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Economía

Gonzalo Urquijo asumirá la Presidencia de Abengoa tras la junta del 22 de noviembre

  • La familia Benjumea tendrá el 1,4% del capital si acepta la unificación de acciones. Javier Targhetta, presidente de Atlantic Copper, entrará en el nuevo consejo.

La refundación de Abengoa ya tiene fecha. La compañía ha convocado para el próximo 22 de noviembre la junta de accionistas en la que se ejecutará la reestructuración de su capital y el nombramiento de un nuevo consejo de administración con siete miembros en el que, por primera vez desde su el nacimiento de la compañía en 1941, no se sentará ningún miembro de las familias fundadoras. Gonzalo Urquijo, presidente de ArcelorMittal España y hombre fuerte designado por la banca el pasado verano para pilotar el rescate, será el único consejero con carácter ejecutivo y se convertirá en el nuevo presidente de Abengoa. Urquijo, que ya ejercía de facto el mando de la compañía, sustituirá a Antonio Fornieles, primer ejecutivo de la compañía desde el pasado mes de marzo, cuando reemplazó a José Domínguez Abascal, y cercano al ex presidente Felipe Benjumea. 

El consejo estará formado por otros seis integrantes, todos ellos de carácter independiente, que han sido seleccionados por una consultora externa a Abengoa, según el orden del día de la junta de accionistas remitido esta mañana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores. Entre ellos se encuentran representantes del empresariado andaluz como el presidente de Atlantic Copper, Javier Targhetta. También se sentarán en el consejo José Luis del Valle Doblado, presidente de Lar España, y que ha desempeñado altas responsabilidades en Banco Santander, Iberdrola, Gamesa, Ges, Ocaso o Accenture; Manuel Castro Aladro, fundador de GRC y ex miembro del comité ejecutivo del BBVA; Ramón Sotomayor Jáuregui, consejero delegado de Thyssenkrupp; José Wahnon Levy, consejero en Ezentis y Dexia España y con experiencia en PwC; y Pilar Cavero Mestre, socia de honor del despacho de abogados Cuatrecasas.

La compañía también ha propuesto la unificación del capital en una sola categoría de acciones. Desde octubre de 2012, los títulos se dividen entre los de clase A, que otorgan 100 derechos de voto por acción, y los de clase B, con un solo voto por título. Esta división ha permitido que Inversión Corporativa –la sociedad a través de la cual la familia Benjumea y el resto de accionistas históricos– controle el 50% de los derechos políticos con menos del 23% de las acciones. sí, cada 1.000 acciones de clase A emitidas y en circulación darán derecho a recibir 1.915 títulos de la nueva clase de acciones ordinarias. Con la ecuación de canje propuesta, su participación se reducirá al 1,4% de la Nueva Abengoa. No obstante, este punto del orden del día "no es vinculante para la viabilidad del plan de reestructuración". Los actuales accionistas también deberán dar luz verde a la operación acordeón de disminución y posterior ampliación de capital que facilitará la cesión del control a sus acreedores.

La convocatoria de la junta de accionistas fue comunicada al mercado antes de la apertura de la sesión. La CNMV acordó la suspensión de la cotización de las acciones de Abengoa durante una hora. Los títulos de clase B regresaron con un alza del 6,5% respecto al cierre del jueves, aunque su revalorización se ha moderado hasta el 4,1% a media sesión. Por su parte, las acciones de clase A caen un 3,6%.

La inyección de los 1.170 millones se articulará en tres tramos, y estos fondos disfrutarán de un grado de protección superior a la deuda preeexistente en caso de impago. El tramo principal, de 945,1 millones de euros y con un vencimiento de 47 meses, incluye las refinanciaciones de los créditos de diciembre de 2015 y el pasado mes de marzo –106 y 147 millones, respectivamente–. Las entidades que lo financien recibirán el 30% del capital de Abengoa tras la reestructuración. Este tramo está garantizado por las joyas de las corona: el 41% que Abengoa posee en Atlantica Yield, filial que cotiza en EEUU a la que traspasó algunos de sus activos más valiosos para desconsolidar la deuda vinculada a ellos; y el proyecto A3T de México, el tercer tren de la planta de cogeneración que construye para Pemex en México y que está a punto de culminar su construcción.

El segundo tramo tiene un importe de 194,5 millones e incluye la refinanciación del crédito del pasado mes de septiembre. Está garantizado "por determinados activos del negocio de ingeniería", y otorga a sus financiadores el derecho a recibir el 15% del nuevo capital. 

El tercer tramo, de 30 millones, suscrito por Crédit Agricole según fuentes cercanas a la operación, tiene la "finalidad exclusiva" de asegurar financiación adicional para finalizar el proyecto A3T, si fuera necesaria. Otorgaría el derecho a recibir el 5% del capital

A esta cantidad, hay que sumar 307 millones en avales financiados por varias entidades bancarias. En ellos participa el Estado a través de la aseguradora con mayoría de capital público Cesce, con un riesgo de 153 millones de euros. Según fuentes conocedoras del proceso, el Gobierno está dispuesto a tomar parte en el rescate. Estos avales elevarían el importe de la operación hasta los 1.477 millones de euros.

Además de la inyección de capital, se reestructurará la deuda corporativa, que ascendía a 8.735 millones al cierre de 2015. Los acreedores que se adhieran al plan recibirán hasta el 40% de las nuevas acciones tras capitalizar deuda por el 70% de su valor nominal. El 30% restante se les abonará con un interés del 1,5% anual en un plazo de entre 66 y 72 meses, en función de si participan también en la financiación de los avales o no. En el primer caso, la deuda será calificada como senior, con una protección mayor. Si por el contrario el acreedor no se convierte en avalista, tendrá consideración de deuda junior. Si tras la reestructuración el endeudamiento excede de 2.700 millones de euros, los titulares de la deuda junior podrían sufrir una quita de hasta el 80%. Esta medida se debe a la intención de que la nueva Abengoa eche a andar con un apalancamiento total inferior a los 4.000 millones de euros -una vez sumada la inyección de liquidez 1.169,5 millones-. 

Para incentivar la adhesión de los acreedores, el acuerdo recoge que las entidades que no opten por capitalizar deuda sufrirán una quita del 97% y el 3% restante se les abonará a diez años sin intereses. El accionariado de la empresa sufrirá una revolución. Según fuentes cercanas a la operación, en torno al 50% del capital quedará en mano de los fondos de inversión. La banca acreedora recibirá el 40% de los títulos. Otro 5% se reservará para las entidades que financien los avales que precisa Abengoa. Y el capital actual quedará relegado al 5% de las acciones.

Todos estos puntos están condicionados a que Abengoa logre superar el preconcurso de acreedores. Para lograrlo, tiene hasta el próximo viernes de plazo para lograr el apoyo de más del 75% de su masa acreedora al plan de rescate, cuyas líneas maestras fueron desveladas el pasado mes de agosto en una presentación para inversores. Ese día expira la prórroga que concedió a finales de marzo el titular del Juzgado Mercantil Número 2 de Sevilla, Pedro Márquez Rubio, para culminar su proceso de reestructuración. Si logra este porcentaje de adhesiones, la compañía espera que el titular del Juzgado de lo Mercantil Número 2 de Sevilla,Pedro Márquez Rubio, se pronuncie a favor de levantar el preconcurso.

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