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España

El PP exige al presidente del Supremo una condena expresa de los escraches

  • Moliner afirmó que algunas protestas no son violentas y los populares insisten en que "ir al domicilio de alguien es violencia"

El portavoz adjunto del PP en el Congreso Rafael Hernando invitó ayer al presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Gonzalo Moliner, a "reflexionar" sobre los escraches y a realizar una condena expresa de esta práctica porque, desde su punto de vista, "un escrache es un acoso y los acosos son violentos".

Moliner afirmó la semana pasada que las protestas que han llevado a cabo algunos ciudadanos junto a viviendas de políticos no están siendo violentas y, por lo tanto, constituyen un ejemplo de la libertad de manifestación. "En tanto en cuanto no sean violentos, y como no lo son, son un ejemplo de la libertad de manifestación", dijo el presidente del Supremo, aunque un día después aclaró que en ningún caso pretendió "justificar la violencia o la intimidación que pueda acompañar" a ese tipo de manifestaciones.

Hernando saludó, en una entrevista a Europa Press, que Moliner rectificase y aclarase sus "sorprendentes" palabras sobre los escraches, pero apuntó que todavía debe "reflexionar" al respecto y condenarlos expresamente. "La rectificación nos pareció bien, pero debe reflexionar sobre este hecho y, en cuanto tenga una oportunidad y el tiempo se lo permita, condenarlos".

Y es que, en su opinión, "el mero hecho de ir al domicilio de alguien a pedirle algo o a intentar amenazarle o amedrentarle es en sí ya un acto de violencia y, por tanto, debe de ser eliminado del comportamiento social, porque es deleznable".

"Los acosos son violentos, cuando alguien acude a tu domicilio para señalarte o intimidar esta violentando tu domicilio, tu intimidad y afectando a tus vecinos y tu familia", enfatizó Hernando, quien, no obstante, no llegó a pedir la dimisión de Moliner, como sí hizo la presidenta del PP de Madrid, Esperanza Aguirre.

Según Hernando, esta petición de cese responde a la posición personal de la ex presidenta de la Comunidad de Madrid. "Cada uno tiene su opinión sobre qué es lo que deben de hacer los demás, yo creo que el señor Moliner ha rectificado y que debería rectificar aún más expresamente", insistió Hernando.

Medio centenar de personas convocadas por la plataforma La Complu en la calle acudió el martes a una clase impartida en el madrileño barrio de Malasaña para hablar de escraches y de cómo utilizan esta palabra algunos políticos "torticeramente".

El lugar, la confluencia de las calles de Manuela Malasaña y Ruiz, fue escogido, según los organizadores, por hallarse en las proximidades el domicilio de la delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, pero el acto se desarrolló con normalidad, sin interrumpir el tráfico y sin presencia de la Policía.

Con esta movilización, los convocantes quieren ampliar las acciones que han llevado a cabo los últimos meses (dar clases en la vía pública) y "reinventar" el concepto de "universidad en la calle", llevándolo a casas de políticos "para explicar a estas personas cómo se plantean los debates de forma más justa y menos torticera". Durante el acto, que duró más de una hora, los participantes gritaron "Cifuentes, escucha, la uni está en la lucha" e invitaron a los ciudadanos a sumarse al acto "en el barrio de Cifuentes y de Esperanza Aguirre".

El primero en intervenir ha sido un estudiante de Filosofía, Marco Posca, que repasó el origen de la palabra escrache y su significado. Luego hablaron dos profesores de la Complutense.

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