Economía

"Las reformas evitarán otra crisis por malo que sea el Gobierno que venga"

  • Rajoy saca pecho de la batería de medidas impulsadas por su Ejecutivo, cuyos resultados "serán sorprendentes cuando los analice la historia" Arropa en Sevilla al líder del PP andaluz.

Como una suerte de relato, que tiene prinicipio, nudo y deselance y, en algunos casos, un Continuará sobre el fondo de negro de la pantalla. Como una cronología que arranca desde lo que encontró el Gobierno del PP a su llegada a la Moncloa en noviembre de 2011, pasando por las reformas impulsadas por su Ejecutivo desde entonces, hasta llegar a los datos económicos actuales que arrojan los indicadores internacionales. El Continuará de esta Breve historia de España versión Rajoy es esa proyección futura de la economía de un país que crece pero arrastra.

De este modo estructuró el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el discurso que pronunció ayer en Sevilla ante más de 300 empresarios andaluces en el que estuvo arropado por la plana mayor del PP andaluz, liderada por Juan Manuel Moreno Bonilla, así como por los vicesecretarios nacionales Carlos Floriano y Javier Arenas.

De sus papeles leyó el líder del PP un mensaje claro: "Gracias a nuestras reformas, por muy malo que sea el Gobierno que venga será imposible otra crisis igual".

En su primera visita a Andalucía tras el resultado de las elecciones europeas -en el que la victoria en las urnas del PP no logró esconder el enorme batacazo de los dos grandes partidos frente a las formaciones políticas emergentes-, el presidente del Gobierno trajo un mensaje asentado en datos económicos con leves -levísimas- pinceladas de autocrítica por la dureza de las reformas emprendidas por sus ministros y con una llamada al optimismo, la esperanza en el futuro e incluso el orgullo nacional. "España no es un país cualquiera, es una nación de 500 años de historia, la más vieja de toda Europa y la primera que consiguió su unidad nacional". Clase de Historia y recado a Artur Mas. De este talante llegó ayer Mariano Rajoy a Andalucía, el feudo cuyo gobierno se le resiste de manera crónica se le resiste al PP.

Esta primera visita a Andalucía, de la que dijo sentirse "orgulloso por conocer todas las  capitales de provincia y muchos ayuntamientos", y de la que subrayó que "tiene mucho que decir sobre el futuro de nuestro país", coincide en el tiempo con la fortaleza exhibida por Susana Díaz en el reciente proceso de primarias del PSOE.

Metido de lleno en los datos,  Rajoy pronosticó que "la economía española crecerá un 1,2% en 2014 y un 1,8% el próximo año", unas previsiones que han revisado al alza tanto el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Comisión Europea (CE), dijo. Unos cálculos que quiso compartir con los principales representantes del empresariado andaluz, de las entidades financieras y de varias instituciones que acudieron diligentes al acto organizado por la Fundación de las Cámaras de Comercio de Andalucía en el club Antares de Sevilla y que presentó el presidente de la Cámara hispalense, Francisco Herrero, quien volvió a reclamar al Gobierno su compromiso con el dragado del Guadalquivir.

El jefe del Ejecutivo aludió a las "difíciles" decisiones que tuvo que tomar en el arranque de su mandato -"que me reprocharon mis amigos en la Nochevieja de 2011"- porque las consideraba imprescindibles para retirar al país del borde del "abismo", el lugar donde asegura que se encontró las arcas españolas que legó Zapatero.

Dos años y medio después, y una vez ahuyentado "el miedo a un rescate" -"como ocurrió con vecinos de la zona euro" y que es, dijo, "la pérdida de la soberanía nacional en cuestiones económicas"-, Rajoy celebró "el cambio importante" que se ha registrado en el crecimiento y el empleo. "En el primer trimestre del año, España ha sido el segundo país que más ha crecido de la zona euro" y por primera vez desde el comienzo de la crisis están mejorando las cifras del paro y de las afiliciaciones a la Seguridad Social en términos interanuales, apuntó.

Esta situación "no cae del cielo", recalcó, sino que es fruto del "esfuerzo" de todos los españoles y de las reformas que ha puesto en marcha: la reforma fiscal, el Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) o el pago a proveedores fueron algunos de los programas que quiso recordar el presidente en su intervención. Reformas que han tenido como objetivo, a juicio de su principal impulsor, el mantenimiento de los pilares del Estado de bienestar, como son las pensiones, la educación y la sanidad pública, un tridente que, subrayó, "ya quisieran muchos países de la zona euro".

Bajo la publicitada marca de "segunda generación de reformas", Rajoy anunció que continuará con ese espíritu reformista adoptando las medidas que siga necesitando España, un país "con fundamentos" en el que lamentó  las críticas continuadas "de algunos". En ningún momento el presidente se refirió a la oposición de otra forma que no fuera ésta. 

No en vano, más que en las valoraciones inmediatas, el presidente confía en el juicio que haga la Historia, con mayúsculas. "Cuando la Historia analice los datos, los resultados van a resultar sorprendentes", presumió. Y continuó: "Las cosas mejoran aunque queda muchísimo por hacer. Y tengan la certeza de que lo vamos a hacer". Rajoy reconoció ante los empresarios andaluces que el crédito no fluye del modo que debiera. "Las entidades [bancarias] están un poco mejor, pero el presidente del Gobierno no está satisfecho con la situación del crédito en nuestro país y es una de las asignaturas pendientes", señaló.

Las alabanzas a las pequeñas empresas -de las que dijo que la recuperación económica se consolidará cuando las pymes se consoliden- y un repaso a los logros de la exportación española y de los grandes proyectos internacionales, como el AVE de la Meca a Medina, pusieron el broche al relato que Rajoy hace del bolsillo de los españoles de noviembre de 2011.

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