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Guantánamo, 10 años de vergüenza

  • Una aberración para algunos, una necesidad para proteger al país para otros, el centro de detención de EEUU en Cuba cumple una década pese a la promesa de Obama de cerrarlo en su primer año

Una década después de la creación de la cárcel de Guantánamo en suelo cubano y la promesa del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de que la cerraría, el debate sigue abierto: ¿Vergüenza o necesidad?

Muchos lo ven como una aberración, mientras que otros lo ven como una necesidad para proteger a Estados Unidos. Obama la intentó cerrar pero se rindió ante la oposición. Mientras, Guantánamo cumplió el miércoles 10 años y su cierre se encuentra en un futuro lejano.

Durante su campaña política, Obama criticó duramente el campo de Guantánamo como un "triste capítulo de la historia de Estados Unidos" e incluso prometió que en caso de victoria lo cerraría. Sin embargo, bajo su mandato, la detención de cientos de sospechosos de terrorismo sin derecho a juicio no cesó.

No hay rastro de lo prometido. Guantánamo cumplió 10 años y el presidente acaba de firmar una nueva ley que da luz verde a continuar con el encarcelamiento indefinido de sospechosos de terrorismo. Algo sí hay claro: el campo se mantendrá en Cuba a largo plazo.

Defensores de los derechos humanos y círculos liberales protestaron. Ben Winzer, de una de las mayores organizaciones defensoras de los derechos civiles en Estados Unidos, ACLU, habló de una "nueva ruptura con el Estado de derecho". La protección de la nación y el respeto a los derechos humanos no pueden ser excluyentes, apuntó.

Sin embargo, en muchos sitios permaneció el silencio, incluso en el extranjero, donde se protestó encolerizadamente durante la era del ex presidente George W. Bush.

Fue el 11 de enero de 2002, exactamente cuatro meses después de los atentados del 11-S, cuando se llevaron a los primeros 20 detenidos al campamento. Procedían de Afganistán, de la guerra contra el terrorismo del Estados Unidos de Bush.

En las televisiones norteamericanas se vio a los detenidos en el campo X-Ray arrodillándose en el suelo, en jaulas, como si estuvieran en un zoo.

Los recintos de alambre pertenecen al pasado y el número de internos se redujo de manera significativa. Pero según los informes del Pentágono todavía había 171 prisioneros de 20 nacionalidades a finales de 2011.

En total, desde comienzos de 2002 se encarceló a casi 780 prisioneros, gran parte procedentes de Yemen.

Durante años, Estados Unidos transfirió a más de 600 prisioneros a otros países, entre ellos Alemania. Sólo siete de los detenidos en Guantánamo fueron condenados hasta ahora, seis de ellos por una polémica comisión militar que creó específicamente Bush para los procedimientos contra los sospechosos de Guantánamo

La Administración Obama quiere enjuiciar a decenas de los detenidos. Otros quedarían en libertad si encuentran países de acogida.

Pero como señaló la organización Amnistía Internacional, el Gobierno aún no resolvió la situación de 48 detenidos, que no serán puestos en libertad ni sometidos a una comisión militar.

Se les consideraba peligrosos pero no hay evidencias suficientes para un proceso, lo que significa que podrían permanecer en prisión por un periodo sin límite, también bajo la Administración Obama.

"Es una historia triste con muchos autores", dijo Winzer. Como otros muchos críticos del presidente en esta cuestión, no cree que Obama tenga voluntad de cerrar el campo y abolir los tribunales militares. Además, Winzer habló de "un montón de oportunidades perdidas" durante los primeros meses en el cargo, cuando los demócratas controlaban aún las dos cámaras.

Activistas pro derechos humanos de todo el mundo se alegraron cuando Obama anunció el cumplimiento de sus promesas de campaña poco después de mudarse a la Casa Blanca. Entre ellas estaba el cierre de Guantánamo en un año. Pero rápidamente quedó claro que el idealismo liberal que inspiró a Obama subestimó la oposición de su propio país y el miedo al terrorismo.

Existe un punto de conflicto. ¿Qué hacer con los detenidos de Guantánamo? Estados Unidos no se quiere quedar con nadie, ni siquiera en una cárcel de alta seguridad. El Congreso se resiste a cualquier transferencia de prisioneros a su territorio, hecho que nunca se ha producido hasta ahora.

Al final, fallaron los planes de Obama de enjuiciar a los prisioneros, entre ellos los autores intelectuales del 11-S, ante los tribunales civiles de Estados Unidos. Los tribunales especiales retomaron el trabajo, aunque con más derechos para los acusados.

Pronto podría llevarse a cabo incluso un proceso que por primera vez implique la pena de muerte, lo que supondría un nuevo capítulo en la historia de Guantánamo.

Según Matthew Pollard, asesor jurídico de Amnistía Internacional, "en los dos últimos años hubo un cambio. Actualmente uno encuentra sólo unas pocas personas en el Congreso de Estados Unidos que están en contra de Guantánamo. El motivo es una política del miedo, que se encuentra en todas partes. La opinión dominante es que Estados Unidos sigue amenazada por terroristas y que el único camino para reaccionar es militar. Esto vale para el Congreso, las cortes y la Administración. Para Obama es un gran desafío avanzar contra estas limitaciones, que vienen de esos sitios".

A pesar de todo, no entra un preso en la Bahía desde 2009, algo que Wizner interpreta como un signo de que Obama no quiere dar razones de ser a Guantánamo.

Pero eso no es suficiente para los presos que todavía están dentro. Según Amnistía Internacional, entre ellos hay por lo menos 11 encarcelados que cumplieron una década en cautiverio sin haber conseguido nunca ponerse delante de un juez.

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