercado interior ha aumentado un 2% con respecto a 2010 y un 1% respecto al último lustro.

COAG piensa que todo ello muestra que el mercado del aceite de oliva se ve sometido a las "presiones de las industrias y las grandes cadenas, que controlan la mayoría de las operaciones comerciales" llegando a faltar a la ley de oferta y la demanda, que colocaría el precio del kilo de aceite a 2,40 euros y no a poco más de un euro, como se puede encontrar en grandes superficies.

Por otro lado, COAG denunció las malas prácticas que vienen asumiendo las grandes industrias: además de la conocida venta a pérdidas, la alteración de la norma de calidad mediante un sistema de etiquetado que no corresponde al producto que marca y que por tanto confunde al consumidor. "Es necesario el establecimiento de una norma exhaustiva que refleje la realidad del producto", anunció Civantos. Con este objetivo, COAG Andalucía ha exigido de forma reiterada la activación urgente del almacenamiento privado, al ser el único instrumento que permitiría la reactivación inmediata de los precios en origen, aunque por ahora Bruselas no trague.

El umbral que activa de forma inmediata el almacenamiento, está en 1,77 euros por tonelada de aceite de oliva virgen extra y 1,71 en el caso del aceite virgen, "precios muy alejados de los costes del sector".

La organización se ha encontrado con "el rechazo sistemático de la UE", que según explica Civantos, no dudó en aprobar otras peticiones de almacenamiento de productos que afectaban a Francia o Alemania, ya que "su peso político es mayor".

La Interprofesional del Aceite de Oliva, de la que COAG forma parte, ha aprobado una nueva norma que supone el mantenimiento del pago de seis euros por tonelada de aceite, de modo que productores y comercializadores aportarán tres euros por tonelada. Así se pretende garantizar el futuro del sector, "abriendo nuevos mercados en los que el producto tiene menor presencia".

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