El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró ayer que la prioridad de su partido ante la "parálisis de ideas" del Gobierno consistirá en solucionar la crisis económica, por lo que aprovechará el primer pleno del Congreso en septiembre para plantear sus medidas.

Rajoy abrió el nuevo curso político en su tierra, en Galicia, concretamente en la localidad pontevedresa de Sotomayor y rodeado de unos dos mil militantes y cargos del PP en la comunidad autónoma, entre ellos el presidente del partido en Galicia, Alberto Núñez Feijóo; el presidente fundador, Manuel Fraga, y la portavoz del grupo en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría.

Tras recordar a las víctimas del accidente del aeropuerto de Barajas, el tramo más amplio de su intervención lo centró en la crisis económica, que será la "prioridad" del PP en los próximos meses, "el eje básico" de su actuación y, por ello, aportará sus propuestas para resolver los problemas de las familias y de las pequeñas y medianas empresas y darles confianza, pues el Gobierno, puntualizó, no lo hace.

Como primer partido de la oposición, como partido votado por más de diez millones de españoles, Rajoy destacó que sus obligaciones son controlar al Gobierno y plantear iniciativas, especialmente en el campo económico, cuyo cumplimiento sólo dependerá de la voluntad del Ejecutivo.

El PP no esperará mucho, sólo hasta el primer pleno que celebre el Congreso en septiembre, para hablar de la situación económica y ofrecer sus propuestas de austeridad en el gasto público, así como para reforzar la confianza de las empresas -reducción al 20 por ciento del Impuesto de Sociedades- y de las familias -aumentar las deducciones en el impuesto de la renta-.

Rajoy se mostró optimista al asegurar que "de la crisis se sale", para lo que ha recordado la experiencia de su partido cuando llegó al Gobierno en 1996, aunque ello no será posible si el Gobierno sigue sin "coger el toro por los cuernos" y creyendo que "las cosas se arreglan solas".

"En la economía, si dejas de dar pedales, corres el riesgo de que la bicicleta se caiga", subrayó.

En su opinión, el jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, "lo ha hecho muy mal" y "no ha estado a la altura de las circunstancias", tampoco en la reforma de la financiación autonómica, un "problema" que ha creado el propio Zapatero al iniciar un debate sin saber cómo acabaría.

Ante la situación actual, y en las puertas de un nuevo curso político, que para Rajoy es el comienzo "en la práctica" de la legislatura, el líder del PP ha asegurado que este segundo Gobierno de Zapatero, pese a llevar cuatro meses en el poder, "parece una eternidad" y "está agotado", "no tiene capacidad de acordar", sufre "problemas internos" y se muestra "incapaz de resolver" los problemas.

A partir del mes que viene el Congreso comenzará a negociar los Presupuestos Generales del Estado de 2009, que, al entender de Rajoy, deben tener "un único objetivo: abordar la crisis que atraviesa España".

Pese a todo, el líder del PP ha reiterado que apoyará al Ejecutivo en la consecución de unas cuentas públicas que ayuden a salir de la crisis, así como en otras cuestiones como la lucha antiterrorista, la renovación de la Justicia o el cumplimiento de la Ley de Dependencia.

Rajoy, que acudió por segundo año consecutivo a Galicia para iniciar el curso político, aludió a Alberto Núñez Feijóo, de quien aseguró que será el próximo presidente de la Xunta una vez que el jefe del Ejecutivo gallego anunciase que agotará la legislatura.