El Rocío

La Virgen del Rocío, obligada a volver antes de tiempo a su ermita

  • La Blanca Paloma entró a las 08:15 en su templo tras romperse un varal del paso en un fuerte golpe.

La Romería del Rocío de este 2011 tenía reservada una sorpresa en su momento culminante: la procesión. Fuera de todo lo previsto, la Blanca Paloma regresó precipitadamente a su santuario, quedando instalada en el altar a las 08:20; es decir, cinco horas y media después del salto de la reja.

La inesperada conclusión del recorrido tuvo como causa la rotura del varal frontal del paso que ocurrió cuando la Reina de las Marismas se encontraba ante el Simpecado de Estepona y tras pararse ante la casa de la camarista. Allí, el sacerdote onubense José Manuel Barral dirigía la Salve de los devotos malagueños cuando sucedió el percance a la altura de la tarima que el domingo sirvió de escenario para la misa de Pentecostés.

Un impacto brusco y seco del frontal del paso con el pavimento  provocó la rotura del perno de ese varal. Eran cerca de las 08:00 cuando al paso, en el suelo, subieron los santeros y la camarista, así como el presidente de la Matriz, José Joaquín Gil, quien fue avisado de manera inmediata de todo lo que estaba sucediendo. Los santeros comprobaron la gravedad del percance. Uno de ellos, José Antonio Romero, procedió a unir el varal con la concha del paso con varios pañuelos.

Fue en ese momento cuando en el Real comenzó a extenderse con enorme velocidad la noticia de que la Blanca Paloma iba a regresar al santuario, lo que quedó confirmado en escasos minutos. La decisión se tenía que tomar en un breve espacio de tiempo. Santeros y presidente esgrimieron que la rotura del varal frontal derecho en esquina -uno de los varales maestros que sirven para gobernar el paso- evidencia mucho más riesgo que si la rotura hubiera sido en uno lateral, por lo que se optó por la suspensión del recorrido para evitar daños humanos o en el patrimonio.

De este modo, los almonteños comenzaron el traslado directo e inmediato del paso hasta la ermita, instando a los portadores a que no echaran mano de los varales. La premura hizo que a las 08:15, la Virgen del Rocío estuviera ya en la puerta del templo y algo menos de cinco minutos después, en su altar. Allí los sacerdotes de Almonte dirigieron a los presentes en el templo en el rezo de la Salve. Los asistentes aún aturdidos por los inusitados eventos, no se olvidaron del cariño a su Patrona, dedicándole en vivas y palmas toda su devoción.

Momentos después, José Joaquín Gil subía al paso y anunciaba el propósito de la Matriz de que todas las filiales pudieran acceder al santuario, para encontrarse con la Blanca Paloma, para satisfacer de este modo sus anhelos de encontrarse con la Reina de las Marismas en lo que ya, sin duda, era una histórica procesión de Pentecostés.

Anoche el presidente de la Matriz explicó que los ingenieros analizarán la situación del paso y, una vez que la Señora se sitúe en el camarín, se procederá a la valoración de todos los varales. La Hermandad dispone también de un contrato de mantenimiento de las andas.

Desde hace tiempo, la Hermandad Matriz viene trabajando para que un hecho de estas características no llegara a ocurrir nunca. Prueba de ello son los diferentes trabajos que durante la pasada década se han venido realizando con el objetivo de que los jalones y las caídas de que son objeto el paso de la Blanca Paloma no ocasionen daño alguno.

En 2003, la Matriz realizó obras de reforma, realizada a raíz del estudio que la Hermandad encargó a la Universidad de Sevilla.

El objetivo del estudio era, por una parte, proteger la imagen de la Virgen del Rocío para evitar que pudiera sufrir las consecuencias de las vibraciones a las que se ve sometida durante las horas en las que se sucede la procesión y,  por otra parte, mejorar y aligerar el paso.

El aquel entonces los trabajos consistieron en mejorar toda la estructura interna, de forma que se eliminó gran parte de los refuerzos de hierro que se habían ido introduciendo en el paso a lo largo de los años y se sustituyeron por materiales ligeros muy resistentes, concretamente aluminio y acero inoxidable. En resumen, en 2003 se le quitó al paso 200 kilos.

Además se instaló un sistema nuevo de ruedas con amortiguadores que buscaba garantizar que la imagen no resulte dañada durante los movimientos a los que se ve sometida durante la procesión. El paso mantuvo los sensores que recogen los vaivenes a los que se ve sometido durante las largas horas de procesión y que indican si es necesario hacer alguna reforma.

En 2008 hubo más trabajos de mejora. En este caso fue la suplementación de las peanas de los varales que ganaron el doble de altura. El objetivo fue evitar que el mayor número posible de personas pudieran echar mano de los varales y, de este modo, ahorrar jalones al paso.

Con lo acontecido en esta procesión de 2011 es más que evidente que la Matriz, que contará con nuevo presidente en breve, deberá acometer un nuevo estudio o trabajos que mantengan el camino abierto de dotar de más seguridad al paso. Tal y como se hablaba ayer en la aldea, el nuevo responsable de la hermandad podría tener como uno de sus nuevos cometidos, dilucidar si las nuevas obras tendrán que encaminarse hacia la concha -de gran peso- o seguir el trabajo en el campo de los varales, si bien serán los técnicos quienes realizarán su labor de asesoramiento.

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