Entrevista · Hermandad Matriz

"Para ser buen rociero primero hay que ser cristiano"

  • Antonio Acosta es el hermano mayor de la Hermandad del Rocío de Almonte. Perteneciente al grupo joven de la hermandad, su vínculo con la Virgen se mantiene los 365 días del año.

Afirma que días antes de ser elegido hermano mayor que El Rocío le ha quitado el sueño. Un camino de peregrinaje por esas arenas que destilan la fe de los almonteños y que mentalmente Antonio Acosta recorre una y otra vez cada vez que trata de conciliar el sueño. El martilleo de una ilusión que cimbrea recordándole la responsabilidad del cargo y el hecho de tomar el testigo, cuarenta años después, de su tío Julián Acosta, quien en 1975 le antecedió como hermano mayor y tuvo el honor de inaugurar la salida de la Matriz desde el alto el Molinillo. Un emblemático altar desde donde el joven declina la posibilidad de subirse para la foto del Huelva Información. "Allí se sube Ella, ese es su sitio cuando regresa a Almonte", sentencia.

La frase puede parecer baladí pero, por el contrario, condensa la intensidad con la que vive la devoción a la patrona almonteña. Subrayan el hecho de que no le queda grande la confianza depositada por un pueblo que el pasado Domingo de Resurrección acudió a las urnas de forma unánime. Fue casi un millar de votos encarnados en ciudadanos que se trasladaron hasta la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, a pesar de que su investidura estaba cantada al ser el único candidato. Un refrendo para un joven que, a pesar de sus treinta primaveras, lleva muchos años involucrado en la Matriz y más concretamente en el grupo joven.

Al contrario que la mayor parte de sus antecesores, su decisión de presentarse a hermano mayor fue plenamente meditada. "Elegí el 2015 no por se una fecha especial" para mí o teniendo en el horizonte que se cumplían cuarenta años desde que su tío fue elegido para llevar al Simpecado hasta su Reina; ni tan siquiera fue por dejar madurar la idea. Su objetivo no era otro que "preparar con tiempo a mi familia para que pudiera organizarse. Ellos tienen negocios en El Rocío y tenía claro que quería contar que pudieran estar a mi lado en estos días. Desde que murió mi padre (Antonio) hace doce años he acudido con mi grupo de amigos, pero coincidiendo con esta fecha quería aglutinarlos a todos", explica.

El paso adelante lo dio tras una profunda charla con sus amigos de la reunión y sacar a colación el tema de que ninguno de ellos había pasado por la experiencia de vivir un Pentecostés como hermano mayor. En este sanedrín, su hermana María del Mar fue su mayor valedora y quien le dio ese empujón que a veces necesitamos, aun cuando nos debatimos entre el inmovilismo y la posibilidad de dar el paso de lo que más queremos en el mundo.

Su primera decisión de envergadura ha sido elegir qué camino tomará la hermandad en su peregrinaje a la aldea. Acosta explica que el camino de los Tarajales tiene el encanto de "la tradición y el elemento sentimental de tantos años" siendo el cordón umbilical que conexionaba Almonte con las marismas. Sin embargo, se decantó por los Llanos puesto que la nueva alternativa tiene el handicap de que se ha abierto recientemente al tránsito, por lo que algunas zonas de sesteo han sido "recién pobladas". En consecuencia, carecen de sombra y el sentido común aconseja "dejar que los árboles crezcan" y brinden a los romeros y animales la agradecida sombra en las horas centrales del día en que el calor aprieta.

La fecha en el calendario tatuada en rojo le llevará a retrotraerse en el tiempo, disfrutando de ese Rocío rodeado de su familia y amigos. Entre tanto su tío Julián le aconseja que "disfrute este día" y le alecciona de sobre la responsabilidad que asume. El ha de ser "un ejemplo frente al resto de filiales", el faro de una persona que representa el capital de la fe de todo un pueblo y que en este 2015 recae en el joven almonteño.

Lazos 

El joven Antonio Acosta echó los dientes entre su tierra donde su vinculación con la Virgen del Rocío no se circunscribe a la Romería de Pentecostés y a los cultos que en honor a ella se celebran. Sus lazos con su Reina perduran todo el año al igual que con su Ilustrísima Hermandad Matriz, a la que precozmente comenzó a colaborar desde el grupo joven, donde forjó esos lazos de amistad con quienes el pasado miércoles le acompañaran para recorrer los quince kilómetros que marcan la distancia física entre Almonte y la ermita.

Acosta subraya que, tal como cita la sevillana "para ser buen rociero primero hay que ser cristiano" lleva a rajatabla este precepto siendo un faro en el que mirarse sus compañeros. Precisamente cuando se le pregunta por el cierto desapego que tienen los jóvenes a la iglesia católica el joven responde que no es "los jóvenes están muy desapegados de los valores, no sólo de los cristianos si no en general; somos muy pasivos". Un perfil que el rompe con su compromiso con su hermandad.

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