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Ángela Merkel, canciller de la República Federal Alemana

"Chávez no puede arrogarse hablar en nombre de toda América Latina"

  • Inmersa en una agria polémica con el presidente venezolano, la líder germana inicia una gira por cuatro países a los que considera "importantes socios políticos y económicos" de la Unión Europea

-Acaba de emprender con relativa demora el primer viaje de su gestión a América Latina. ¿Se puede considerar esto como un signo de que el subcontinente ya no tiene el mismo significado que tenía antes, que la política exterior alemana se concentra en Asia?

-No, porque América Latina ocupa un lugar importante en nuestra política exterior. Me encontré por primera vez con mis colegas de Latinoamérica hace ya dos años, en la Cumbre Unión Europea-América Latina de Viena. En la Cumbre del Grupo de los Ocho en Heiligendamm, el año pasado, hubo ocasión de un nuevo intercambio de opiniones con los presidentes de Brasil y México. La próxima cumbre UE-América Latina en Lima es una excelente oportunidad. Los países de América Latina son para nosotros importantes socios económicos y políticos para la conformación del orden global.

-¿Dónde radican hoy los intereses comunes entre Europa y América Latina?

-La alianza estratégica entre la UE y los países de América Latina y el Caribe existe desde hace casi diez años. En este tiempo hemos ampliado constantemente la colaboración entre ambas regiones. En la cumbre UE-América Latina de Viena 2006 ya tratamos los temas energía y clima, y volveremos sobre ellos en Lima. Especialmente en relación con un acuerdo para la protección del clima después de 2012, que deberá suceder al Protocolo de Kioto, resulta muy importante alcanzar un entendimiento con los países de América Latina. El combate a la pobreza y el desarrollo social también son, desde hace tiempo, asuntos centrales tanto para los propios países afectados como respecto a la cooperación con la UE.

-Su gira no incluye ningún país que tenga una postura crítica respecto del libre comercio ni a las organizaciones financieras internacionales. ¿Expresa esto un distanciamiento con países como Argentina, Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Venezuela?

-Al viajar a Brasil y México visito a los socios comerciales más importantes en América Latina, pero eso no significa que los otros países de América Latina no sean significativos para mí. En la conferencia de Lima tendré, con toda seguridad, ocasión de encontrarme con jefes de Estado de algunos de los países mencionados y de intercambiar opiniones.

-La política nacionalista de izquierda del presidente de Venezuela Hugo Chávez dañó de manera fundamental la relación entre la UE y América Latina. Incluso el Rey de España manifestó hace poco su enojo hacia Chávez.

-Un único país no puede dañar por mucho tiempo las relaciones entre la UE y América Latina. El presidente Chávez no puede arrogarse hablar por Latinoamérica. Cada país tiene su propia voz, con la que persigue sus propios intereses. El mismo pueblo venezolano ha tomado partido con su rechazo del referéndum de enero último.


-El modelo de la economía social de mercado sigue siendo para usted el modelo del futuro, tanto para Europa como para Alemania. ¿Vale esto también para América Latina?

-La pregunta decisiva es en realidad cómo las fuerzas económicas y el potencial de un país llegan a desplegarse y, al mismo tiempo, cómo se puede alcanzar la equidad social y mejores condiciones de vida para todas las personas. La economía social de mercado es para mí el modelo que mejor permite alcanzar estos objetivos. A largo plazo, los gobiernos latinoamericanos deberán ser evaluados según cómo resuelvan los problemas sociales. En algunos países observamos, y a eso apunta su pregunta, populismos de izquierda. De acuerdo con nuestra experiencia europea, no creo que economías dirigidas por el Estado puedan dar respuestas mejores y sostenibles a los problemas.

-Brasil es el mayor productor de biocombustibles del mundo. La sostenibilidad medioambiental de los biocombustibles resulta dudosa a ojos de muchos expertos, sobre todo en vista de la deforestación extensiva. ¿Sigue creyendo que los biocombustibles son el futuro?

-Los biocombustibles tienen un papel en la estrategia general de ampliar el uso de las energías renovables. Pero para el equilibrio medioambiental resulta esencial que se produzcan de manera sostenible. Parte de lo cual implica no deforestar superficies boscosas para la producción de materias primas. Alemania y Brasil aspiran por eso a obligarse, mediante un nuevo tratado bilateral de energía, a impulsar la producción y el uso sostenible de biocombustibles.


-Al respecto hay otra cuestión: ¿no se ha vuelto moralmente dudoso usar los cultivos para producir biocombustibles en vez de alimentos?

-La lucha contra el hambre y las carencias alimentarias en todo el mundo es una de las tareas más importantes de la comunidad internacional de Estados, y es un tema prioritario también para Alemania, tanto para nuestra población, tal como muestra la enorme disposición a hacer donaciones, como para el Gobierno alemán. Por eso me tomo muy en serio la preocupación de la gente sobre los crecientes precios de los alimentos. Las causas de los altos precios de los productos alimentarios son múltiples. Los principales factores son la creciente demanda mundial de bienes agrarios y el fuerte crecimiento de la población. A eso se suman las caídas de la producción por razones climáticas en importantes países exportadores, los bajos niveles de stock, los altos precios de la energía, que encarecen la producción, y los efectos condicionados por la especulación.


-En Colombia, el tema de la lucha contra las drogas ocupará probablemente el punto central en las conversaciones. ¿Tiene que esforzarse más Alemania? ¿Tratarán el tema Betancourt?

-Lo importante para combatir de forma efectiva el cultivo, la fabricación y el comercio de cocaína es la disposición de todos los países en los que se cultivan drogas, pero también aquellos en las que las drogas se colocan ilegalmente. Sólo una profundización de la cooperación con los países de América Latina y el Caribe puede llevar a una lucha efectiva. El destino de Ingrid Betancourt me afecta. Y con la señora Betancourt hay otros centenares de rehenes de las FARC. Nosotros apoyamos los esfuerzos del Gobierno colombiano para alcanzar una solución al drama.

-¿No debería avanzar la UE hacia una política del cambio mediante el acercamiento a Cuba?

-La Unión Europea y también el Gobierno alemán observan el desarrollo en Cuba con gran atención. Los primeros síntomas de cambio deberían llevar, en interés de la gente, a verdaderas transformaciones. Entre ellas, destaca la liberación de los numerosos disidentes que aún siguen presos.

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