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José Calvo Poyato. Historiador, novelista, ex alcalde de Cabra

"El pan y circo son hoy las subvenciones y el fútbol"

  • José Calvo Poyato ganó las municipales de Cabra en 1991, 1995 y 1999. En el 2000 dejó la Alcaldía y se convirtió en portavoz del grupo andalucista. 'El Gran Capitán' es su novela histórica.

En domingo de municipales, José Calvo Poyato (Cabra, 1951) fue gran capitán de la política local. Ganó las municipales de 1991 (13 sobre 21 concejales), 1995 y 1999. En 2000 deja la Alcaldía de Cabra y es portavoz del grupo andalucista. Catedrático de historia, El Gran Capitán (Plaza y Janés) es su última novela histórica. Abordó episodios como el asesinato de Prim o la figura de Mariana Pineda. Paisano del ministro Solís y de los ciclistas Gómez del Moral, escribió sobre la Guerra de Sucesión y la vida cotidiana en el Siglo de Oro.

-¿Qué le llevó a novelar la vida del Gran Capitán?

-Es un personaje que estaba si no perdido, poco conocido y reconocido. El imaginario popular lo asocia con las cuentas del Gran Capitán cuando son descabelladas y sólidas. Las cuentas de Gonzalo Fernández de Córdoba están en el Archivo General de Simancas y son todo lo contrario, cuentas claras.

-¿Es un tipo actual?

-Creo que los españoles en general tenemos poco interés por los grandes personajes de nuestra historia. No sabemos dónde están enterrados Blas de Lezo o Jorge Juan. Estamos buscando los restos de Cervantes. Ese desinterés no existe en Francia o Inglaterra. 

-¿Era grande por capitán?

-Más que como soldado, que fue de los mejores, encarna los valores del honor, la lealtad, recogidos en el Manual del Caballero de Diego Valera.

-¿Se puede decir de él aquello del Cid: qué buen vasallo si hubiera buen señor?

-Fue leal al rey Fernando el Católico, que fue injusto con él. No pongo en duda la capacidad política del monarca, el mejor rey de nuestra historia. Pero la persona, no el personaje, dejaba mucho que desear.

-Nace en 1453, el año que los turcos toman Constantinopla y se considera el fin de la Edad Media...

-La Edad Media estaba declinando, como describe Johan Huizinga en su libro. El Gran Capitán fue capaz de ir cambiando al tiempo que cambiaba el  mundo. Nace en un mundo rural y fronterizo, las fronteras del reino de Granada, y cuando muere en 1515 se ha convertido en un príncipe del Renacimiento, que se codea con las grandes familias italianas, con los papas Alejandro VI o Julio II.

-El Papa de Miguel Ángel.

-El que detrás de su alba pontificia tenía alma de guerrero y condottiero.

-¿Los tiempos duros daban hombres duros?

-Hoy nos parecería un personaje abominable, pero no me gusta hacer presentismo histórico.

-Fue virrey de Nápoles...

-Fue ciudad española hasta el tratado de Utrecht de 1714, y en un periodo posterior con una rama menor de los Borbones hasta los tiempos de Napoleón.

-¿Le critican como andalucista que dedique un libro a un grande de la historia de España?

-Era cordobés de Montilla, de uno de los grandes linajes andaluces. Siempre defendí un andalucismo que no significara exclusión de nada. El de Blas Infante: por Andalucía, España y la Humanidad.

-Lo de Gran Capitán es hoy un recurso de los diarios deportivos...

-Se lo pusieron sus propios soldados y así aparece en las capitulaciones del ejército francés, al que derrotó en Atella en 1494.

-Su dedicación a la política (alcalde de Cabra y portavoz del grupo andalucista), ¿mermó su dedicación a la literatura? 

-Nunca he dejado de escribir. En 1998 y 1999, siendo alcalde, estaba escribiendo las novelas Conjura en Madrid  y La Biblia Negra.

-Cita en la bibliografía a Manuel Ruiz Luque...

-Tiene una de las mejores bibliotecas privadas. Editó un Catálogo de Solteras de Montilla que fue una escandalera nacional.

-¿Coincidió Fernández de Córdoba con Colón?

-Colón es un poco mayor, pero sí debieron cruzarse. Don Gonzalo era uno de los capitanes del ejército cristiano en la guerra de Granada y Colón aparece por allí para pedirle a la reina Isabel que firme las capitulaciones de Santa Fe.

-¿Cómo acaba un virrey de Nápoles convertido en alcaide de Loja?

-Fue un destierro encubierto. Es como si ahora a un presidente del Gobierno o a un ministro lo hicieran concejal de su pueblo.

-Su especialidad es el final de los Austrias y el comienzo de los Borbones. ¿Estamos en otro momento crepuscular?

-Me parece que sí. No me refiero a España. Estamos viviendo un final de época y el comienzo de otro tiempo. Las nuevas decisiones económicas se están desplazando a Asia, Europa pierde protagonismo. No se me ocurre mejor analogía que la crisis del imperio romano. La misma presión de los pueblos bárbaros que querían entrar en los límites del imperio; la misma crisis de natalidad, las familias numerosas romanas también son de tres hijos, como las de ahora; el pan y circo, que en nuestros días serían las subvenciones y los partidos de fútbol.

-¿Añorará Susana Díaz la placidez de un socio andalucista?

-Se ha metido en el laberinto ella sola por una supuesta inestabilidad con su socio que no creo que fuera mayor que la crisis de la famosa corrala Utopía.

-¿Ser socios del PSOE fue el acta de defunción del Partido Andalucista?

-Lo fue la nefasta gestión del secretario general, Julián Álvarez. Estando en el Gobierno, en las autonómicas de 2004 sacamos los mismos diputados que en 2002. Ya fuera de la Junta, en las de 2008 nos quedamos sin representación.

-¿En qué época ambientará su próximo libro?

-Quizás en la de unos políticos españoles a los que no se les ha hecho el reconocimiento que merecen. Me refiero a los grandes ministros del siglo XVIII; los de Felipe V, Fernando VI y Carlos III. Ensenada, Patiño, Campillo Aranda, Floridablanca. Políticos que fueron considerados antiespañoles en la época de Franco, que consideraba el XVIII como un siglo muy poco español.

-¿Dónde está enterrado el Gran Capitán?

-En el monasterio de los Jerónimos de Granada. Intentó profesar de monje jerónimo en Valparaíso, monasterio de Córdoba. Cuando muere, el monasterio de los Jerónimos de Granada estaba en construcción, y lo entierran en los Franciscanos. Hay una leyenda según la cual, en la guerra de la Independencia, cuando los franceses llegan a Granada, el general Sebastiani ordenó sacar los restos del Gran Capitán para arrojarlos al río Genil. Hay una cartela que le llama terror de franceses y turcos, a los que vence respectivamente en la campaña de Italia y en Cefalonia.

-¿Tuvo un Velázquez como el conde-duque de Olivares, un Tiziano como Carlos V?

-No se conocen retratos del personaje. Se sabe que era muy presumido, que se peinaba hacia adelante para ocultar la alopecia.

-¿Comparte la afición taurina de su hermana, la ex consejera y ex ministra de Cultura Carmen Calvo?

-A los tres hermanos, incluyo a Francisco, nos transmitió esa afición mi padre. Debemos llevarlo en los genes, mi hermana Carmen también acaba de ser abuela, como yo. Tengo dos nietos mellizos, Mario y Alonso. A ellos les dedico el libro del Gran Capitán.

-¿Ser abuelo es más que ser alcalde?

-Mucho más. Tengo todos los lunes reservados para estar con ellos. 

-¿Por qué noveló al personaje?

-Utilizo como narrador a García de Paredes, el Sansón de Extremadura, un personaje real que parece de ficción.

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