Renfe, y en particular la operadora de mercancías, tiene varios problemas: su alta estructura de costes, un déficit que se repite año tras año, la baja productividad... Y la solución pasa por cambiar de modelo. Público, sí, pero abierto a la competencia y dispuesto a dar entrada al capital privado.

Esa fue la tesis de la conferencia en la sede sevillana de la Escuela de Organización Industrial (EOI) del presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, que clausuró la jornada Retos estratégicos en el sector de transportes y logísticas en Andalucía. El evento estuvo organizado por PwC y Andalucía Económica.

Durante su intervención, Gómez-Pomar se refirió a que, en lo que se refiere a las mercancías, el reto es alcanzar "un acuerdo estable con un operador o un conglomerado que aporte masa crítica a Renfe". "Según un estudio de PwC -explica- Renfe sólo cubre el 40% del total de la cadena logística; y ante esto caben dos soluciones: intentar cubrir tú mismo el resto con acuerdos puntuales, o dar entrada a inversores permanentes capaces de cerrar ese circuito e integrar el transporte en ferrocarril en el sector de la distribución", afirmó. Gómez-Pomar No descarta la entrada de un operador extranjero (se ha hablado de la alemana Deutsche Bahn), pero también dice que es pronto para afirmar algo con seguridad. "Estamos dando los primeros pasos".

Claro que, en paralelo a la entrada de inversores, el país necesita solucionar algunos de los problemas estructurales del tren de mercancías en España. "España no es el modelo territorial idóneo para las mercancías: tiene problemas de configuración importantes, de accesibilidad a los puertos y carece de centros logísticos donde el tren pueda entrar con facilidad". Gómez-Pomar aludió a la fuerte acumulación de inversiones en algunos puertos, "a las que el transporte le tiene que dar una solución". El plan de infraestructuras que el pasado martes presentó en el Congreso la ministra de Fomento, Ana Pastor, "presta atención", afirmó el presidente de Renfe, a la resolución de este "cuello de botella".

Aparte, Renfe tiene disfunciones internas, como la "baja productividad". "De promedio, un maquinista hace 14.000 kilómetros. O hay muchos maquinistas o se hacen demasiado pocos kilómetros". El principal directivo de la compañía ferroviaria habló, también, de "un exceso de personas en Renfe, y con una edad media elevada", lo que debe conducir a "un proceso voluntario de regulación de empleo".

Las pérdidas también son un lastre. El déficit de Renfe Mercancías fue de 138 millones en 2011, con una facturación que rondó los 230 millones. "Eso fue así porque la auditoría rebajó el valor de nuestras participaciones en las sociedades comercializadoras", afirmó Gómez-Pomar, que apoya la unión del área de mercancías en una sola compañía, para así lograr una fortaleza suficiente para un servicio competitivo. "Que se puedan aligerar costes y bajar los precios significa desarrollar el mercado y eso es bueno para todos", dijo, en referencia a la posible preocupación de los operadores privados. Renfe creará una sociedad de alquiler con el objetivo de que éstos puedan entrar en el mercado sin las altas inversiones en compra de material.