La ministra de Defensa, Carme Chacón, anunció este jueves en el Congreso que el Gobierno acometerá la "destrucción total" de las 5.589 bombas de racimo que poseen en la actualidad las Fuerzas Armadas "en menos de dos años", al tiempo que aseguró que España se sitúa con esta política en "la vanguardia del humanitarismo" como uno de los primeros países en destruir su arsenal de este tipo de municiones.

La ministra, que compareció a petición propia en sesión extraordinaria de la Comisión de Defensa de la Cámara baja, afirmó que "en los próximos días" la Secretaría de Estado de Defensa aprobará una directiva para la "suspensión inmediata" del "empleo operativo" o en maniobras de las bombas de racimo y aclaró que los ejércitos españoles nunca han utilizado estas municiones.

Avanzó que el contrato para la destrucción de este arsenal será adjudicado en el último trimestre de 2008 y explicó, tras desglosar en que consistirá el proceso, que la eliminación se realizará siguiendo la pauta de reciclado, reutilización y recuperación de los materiales que componen la munición.

La ministra de Defensa explicó que España cuenta en sus arsenales con 5.589 bombas de racimo que procederá a eliminar, de las cuales 4.600 son granadas de mortero de fabricación nacional, 600 son municiones estadounidenses y las 400 son bombas antipista españolas. La destrucción tendrá un coste estimado de unos cuatro millones de euros.

En el segundo turno de réplica, la responsable de los Ejércitos afirmó que su Departamento estudia un plan de compensación para las empresas españolas fabricantes de bombas de racimo por dejar de producir estas municiones.

Chacón, que comenzó su intervención relatando la historia de un niño que sufrió la explosión de una bomba de racimo cuando tenía ocho daños, afirmó que la destrucción de estas municiones comenzará "el día siguiente" a la firma del contrato y que España habrá eliminado antes de la entrada en vigor del Convenio de Dublin, prevista para el 3 de diciembre próximo, unas 100 unidades.

Anunció además que las nuevas Reales Ordenanzas que su Departamento prevé aprobar antes de final de 2008 incluirán un capítulo de ética en operaciones, para que los militares "conozcan y difundan" los convenios internacionales firmados por España, con especial hincapié en las restricciones de armas y protección de civiles.

La ministra definió el Convenio de Dublín, aprobado el 30 de mayo, como "un éxito del multilateralismo" y destacó el protagonismo de los sucesivos Gobiernos españoles, los grupos parlamentarios y las organizaciones no gubernamentales contra las bombas de racimo. 

Aseguró que el actual Ejecutivo ha tenido "una política de hechos" contra este tipo de municiones y resaltó la importancia de la prohibición aprobada el pasado 11 de julio en Consejo de Ministros porque sitúa a España como pionera en esta materia y porque contempla no sólo la destrucción sino la ayuda a las víctimas de estos artefactos, con 4,4 millones de euros previstos para este área en 2008, y la prohibición de importación y exportación, todo ello por medio de la acción conjunta de los Ministerios de Exteriores, Industria y Defensa.

Chacón avanzó que su Departamento adoptará "las medidas necesarias" para que las Fuerzas Armadas cuenten con municiones que sustituyan a las de racimo y subrayó que los ejércitos continuarán trabajando en labores de neutralización de este tipo de artefactos en el exterior. "Hemos sido pioneros en la desactivación de explosivos en zonas de operaciones. Ahora vamos a serlo también en la erradicación de las municiones de racimo", aseguró.

Todos los grupos manifestaron su satisfacción por la prohibición de las bombas de racimo y por la firma del Convenio de Dublín, al igual que a la hora de destacar el papel que han tenido las ONG en esta materia, si bien discreparon sobre el protagonismo del Gobierno español para conseguir la prohibición total de estas municiones. 

El portavoz de IU-ICV, Gaspar Llamazares, criticó a la ministra por considerar que no existen razones "para el autobombo" del Ejecutivo español porque otros países como Bélgica o Noruega se adelantaron a la destrucción del arsenal.

Aseguró que el convenio internacional de Dublín supone una "satisfacción" pero incidió en que no hay motivo para el "triunfalismo" por el alto nivel de exportaciones de armas de España y porque existen contratos plurianuales de venta de bombas de racimo, de los que se desconoce si se cumplirán.

El portavoz de IU manifestó su preocupación por la posibilidad de que Estados Unidos --que no ratifica el Convenio de Dublín-- no respete la decisión española contra las bombas de racimo en las bases militares de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla).

Por su parte, el portavoz de CiU, Jordi Xuclá, consideró que España no ha sido uno de los países pioneros en planear la destrucción de su arsenal y citó el ejemplo de Reino Unido, que lo decidió antes de la firma de Dublín. 

El portavoz nacionalista catalán se preguntó si era necesario una comparecencia de la ministra de Defensa en sesión extraordinaria y afirmó que el Gobierno ha tenido en ocasiones un comportamiento "dubitativo" en la prohibición internacional de estos artefactos. 

Ya en segunda réplica, Xuclá advirtió a la ministra de Defensa sobre las consecuencias que puede tener sobrevalorar el papel del Gobierno español para conseguir la prohibición internacional de las bombas de racimo con una escueta frase: "De lo sublime a lo ridículo sólo hay un paso".

La portavoz del Grupo Popular, Beatríz Rodríguez-Salmones, cuestionó a Chacón porque no realizó ni una sola referencia a un tema que considera tan importante cuando compareció por primera vez ante la Cámara baja el 30 de mayo y por qué motivo no lo incluyó en aquella "hoja de ruta" que explicitó entonces.

La diputada expresó la "satisfacción" de su formación por "un hito histórico" como el Convenio de Dublín, resaltó el "liderazgo moral" español en esta materia y reconoció el papel de las ONG como "motor" de la prohibición. 

Tras criticar que la decisión del Gobierno se haya producido después de una iniciativa parlamentaria similar impulsada por todos los grupos políticos, reclamó a Chacón mayor concreción sobre los plazos de eliminación y la alternativa a las bombas de racimo para el arsenal español. 

El portavoz del Grupo Socialista, Jesús Cuadrado, defendió el papel de España como pionera y destacó la labor que realizan las Fuerzas Armadas españolas en el desminado y la neutralización de estas municiones.

La ministra respondió a las críticas a su decisión de acudir en comparecencia en sesión extraordinaria del Congreso subrayando que considera su obligación informar a la Cámara de un tema tan relevante como la prohibición de las bombas de racimo y pidiendo disculpas irónicamente por la posibilidad de haber interrumpido las "vacaciones" de algún parlamentario. 

La referencia fue replicada por CiU, IU y PP asegurando que los diputados no han dejado de trabajar y Chacón respondió retirando la insinuación y coincidiendo con los parlamentarios en que el Gobierno y los diputados no han dejado de cumplir sus tareas.

La ministra negó tajantemente que el Ejecutivo haya podido ser "dubitativo" contra las bombas de racimo y reivindicó el papel de España desde el principio y hasta el final de todo el largo y complejo proceso que ha culminado con el Convenio de Dublín y con la progresiva eliminación de los arsenales de los países firmantes.

Aseguró, por último, que el Gobierno estudiará cómo aplicará a los contratos plurianuales de exportación de bombas de racimo la prohibición y que analiza además las municiones que las reemplazarán en los arsenales de los ejércitos.