Fernando Reinares

"El terrorismo 'yihadista' mata sobre todo a musulmanes"

  • Fernando Reinares elaboró la obra '¡Matadlos!', que contó con la colaboración de los servicios secretos estadounidenses.

Para elaborar ¡Matadlos! (Galaxia Gutenberg), Fernando Reinares (Logroño, 1960) contó con la colaboración de los servicios secretos estadounidenses. "El acceso privilegiado a esa documentación no fue fácil, aunque no soy un desconocido en la comunidad académica internacional dedicada al estudio del fenómeno terrorista, pero resultó esencial para fundamentar los argumentos de mi libro, sustentados en hechos y evidencias", relata. "No recibí prohibición alguna para hacer uso de todo ello. Además, con dicha documentación se completaba un puzle que había ya avanzado mucho", añade.

-Ha explicado por activa y por pasiva que la decisión de atentar el 11-M se tomó en 2001 en Karachi y que respondió a una venganza por las acciones policiales que permitieron desmantelar la célula de Al Qaeda en España. Curiosa lógica la del zarpazo por el cumplimiento de la ley. 

-La venganza terrorista tiene su propia lógica. En los atentados del 11-M la desencadenó Amer Azizi, antiguo miembro prominente de la desmantelada célula que Al Qaeda había establecido en nuestro país en 1994 y que no fue detenido en la operación Dátil en noviembre de 2001. Pero la secundaron otros allegados de esa misma célula que tampoco fueron capturados. Ahora bien, quien la encarnó muy especialmente fue Allekema Lamari, uno de los siete suicidas de Leganés que, detenido en 1997 y condenado a bastantes años de prisión, fue excarcelado por un desajuste judicial en mayo de 2002 y, en lugar de huir, permaneció deliberadamente en España a la espera de una ocasión para vengarse.

-La Policía tenía pistas. ¿Cómo pudo ocurrir lo que ocurrió?

-El origen y desarrollo de la célula de Al Qaeda en España fue seguido con atención por la Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía desde mitad de los 90, pero los atentados de septiembre de 2001 en EEUU y los vínculos entre la célula de Al Qaeda en España y la célula de Hamburgo a la que pertenecían los principales terroristas del 11-S, además de las relaciones que mantenía con individuos y organizaciones yihadistas de todo el mundo, hacían impensable que, existiendo suficiente información para que la autoridad judicial avalara su desmantelamiento, no se llevase a cabo. Se detuvo a todos menos uno de los integrantes de su núcleo central y a todos menos cinco o seis de los miembros de ese grupo. Entre quienes eludieron su detención están el instigador de los atentados de Madrid y los iniciadores de la red terrorista del 11-M.

-Según su cronología, la invasión de Iraq, y por tanto la foto de las Azores (Aznar-Bush-Blair), no pudo ser la causa de los atentados.

-Todas las culpas, directas e indirectas, son de los terroristas, de quienes les facilitaron los explosivos con que consiguieron matar a 192 personas y de quienes, sospechando que algo así podía ocurrir, no pusieron a disposición de las autoridades la información disponible. Si la decisión de atentar en España se toma a fines de 2001 y la red terrorista empieza a configurarse en marzo de 2002, un año o más antes de que se produjese la invasión de Iraq, es evidente que esta última no pudo ser la causa. Otra cosa es que se hiciera de ella el pretexto.

-ETA tampoco participó.

-Atentados en serie, altamente letales, contra cuatro trenes, como en el 11-S fueron cuatro aviones, en un día 11, en conjunto denotaban el sello Al Qaeda. Desde que inicié mi investigación en el invierno de 2008 hasta que la concluí en el otoño de 2013, no he hallado un solo indicio de que ETA esté directa o indirectamente relacionada con los atentados. 

-Usted advierte también que el riesgo de repetición de atentados es alto por un doble factor: el regreso de combatientes residentes en España de conflictos como (por ejemplo) el sirio y el desapego de las segundas generaciones de inmigrantes musulmanes.

-Si a nuestro país regresan yihadistas que han adquirido destreza en tácticas de terrorismo en el norte de Malí, en Siria, en Iraq o en Afganistán, es evidente que ello supone un riesgo de atentados. Y sabemos, por la experiencia de otros países de nuestro entorno como Francia o Reino Unido, que en el seno de las llamadas segundas generaciones, descendientes de inmigrantes procedentes de países con sociedades mayoritariamente musulmanas, hay segmentos particularmente vulnerables a la radicalización en las actitudes y creencias propias del salafismo yihadista. Que existe una divisoria cultural entre el mundo occidental y el mundo islámico es una realidad demostrable, lo que no quiere decir que esa diferencia lleve inexorablemente al conflicto, como pretenden los yihadistas, en lugar de al intercambio y la cooperación. Por cierto, el terrorismo yihadista mata sobre todo a musulmanes argelinos, paquistaníes o yemeníes. La inmensa mayoría de sus víctimas son musulmanas.

-¿Se ha quedado el mundo musulmán congelado, dejando que la religión o los militares tutelen sus sociedades y frustren la vía democrática?

-En conjunto, en las sociedades del mundo árabe e islámico no suelen darse aún las precondiciones socioeconómicas y culturales conducentes a la democracia, por lo que no ha sido infrecuente que las transformaciones políticas iniciadas en 2011 hayan acabado a menudo en inestabilidad, desgobierno y violencia generalizada. Pero hay lisonjeras excepciones, como el caso de Túnez, aunque la consolidación del proceso democrático esté allí todavía por ver.

-¿Sigue viva la espina del islam con Al Ándalus?

-Los yihadistas piensan que Al Ándalus existe, que fue un dominio islámico y como tal no deja ya nunca de serlo. Piensan que está bajo ocupación. Y que la yihad violenta, orientada a su recuperación como parte de un futuro nuevo califato islámico, es un imperativo religioso. No valoran el esplendor científico o artístico de Al Ándalus, entre otras cosas porque piensan que todo ello hizo que el islam en la Península Ibérica degenerara y su expansión se viera no sólo limitada sino revertida. La visión que los yihadistas tienen de Al Ándalus no es la que tiene por lo común el resto de los musulmanes.

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