Las Naciones Unidas creen que el conflicto en Costa de Marfil, en marcha desde más de tres meses, amenaza con sumir al país en una nueva guerra civil. Decenas de miles de personas ya han huido y cientos de miles viven con temor a que recrudezca la violencia. En el barrio de Abobo, en la ciudad portuaria de Abiyán, impera el miedo. Decenas de miles de personas han huido de la ciudad en los últimos días y otros han buscado refugio en otras partes de la ciudad o en iglesias.

La sangrienta represión el jueves de una manifestacion pacífica por parte de las fuerzas de seguridad del presidente Laurent Gbagbo, que permanece en el poder a pesar de perder las elecciones, es para muchos el último detonante. Seis mujeres murieron en las calles de Abobo y al menos otras 20 resultaron heridas de gravedad.

"Las mujeres cantaban y sostenían las manos en alto para mostrar que no portaban ningún arma", dijo un testigo. "Las fuerzas de seguridad abrieron fuego sin advertencia previa y siguieron disparando cuando las mujeres estaban en el suelo o intentaban huir".

El miedo no se ha adueñado sólo de Abobo, considerado un bastión del presidente electo en las urnas, Alassane Ouattara. Diez años después de la guerra civil que dejó en la miseria a la que fuera la potencia mundial de África occidental, un nuevo conflicto se cierne sobre el país. La sangrienta lucha por el poder desde fines de noviembre entre Gbagbo y Ouattara se torna más violenta cada día.

Las organizaciones humanitarias acusan a ambas partes de violaciones, ejecuciones extrajudiciales de adversarios políticos y violencia contra la población civil. Decenas de miles de marfileños ya han huido a la vecina Liberia.

"Ya no tenemos una vida normal", se lamenta Amélia Kali, una residente de Abobo. "Los precios en los mercados están por las nubes y nosotros tenemos que privarnos de alguna comida, porque todo es demasiado caro. Algunas familias tienen que pasar entre dos y tres días con una cazuela de sopa", asegura esta mujer.