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Economía

El Gobierno niega que el sistema de pensiones corra peligro

  • Corbacho desmiente al Banco de España y asegura que la Seguridad Social cerrará el actual año con superávit · Oleada de críticas a Fernández Ordóñez por su sugerencia de retrasar la edad de jubilación

Todos contra el Banco de España. O contra su cabeza visible, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, habituado en los últimos tiempos a servirle platos fríos al Gobierno. El último, consistente en prolongar la vida laboral y añadir que la Seguridad Social cerrará 2009 en negativo, ha soliviantado al Gobierno y los sindicatos. Como casi siempre, una voz se desmarcó de la corriente. Mariano Rajoy, presidente del PP, expresó desde Jaén su convicción de que las recetas sugeridas son necesarias para insuflar oxígeno a la economía española.

El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, desmintió que el superávit de la Seguridad Social vaya a agotarse este año. “De ninguna de las maneras”, tronó. Los sindicatos acusaron a Fernández Ordóñez de generar alarmismo, mientras los empresarios reclamaron prudencia para evitar generar desconfianza en un tema tan sensible como las pensiones. Aunque el gobernador del Banco de España insistió durante su comparecencia ante la comisión no perramente del Pacto de Toledo en que su discurso se limitaba a enumerar las opiniones de los especialistas sobre los problemas del sistema de pensiones y alternativas adoptadas en otros países, sus palabras han generado una fuerte controversia.

Corbacho, se preguntó de dónde “ha sacado” el gobernador los datos que le permiten vaticinar déficit en el sistema de pensiones en 2009, cuando las cifras de su departamento indican que habrá un superávit de alrededor del 0,4%. El ministro recordó que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social alcanza los 57.000 millones y censuró que Fernández Ordóñez “arroje inseguridad sobre un sistema que es seguro”. El titular de Trabajo afirmó además que la normativa es suficientemente flexible sobre la edad de jubilación y apuntó que, en todo caso, su retraso deberá debatirse en el marco del Pacto de Toledo. Su colega en Fomento, José Blanco, advirtió que “no es el momento” de este debate, aunque concedió que “una persona con 65 años está en plenas condiciones para hacer cosas y trabajar”.

Más incisivo fue el secretario general de UGT, Cándido Méndez, que denunció el “exceso de locuacidad, vanidad personal y fanatismo ideológico” de Fernández Ordóñez y señaló que el presidente del Gobierno “debería decirle algo” porque “los golpes más fuertes a la credibilidad de la economía española se asestan desde una institución oficial”. En la misma línea, su homólogo en CCOO, Ignacio Fernández Toxo, aseguró que Zapatero “sabrá lo que ha de hacer si quiere tener un foco de generación de alarma social permanente”. Más cercano a las posturas de Fernández Ordóñez se mostró el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien tras reunirse con la ministra de Economía, Elena Salgado, respondió a una pregunta sobre que le parecía retrasar la edad de jubilación asegurando que el tiene “66 años voy a cumplir 67 en diciembre, y sigo trabajando”.

Ayer se conoció un dato nada halagüeño sobre la situación real del país: El Fondo de Garantía Salarial destinó en el primer trimestre del año 145,4 millones al pago de prestaciones por desempleo, un 58% más que hace un año.

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