DERBI Betis y Sevilla ya velan armas para el derbi

Lunes del 'pescaíto'

La grandeza de los diminutivos

  • Esplendor, ganas de Feria y buen tiempo. La coctelera era perfecta para el mejor comienzo posible. Los puentes y la calle Asunción, peatonal hasta Virgen de Luján, eran pasarelas de acceso al real.

A Ybarra le sobraron siete apellidos vascos para fundar la Feria de Sevilla. El fundador se unió con un fundidor, Narciso Bonaplata. Los Ybarra tienen caseta, los Bonaplata no. No les hace falta. Tienen su consulado simbólico en Wifredo el Belloso. Se les podía aplicar lo que decía John Wayne de los apaches en Fort Apache: "Si no los ha visto, eran catalanes". 

Ayer, en el vigésimo tercer aniversario de la inauguración de la Exposición Universal de 1992, se inauguró una nueva edición de la Feria de Abril. Semana de farolillos en primavera de elecciones. Farolillos con pescaíto. La inauguración oficial tuvo lugar con la ceremonia del alumbrado. La oficiosa, en el ritual del pescaíto de la mayoría de las casetas. Igual que en la ciudad conviven el plateresco y el mudéjar, el gótico y el rococó, en la Feria también cohabitan muchas maneras de celebrar: la intimista, la presumida, la presuntuosa, la exhibicionista. 

Hay dos visiones de la Feria: los que van a ver; los que van a que los vean. El cruce de esas dos miradas es una rareza antropológica digna de concederle el premio Demófilo a la ciudad entera por esa sana combinación entre la melancolía y el orgullo. 

La gente vaciaba la ciudad y tomaba la Feria. Aires de Expo cambiando el panorama desde el puente: muelle de Sevilla, Feria de Nueva York. Sevillanas en el Garbanzo Negro. Decenas de fotografías en la plaza de los buñuelos, rincón del viajero romántico. El escritor José María Vaz de Soto, experto en las Ferias de Paymogo y Mulhouse, iba en sentido contrario a la gente: por el parque de María Luisa rumbo a la barriada del Porvenir. 

23 años de la Expo. 23 años que llevan los socios de la Casa de Castilla y León para que el Ayuntamiento tenga a bien concederles una caseta. José Colina, leonés de Ponferrada, vicepresidente de la Federación de Casas Regionales, tiene que conformarse con acudir de invitado. De oriundo, en el argot balompédico. En la puerta de una caseta fundada en 1976 saluda a María del Mar Sánchez Estrella, delegada de Cultura y Deportes. 

El cronista, para rememorar los ecos de la Expo, juega con el número 92 en cuatro calles paralelas, las cuatro que atraviesan la columna vertebral de la Feria desde la portada, pórtico del cielo, hasta la calle del infierno. 

En el número 92 de Gitanillo de Triana las cocineras esperaban la llegada de los comensales. Se llama Los + Rezagaos. Una metáfora de la propia Expo, que tuvo que vencer el pánico a los retrasos, incendio de pabellón de postín incluido, con el precedente de una Exposición del 29 que se celebró quince años después de la fecha prevista. 

Suena el piano con las notas de Mediterráneo de Serrat en la caseta de la Policía Municipal, donde se sirve un refrigerio fuera. El Nen de Poble Sec es un icono de las fiestas primaverales, abanderado de Bonaplata: su Saeta convertida en marcha procesional, Mediterráneo en este parque temático de las sevillanas. 

El número 92 de Joselito el Gallo debe ser del año 81, a juzgar por el número que ilustra la pañoleta. El ocho es una guitarra que invita a la jarana, a la fiesta y el reencuentro. A su lado, una caseta-retén de bomberos, sólo agua para el fuego; enfrente, la caseta de Pineda. Presencia muy adecuada. Hay gente que come, bebe y charla y sólo les faltan los gemelos de la ópera o del hipódromo para ver cómo les miran. 

Los Feriantes. Es el nombre de la caseta que ocupa los módulos 90-92 de la calle Juan Belmonte. Está junto a Los del 84, que no tiene al Gran Hermano en la puerta, y la de la APS sin spa. La más que centenaria caseta de la Asociación de la Prensa que ayer también tuvo su cena del pescaíto porque perro no come carne de perro pero no le hace ascos a la merluza y al adobo. 

Han sido de los madrugadores. El número 92 de Pascual Márquez ya tiene a todos los invitados, socios y allegados, sentados en sus mesas respectivas. El catering es cuidado y el que lleva las riendas tiene look de chef televisivo. La caseta la presiden los colores de la bandera de España. Es de la Asociación de Antiguos Caballeros Legionarios de España. 

Por Asunción seguía entrando gente. El cantaor Nano de Jerez con un guitarrista. Rubén Sánchez, el ombudsman de Resolana, de la mano de una niña. ElSprite está de oferta en el súper de Asunción. Para el rebujito.

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