Dani Rovira, actor

"A Andalucía la llevamos en nuestras palabras"

  • El cicerone malagueño de la serie documental 'Rutas de Andalucía'. Extraña vivir en la región, de la que "presume". Se siente afortunado por haber trabajado en 'Ocho apellidos vascos' pero conserva sus monólogos como alternativa al cine.

No se olvida nunca de su tierra y Dani Rovira (Málaga, 1980) no dudó ni un instante en sumarse a Rutas de Andalucía, serie documental con el sello de Juan Lebrón que recorre cada una las provincias por los rincones monumentales y naturales más atractivos. Rovira presenta cada uno de los recorridos, con Kiti Mánver en la narración. Desde su debut en la gran pantalla en 2014 este intérprete y cómico malagueño lleva ya cinco películas. En estos días se le puede escuchar en las salas poniéndole la voz a Fronky, uno de los perros de la película de animación Ozzy. 

 

-¿Qué le supone conducir a los espectadores de todo el mundo por las Rutas de Andalucía?

-Es un trabajo interesante donde la belleza de las imágenes te lo hacen todo muy fácil. Esto es como llegar a la final de la Champions y entrar en el minuto 89 para posar en la foto. Hacer de guía de estas rutas es un encargo fácil no porque sea sencillo, sino porque es algo que te lo crees. Los que presumimos de Andalucía podemos decirlo sin que se nos note nuestra falta de objetividad, porque la realidad supera a lo que contamos y se ve en cada uno de los ocho episodios.

-¿Cómo ha sido trabajar estos días junto a Gracia Querejeta,  José Luis Alcaine, Gutiérrez Aragón, Kiti Mánver, o el productor de esta serie, Juan Lebrón?

-Es un equipo extraordinario. Un equipo pequeño puede hacer cosas muy grandes. Es tal la pasión con la que sienten el cine y lo que cuentan que sólo tienes que ponerte a aprender. Conocía la trayectoria de los documentales de Juan Lebrón y tenía que estar aquí. Es maravilloso ser el anfitrión de los espectadores que viajan por nuestra tierra. 

-¿Echa de menos Andalucía?

-Por supuesto, llevo ocho años fuera y echo de menos mi tierra, una tierra que merece la pena que queramos y presumamos de ella. Deberíamos sentirnos más orgullosos de lo que somos. No es sólo la tierra, el enclave, nosotros mismos somos Andalucía y a Andalucía la llevamos en nuestras palabras, en nuestra forma de ser, de sentir y de afrontar la vida diaria.

-Defina, entonces, qué es ser andaluz.

-Entender la vida de otra manera, como la vivimos en el sur. Con humor, por ejemplo, pero sin que suponga ir contando chistes, sino tomarnos la vida con desenfado. No es hacer reír, es saber reírnos; mientras cumplimos en el trabajo como el que más. Los andaluces nos tomamos las cosas en serio sin perder nunca el humor.

-Sus monólogos no serían los mismos sin sus exageraciones, pero ¿sus días de playa en Málaga eran como las cuenta?

-¿Quién no ha ido a la playa cargado de tuppers, neveras, sillas y flotadores? Todas las madres son como la mía, por eso se ríen en toda España con estos monólogos. La exageración es uno de los mejores recursos para un monologuista y por nuestra forma de ser la exageración es una forma de llamar la atención. Yo no tengo tanta imaginación, no podría contar cosas alejadas de mí.  Si hubiera nacido en Albacete tendría otras cosas que contar y por supuesto sería otra persona, como mis amigos chanantes.

-Y un día empieza a rodar Ocho apellidos vascos sin sospechar lo que se le podía venir encima.

-Antes yo tenía la sensación de que era gafe. Todos los programas de televisión en los que participaba se iban al garete, Estas no son las noticias, No le digas a mamá que trabajo en la tele, Alguien tenía que decirlo… Así que cuando me surge la oportunidad en el cine me la tomo con ilusión y con precaución. La vida es azarosa. Ahora no me faltan los proyectos en el cine pero, como pasaba con la televisión, si falla todo, siempre me quedará algo: los monólogos, que es donde yo comencé.

-¿Cómo surgió lo de debutar en  la que terminaría siendo la película española más taquillera?

-Como decía, la vida es azarosa y tuve la suerte de que fuera a verme al teatro la directora de casting Eva Leira...

-¿Nunca dejará, entonces, de ser un monologuista?

-Me gusta contar cosas que he escrito y es algo a lo que aferrarse cuando no haya otra oportunidad. Te vas acostumbrando que en la vida hay triunfos y fracasos, pero siempre quedará lo que crees que mejor sabes hacer.

-¿Seguirá con las adopciones de perros en El Hormiguero?

-Era una sección que me apetecía hacer y busco el tiempo de donde haga falta para ayudar. Todo lo que sea promover la dignidad de los animales me parecerá bien y una forma de echar una mano es conducir esa sección.

-La fama cuesta. ¿Ha pagado mucho?

-No, la fama, la popularidad, es una consecuencia del éxito de tu trabajo. Te hace sentir querido y cuando se acerca alguien a hacerse una foto contigo todo depende de cómo te trate. Sobre la relación con los medios, yo no me llevo mal con los periodistas sino con los paparazzi, con un sector de la prensa sensacionalista que te persigue. Son una minoría.

-¿Volverá a presentar los Goya?

-No lo sé. Ahora mismo hay una situación de interinidad en la Academia de Cine.

-Si tiene un ratito, llévenos de ruta por alguna parte...

-Como granadino adoptivo que soy os llevaría a todos por las Alpujarras. O por El Torcal de Antequera. En fin, hay tantos sitios. Cualquier playa de Huelva, Vejer, Málaga. Andalucía entera merece la pena conocerla.

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