Nacho rodríguez Ex secretario general de la Junta y ex jugador de baloncesto

"Pau Gasol es un ejemplo, un catalán orgulloso de jugar con la selección"

  • Era Nacho cuando subía el balón y se convirtió en Ignacio al lucir corbata. Fue un baloncestista de club con un espíritu de sacrificio fuera de lo común, que demostraba con su mejor virtud: la defensa.

-Si los deportistas no opinan de política para no meterse en charcos, ¿cómo lo convencieron para entrar en la Junta?

-Estudié Educación Física y un máster de gestión deportiva. Me lo ofrecieron e intenté aprovechar la oportunidad para introducirme en la gestión deportiva pública. Así devolvía al deporte todo lo que me había dado.

 

-Jugaba de base, ¿es más difícil repartir juego o distribuir el dinero público?

-Lo segundo, sobre todo en una etapa de crisis como mi segunda legislatura; de 2012 a 2015 resultó más difícil. La Junta, lógico, priorizó los servicios sociales, la educación, la sanidad, y áreas como el deporte se vieron afectadas. Hicimos un ejercicio de responsabilidad y Andalucía demostró que hay otra forma de salir del agujero. Nos sacrificamos pero el deporte entendió la apuesta por las políticas sociales. El sacrificio ha merecido la pena y el andaluz lo ha sabido valorar.

 

-¿Cuál fue la mejor medida que tomó su Consejería?

-En estos años el deporte ha sido el gran tapado del Gobierno, fuera valoran nuestro trabajo. Andalucía es referencia en España en turismo, en educación pública, en hospitales, en dependencia, en trasplantes, en aeronáutica... Pero se ignora que también lo somos en deporte. Somos los segundos en licencias deportivas (515.000) tras Cataluña, tenemos 11.600 clubes federados, más de 14.000 instalaciones deportivas públicas, 4.400 empresas vinculadas al sector... Y contamos con una Ley del Deporte copiada por otras comunidades y que pronto verá la luz.

 

-¿Y el peor momento?

-Cuando defendimos los intereses de clubes y federaciones ante medidas del Gobierno central, como las inspecciones laborales, la licencia única o las subidas del 8% al 21% en la prestación de servicios deportivos de las instalaciones. Trabajamos en temas que no eran de nuestra competencia.

 

-Tras siete años como alto cargo en el Gobierno andaluz, ¿por qué no ha seguido con su carrera política?

-Igual que cuando entré no pregunté por qué fui elegido, ahora que me han cesado tampoco lo he hecho. Es más, estoy muy agradecido a Luciano Alonso y al Gobierno por la oportunidad. He vivido un máster y una experiencia inolvidable. El nuevo consejero, Javier Fernández, y su equipo, con María José Rienda a la cabeza, lo harán muy bien.

 

-Convenza a la ciudadanía de que en la función pública se trabaja mucho, se mira cada euro gastado al dedillo y que la corrupción no está extendida.

-Como en todo, en la política hay corruptos, pero desde la llegada de Susana Díaz la transparencia, el rigor y el control son valores puestos en marcha. Me identifico con esta filosofía. Hay personas muy válidas. Le diría a la gente que con Susana no habrá corrupción y sí control del dinero público.

 

-¿Qué le parece que se potencie el eje Sevilla-Málaga tras vivir en la capital?

-Absolutamente necesario. He vivido en las dos ciudades y no entiendo la rivalidad. Se necesitan y pueden hacer mucho más para que Andalucía sea referencia. Las peleas internas no llevan a nada. Si se sumaran otras como Granada o Córdoba, sería muy positivo.

 

-¿Cuáles son sus planes?

-Estoy abierto a trabajar en cualquier ámbito de la gestión deportiva.

 

-Estuvo seis temporadas en el Barcelona. ¿Percibió entonces el afán independentista de hoy?

-No. Ha sido en la última época. Hablo maravillas de Barcelona. No tuve problemas en hacer allí mi carrera en castellano. En 2012, el Gobierno central debió cortar la polémica porque Cataluña sin España no es nada y al revés tampoco.

 

-¿La tensión está provocada por la clase política?

-Sí, esta moda del independentismo viene por la politización de mensajes que han provocado tiranteces, no se ha vivido tanto en la sociedad. La bola ha crecido y a ver cómo se para.

 

-Fue 125 veces internacional y tiene dos medallas europeas, ¿cómo valora los éxitos de esta selección?

-Cuando llegué en el 95 no había unidad. A partir de ahí se creó una gran familia: Herreros, Alberto Angulo, Alfonso Reyes y los demás teníamos mucho compromiso. A Pepe Sáez también se le debe ese clima. Ganamos dos medallas. Si se une que las generaciones posteriores, con Pau Gasol, Navarro, Felipe Reyes, Calderón, tenían el talento que a nosotros nos faltaba, el éxito ha sido de largo recorrido.

 

-¿Envidia no haber jugado en este equipo?

-No, viví lo mío, fui un privilegiado y jamás imaginé que iría a la selección porque no era bueno técnicamente. Me quedo con el legado que dejamos, el espíritu.

 

-Hizo buenas migas con Pau Gasol y Navarro siendo ellos júniors del Barça.

-Siempre he aplicado lo que me enseñaron en el Maristas, en mi debut con 18 años. Los bases, Jesús Peña y Paco Aurioles, me trataron fenomenal y me dieron consejos. Cuando llegué al Barça no entendía que trataran mal a los dos chavales y tuvieran que llevar las bolsas. En un partido a Navarro le echaron una bronca por hacer un tiro y yo lo defendí. No se los apoyaba y a mí me enseñaron a respetar a todos. Vivíamos cerca y tuve mucha empatía con ellos. Cuando me iba en verano con la selección les dejaba mi piso y mi coche, con la única condición de que fueran cuidadosos. A veces Pau me pasaba el teléfono porque su madre, Marisa, quería que le diera consejos, le dijera que estudiara. Una amiga vio a Pau hace poco en Madrid y le comentó que fui como su hermano mayor.

 

-¿Cómo lo definiría?

-Es una persona muy cercana, se veía desde crío que era diferente por sus cualidades físicas y por su confianza en sí mismo. El éxito no se le ha subido a la cabeza. Eso es importante siendo una referencia mundial. Es el mismo que cuando compartíamos habitación en su primera pretemporada con el Barça. En el juego es muy talentoso e inteligente. ¿Blando? No estoy de acuerdo, lo ha demostrado en este Eurobásket.

 

-Es un catalán comprometido con España...

-Absolutamente. Está orgulloso de vestir la camiseta del equipo nacional. Es un ejemplo de compromiso y lealtad, se siente catalán y español. Es un catalán orgulloso de jugar con España.

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