Albert Espinosa

"Busco personas que me digan siempre la verdad"

  • Albert Espinosa es ingeniero industrial químico, pero ha triunfado como escritor, guionista de cine, teatro y televisión, director y actor.

-¿Hay brújulas que busquen sonrisas perdidas?   

-Todavía no existen, pero la idea del libro me vino porque me gustan los aparatos. Pensé en una brújula que ayudara a encontrar abrazos que no has dado, te quiero que no dijiste, besos que no te atreviste a dar, o sonrisas perdidas...

-¿Y cómo se podría encontrar?

-Pueden existir a través de otras personas que nos ayuden. O volviendo a la infancia, al reencuentro, que es donde están nuestras raíces más fuertes. 

-Defiende los archipiélagos de sinceridad.

-Busco personas que me digan siempre la verdad y yo también la digo. La verdad es importante, mueve mundos. La verdad te ayuda a enfrentarte a una enfermedad, o te dice en qué momento de tu vida estás. También te ayuda a dosificar tus fuerzas.  

-¿Estamos rodeados de mentiras?

-Estamos rodeados de gente que no confía en otra gente. Yo pienso al revés, confío en los desconocidos. Cuando entré en el hospital, a los 14 años, mi madre me dijo: "No confíes en los desconocidos", y yo le contesté: "Entonces no hablaré con nadie". 

-Pero habló...

-Sí. Yo estuve 10 años ingresado y los mejores consejos me los dieron los desconocidos. Allí también tuve una madre y un padre hospitalarios. Me enseñaron que lo triste no es morir, sino no vivir intensamente.

-Aconseja el perdón.

-Hay que dar una segunda oportunidad. La gente que te decepciona, o las cosas malas, son parte de tu río vital. No debemos hacer como si no hubieran pasado, sino integrarlo en tu vida. Cuando me pasa algo malo, pienso que después me pasarán tres cosas buenas.

-¿Es resignación?

-No, es que debemos perdonarnos a nosotros mismos. El protagonista entiende que uno se puede hacer daño. Perdonándose él, perdona a los demás.   

-¿A quién se le deben dar segundas oportunidades?

-A la gente que te hace daño la debes echar de tu vida, tampoco hay que ser masoquistas. Las segundas oportunidades se le deben dar a la gente que ha formado parte de tu vida y que comprendes que debe seguir estando en ella.

-¿Y la familia?

-La familia es básica. Hay errores que se repiten de padres a hijos, y vienen de abuelos a padres. Pero conviene revisar nuestra infancia con los ojos del adulto.

-¿Por qué tienen tanto éxito sus libros?

-No me lo he preguntado, ni lo sé, es increíble. Hemos vendido un millón y medio de ejemplares de mis cuatro libros y están traducidos en 22 países. Sólo puedo decir que escribo libros que me gustan a mí. Son historias de ternura, de aventura, de emoción… Aprendí mucha ternura de Antonio Mercero, en Planta 4ª. Decía que estaban los terroristas más buscados y los ternuristas más buscados.

-¿No tiene una fórmula?

-Hay una frase que me gusta, que está en mi libro El mundo amarillo: "Si crees en los sueños, ellos se crearán". Si creemos, también creamos. Intento creer en mis proyectos. Ahora creo en mi libro de Brújulas.

-¿Es su mejor novela?

-Pienso que sí. Para mí, es  el mejor de los cuatro.

-Será difícil igualar en ventas a Si tú me dices ven… 

-Brújulas ya fue el libro más vendido en Sant Jordi de este año. Si tú me dices ven… debe ir por 800.000 ejemplares, pero salió con 50.000. Brújulas ha salido con una tirada de 250.000.

-Suele poner títulos largos y ocurrentes.

-Busco títulos sugerentes, que pase algo cuando los pidas. En la librería, lo pides y le dices al librero Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven. O en el cine, le dices a la taquillera o el taquillero No me pidas que te bese, porque te besaré. Son títulos que incluso pueden iniciar cosas…

-Su experiencia con la enfermedad le ha marcado.

-Yo pasé parte de la infancia y la adolescencia en un hospital. He intentado que mis personajes beban de eso. Lo principal que aprendí es que las pérdidas son ganancias. No pienso que perdí una pierna, sino que gané un muñón. No pienso que perdí un pulmón, sino que se puede vivir con la mitad de lo que tenemos.

-Tuvo que ser muy duro. 

-Me dieron un 3% de posibilidades de vivir. A los 15 años me fui con mi familia a pasar un mes de vacaciones en Menorca, que iban a ser las últimas de mi vida.

-¿Y qué ocurrió?

-A las 16 horas de estar en Menorca, decidimos volver. ¿Para qué pasar allí un último mes? Nos volvimos para luchar por ese 3% de posibilidades, que no era poco, sino mucho.

-Un milagro es posible. 

-Siempre pienso que todo es posible. Cuando Spielberg compró los derechos de Pulseras rojas, me decían que era imposible.

-¿Se siente más escritor o guionista audiovisual?

-Soy ingeniero industrial. Unos me consideran escritor, otros guionista… Me gusta todo. Quizás más escribir y actuar en el teatro, pero no tengo que elegir. 

-El fútbol es una de sus mayores pasiones.

-De niño, vivía cerca del estadio del Barça. Recuerdo cuando los jugadores iban a vernos en Navidad al hospital y Gary Lineker me firmó un balón. Había jugado en los alevines del Barcelona antes de que me cortaran la pierna.

-Sus libros tienen muchos puntos suspensivos…

-No sabía que ponía tantos, pero me lo han dicho… Tiene que ver con mi madre hospitalaria, que me escribía y ponía muchos puntos suspensivos... Me he acostumbrado y mis personajes hablan como en susurros…

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