Los votantes independientes tendrán la llave mañana para ganar New Hampshire, donde el multimillonario Donald Trump y el senador Bernie Sanders parten como favoritos en las primarias republicanas y demócratas respectivamente.

Todos los ojos estarán mañana puestos en NewHampshire, un estado de 1,3 millones de habitantes que se encuentra en la región de Nueva Inglaterra, en el noreste del país. El "estado de granito", como es conocido, es el quinto más pequeño en superficie y el noveno menos poblado de los 50 del país. Al igual que Iowa, el primer estado en votar en caucus (asambleas electivas), New Hampshire es el primer estado en el que se celebran las elecciones primarias para la presidencia de EEUU, de ahí que acapare los focos.

Trump, con un 30,7% de los votos, lidera las encuestas para las primarias republicanas, seguido por los senadores hispanos Marco Rubio (16,4%) y Ted Cruz (12%) y el gobernador de Ohio John Kasich (12%), según una media de las encuestas publicadas. Los tres intentarán presentarse como los únicos capaces de unir a los republicanos y de derrotar al candidato democrata en las elecciones presidenciales de noviembre, ya sea Hillary Clinton o Bernie Sanders.

En el campo demócrata, el senador Bernie Sanders lidera las encuestas en New Hampshire con un 55,6% de intención de voto, frente al 38,9% de apoyos de Hillary Clinton, tras la ajustada victoria de la ex primera dama en los caucus de Iowa.

Una victoria en las primarias de New Hampshire no garantiza la nominación del partido a las elecciones presidenciales ni menos aún una victoria en los comicios de noviembre, pero puede ayudar a consolidar a los candidatos más fuertes y hacer abandonar la contienda a los más débiles. De hecho, tras los malos resultados de Iowa, tres candidatos republicanos -Mike Huckabee, Rick Santorum y Rand Paul- y uno demócrata -Martin O'Malley- suspendieron sus campañas presidenciales.