Economía

Centros históricos vitales, activos y sostenibles

  • La peatonalización de calles comerciales, junto a una adecuada gestión de la movilidad, constituye un beneficio para los residentes y comerciantes de la zona

Cada vez es más habitual encontrar en nuestros pueblos y ciudades espacios comerciales expandidos alrededor de calles peatonales de carácter comercial, las cuales constituyen una alternativa importante para el comerciante, de tal forma que, al formar parte de ellas, se beneficia de un conjunto que constituye en realidad un prolongado centro comercial abierto, variado y atractivo. Así, varias son las razones que vienen a justificar la implantación de calles peatonales de carácter comercial: la necesidad de revitalizar el centro, la necesidad de reducir la contaminación medioambiental y la necesidad de diferenciar y separar, en la medida de lo posible, la circulación rodada de la peatonal.

LAS VENTAJAS

Según puntualiza la Consejería de Turismo, Comercio y Deporte, las ventajas que supone la implantación de calles peatonales comerciales para el consumidor son variadas. En primer lugar, la posibilidad de efectuar todas sus compras en un mismo lugar. En segundo lugar, el cliente encuentra una variedad de establecimientos con productos de todo tipo, facilitando así su elección de una manera más cómoda.

Por otra parte, la fuerte concentración de establecimientos comerciales y la proximidad de los mismos favorece la formación de precios competitivos. Y por último, la peatonalización hace posible que las calles se conviertan en zonas de ocio, donde realizar actividades de esparcimiento y recreo complementarias al comercio, al igual que posibilita el acceso a otros servicios profesionales próximos (bancos, agencias de viajes, hostelería).

Desde el punto de vista del comerciante, éste se beneficia de una mayor afluencia y concentración de público, lo que se traduce en un aumento de las ventas y una mayor expansión de sus negocios. Paralelamente, los establecimientos comerciales tienen que modernizarse y remodelarse para adaptarse a la nueva situación peatonal de la calle y ofrecer a los clientes una imagen atractiva que les incite a entrar en el establecimiento.

Por último, destacar como ventajas la reducción de la contaminación ambiental y los ruidos y la mejora del aspecto estético de las calles, lo que desemboca en la revitalización de la zona céntrica urbana y comercial.

LAS garantías

Pero la implantación de una calle peatonal de carácter comercial requiere de unas premisas previas que han de garantizarse. Así, parece claro que los habitantes del casco urbano deben poder aparcar sus automóviles en las proximidades de sus viviendas y que debe garantizarse la accesibilidad en automóvil para ciertas actividades que así lo requieren (operaciones de carga y descarga, vehículos de servicio, acceso de los turistas a los aparcamientos de los hoteles).

Otra consecuencia importante que ha generado el alto grado de urbanización de nuestras ciudades y el aumento del uso del coche por parte de los ciudadanos es el problema medioambiental. El predominio de los hidrocarburos como combustibles para el transporte genera emisiones contaminantes a la atmósfera y ruido.

Como opciones de mejora en este sentido, la tecnología del motor de combustión tradicional se está volviendo más limpia gracias al impulso de la industria y en respuesta a los umbrales de emisiones establecidos por la normativa comunitaria.

También ha facilitado la disminución del ruido la existencia de una directiva europea sobre la cartografía de ruido. Partiendo de la información recogida en virtud de esta directiva, las autoridades locales pueden elaborar planes de mitigación del ruido y adoptar medidas concretas en esta dirección.

el entorno

Por último, debe fomentarse la conducción ecológica, que reduce el consumo de energía gracias al cambio de los hábitos de conducción en la ciudad. En este sentido, los sistemas electrónicos, unas infraestructuras y sistemas de gestión del tráfico mejorados y automóviles más "inteligentes" podrían contribuir a ello en gran medida.

En cuanto a la seguridad, todos los ciudadanos deberían poder vivir y viajar en las zonas urbanas con seguridad y protección. Para ello hace falta que la infraestructura esté bien planeada, sobre todo los cruces, y fomentar buenas prácticas en los conductores.

Como conclusión podemos afirmar que una planificación urbana adecuada es la clave para convertir nuestras ciudades en entornos donde los ciudadanos puedan llevar una vida sostenible y de calidad. Con carácter general, pero con la lógica consideración de los particularidades de cada ciudad, resulta necesario acometer de forma coordinada actuaciones para mejorar la movilidad y la accesibilidad, la calidad de vida, la conservación del patrimonio y, en consecuencia, conseguir aumentar la potencialidad comercial y turística de los cascos históricos.

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