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Economía

25 bancos europeos suspenden en solvencia

  • El BCE detecta un déficit de capital total de 25.000 millones y un ajuste del valor de los activos de 37.000 millones. Se trata de de Italia, Grecia, Chipre, Eslovenia, Bélgica, Portugal, Austria, Irlanda, Alemania y Francia.

Un total de 25 bancos europeos, entre ellos el español Liberbank, han suspendido este domingo el examen a la banca realizado por el Banco Central Europeo (BCE) a las 130 mayores entidades de la eurozona, con un déficit de capital de 25.000 millones de euros a finales de 2013. Se trata, además, de nueve entidades italianas, tres en Grecia y Chipre, dos en Eslovenia y Bélgica, y una en Portugal, Austria, Irlanda, Alemania y Francia

Los países donde se ha detectado un mayor déficit de capital para hacer frente a posibles crisis son Italia (9.700 millones de euros), Grecia (8.700 millones), Chipre (2.400 millones), Portugal (1.100 millones), Irlanda y Austria (900 millones), Bélgica (500 millones), Alemania (200 millones) y Francia y Eslovenia (100 millones). 

No obstante, una docena de estos 25 bancos suspendidos ya han cubierto 15.000 millones de déficit durante los primeros meses de 2014 y no deben tomar nuevas medidas. En el caso de Liberbank, el déficit de capital detectado era de 30 millones de euros, que se ha cubierto con 640 millones. 

Los 13 restantes disponen ahora de dos semanas, hasta el 10 de noviembre, para enviar su plan de recapitalización al BCE. 

Se trata de los italianos Monte dei Paschi di Siena (2.110 millones), Banca Popolare di Milano (170 millones) Banca Popolare di Vicenza (220 millones) y Banca Carige (810 millones); los griegos Eurobank (que necesita 1.760 millones) y National Bank of Greece (930 millones); el chipriota Hellenic Bank (180 millones); los eslovenos Nova Ljubljanska Banka (30 millones) y Nova Kreditna Banka Maribor (30 millones); el portugués Banco Comercial Portugués (1.150 millones); el austríaco Oesterreichischer Volksbanken (860 millones); el irlandés Permanent Tsb (850 millones) y el belga Dexia (340 millones). 

El resto de bancos que suspendieron el examen pero que ya han cubierto la brecha de capital y no deben tomar nuevas medidas son, además de Liberbank, los italianos Veneto Banca, Banco Popolare, Credito Valtellinese, Banca Popolare di Sondrio y Banca Popolare dell'Emilia Romagna; los chipriotas Cooperative Central Bank y Bank of Cyprus; el griego Piraeus Bank; el alemán Münchener Hypothekenbank; el francés Caisse de Refinancement de l'Habitat y el belga AXA. 

La revisión realizada por el BCE mostró que el valor en libros de los activos de los bancos debía ajustarse en 48.000 millones de euros, de los cuales 37.000 millones no han generado déficits de capital. Ello significa que el impacto global del ejercicio en la banca europea, sumando el ajuste de 37.000 millones y el déficit de capital de 25.000 millones, asciende a 62.000 millones de euros. 

El mayor ajuste se ha realizado en Italia (12.000 millones), seguido de Grecia (7.600 millones), Alemania (6.700 millones), Francia (5.600 millones), Holanda (3.800 millones) y España y Austria (3.000 millones).

Detectada una morisas adicional de 136.000 millones

Además, utilizando una definición estándar de los créditos morosos (9 meses sin pagarse), el examen del BCE detectó una morosidad oculta de la banca europea de 136.000 millones, que aumenta el total hasta 879.000 millones. 

Las pruebas de resistencia mostraron además que, en un escenario de fuerte estrés, el nivel de capital de máxima calidad de la banca (common equity Tier 1, que mide la fuerza financiera de las entidades) baja en alrededor de 263.000 millones. Esto se traduciría en una reducción de la ratio de capital media de los bancos en cuatro puntos porcentuales, del 12,4% al 8,3%. Esta reducción es superior a la de anteriores tests similares, y demuestra el "rigor del ejercicio", según el BCE. 

España está entre los países donde menos cae la ratio media de capital en un escenario de máximo estrés (2 puntos), junto con Eslovaquia y Malta. En el extremo contrario se encuentran Eslovenia (15 puntos), Grecia (10 puntos), Chipre (9 puntos), Bélgica (7 puntos), o Irlanda (6 puntos). 

Las entidades examinadas debían alcanzar una ratio mínima de capital de máxima calidad del 8% de sus activos en el escenario base de los test de estrés, mientras que en el escenario adverso debían mantenerse en al menos un 5,5%. 

Desde que se anunció el examen a la banca en julio de 2013, los 30 mayores bancos participantes han llevado a cabo varias medidas, incluido un aumento de capital de 60.000 millones de euros, para reforzar sus balances por un total de 200.000 millones de euros. Según el BCE, estas medidas previas han contribuido al éxito de los tests. 

Los bancos que todavía requieren capital adicional deben enviar ahora al Banco Central Europeo (BCE) planes con las medidas que piensan adoptar para recapitalizarse en un plazo de dos semanas. A continuación, dispondrán de entre seis y nueve meses para cubrir sus déficits de capital. 

La factura deberá ser pagada en primer lugar con soluciones privadas y recursos internos, vía los accionistas y los acreedores junior, como preferentistas o titulares de deuda subordinada. Sólo si esto no resulta suficiente, las entidades podrán solicitar ayudas públicas, que en primer lugar serán nacionales. Si algún Estado miembro no cuenta con recursos suficientes, podrá pedir un rescate bancario a la UE similar al español. 

El objetivo de los test de estrés es identificar los problemas que todavía quedan en el sistema financiero europeo justo antes de que el BCE se convierta en el supervisor único de la eurozona, algo que sucederá el 4 de noviembre. Con ello se pretende completar la reestructuración bancaria y recuperar la credibilidad ante los mercados para poder reactivar el crédito a la economía real. 

Las dos anteriores rondas de test de estrés, llevadas a cabo por la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) fracasaron a la hora de detectar los problemas del sistema bancario europeo. La primera ronda, en 2010, no identificó la crisis de las entidades de Irlanda, que dos meses después tuvo que pedir el rescate. En la segunda, en 2011, no se detectaron las dificultades de las cajas españolas ni de la banca chipriota.

Más de 6.000 expertos han examinado 800 carteras individuales en detalle. 

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