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EEUU mata a Ben Laden

  • Obama anuncia la muerte del líder de Al Qaeda en una operación especial en Pakistán desplegada gracias a la pista de los correos de uno de sus hombres. EEUU está en alerta máxima por temor a represalias.

 "Justice has been done" (se ha hecho justicia). Barack Obama, presidente de Estados Unidos (EE.UU), anunciaba de madrugada que, casi 10 años después del atentado de las Torres Gemelas, su país había obtenido su reclamada venganza. Fue su antecesor, George Bush, quien había lanzado la orden de captura ("vivo o muerto") de Osama ben Laden, líder de Al Qaeda. El multimillonario terrorista estaba escondido en un complejo de lujo en Abbottabad (Pakistán) cuando las tropas estadounidenses irrumpieron y se encargaron a tiros de la desaparición del mayor enemigo público de Occidente, que ahora está alerta ante las posibles represalias de la organización yihadista que acabó con la vida de unas 3.000 personas aquel 11 de septiembre y de otras 191 en los atentados contra los Cercanías madrileños el 11 de marzo de 2004.

Las autoridades de la potencia llevaban cuatro años siguiendo la pista de uno de los principales correos de confianza de Ben Laden, identificado por los detenidos después del 11-S. El miembro de Al Qaeda vivía con su hermano y sus familias en un edificio inusual, con medidas extremas de seguridad. Era "un recinto extraordinariamente único", según un alto cargo del equipo de Obama.

Los muros de entre 3,6 y 5,5 metros de altura, coronados con alambre de espino, y los muros internos que dividían el recinto; las dos puertas de seguridad que restringían el acceso y el hecho de que los residentes quemaran su basura, en lugar de dejarla para que se recogiera, levantaron las sospechas. Pocas de las ventanas daban al exterior y la terraza tenía un muro de privacidad de 2,1 metros. Todo ello estaba valorado en un millón de dólares, pero no tenía teléfono ni conexión a internet.

Ante esto, se puso en marcha la operación, liderada por Leon Panetta, el director de la CIA que próximamente sucederá a Robert Gates, actual secretario de Defensa. "Teníamos una gran confianza en que el recinto albergaba a un objetivo terrorista de alto valor" y "los expertos (...) consideraron que había una gran probabilidad de que fuese Ben Laden", afirmó la fuente.

Los militares asaltaron la vivienda en helicóptero y acabaron con la vida del terrorista tras 40 minutos de enfrentamiento. Fuentes de la Casa Blanca explicaron a la BBC que el objetivo utilizó a una mujer como escudo humano en los instantes previos a su muerte, que se produjo por un tiro en la cabeza.

Las informaciones sobre si EEUU buscaba el fallecimiento del líder yihadista son contradictorias. Un responsable de seguridad aseveró a Reuters que las tropas no buscaban apresarlo, sino acabar con su vida ("teníamos que ir a matar"), lo que contrasta con lo que dijeron fuentes de la Administración de Obama a la cadena británica: que la idea era capturarlo con vida.

Lo cierto es que, desde que Bush ordenase su busca y captura, no había condicionantes, había que apresar al enemigo de Occidente, vivo o muerto. También son contradictorios los datos sobre otras posibles víctimas del tiroteo. En su discurso, Obama sostuvo que no había habido "bajas militares ni civiles", lo que difiere de lo que dijo a Reuters un alto funcionario de su Administración: que otros tres adultos habían fenecido en el tiroteo.

Estos tres fallecidos podrían ser uno de los hijos del multimillonario, el correo y su hermano. También se habla de una mujer no identificada. Asimismo, se produjeron seis detenciones, las de dos esposas y cuatro hijos del miembro de la cúpula de la organización.

Para los escépticos, el Gobierno estadounidense explicó que las tropas trasladaron el cadáver de Ben Laden a Afganistán, donde compararon su ADN con el de una hermana suya que había fallecido de cáncer cerebral en Boston. Varios medios del país en cuestión, entre ellos la CNN y The New York Times, anunciaron que, una vez cotejadas las muestras, el cuerpo fue lanzado al mar, después de haber sido tratado de acuerdo con la tradición musulmana.

Al término de la operación, Barack Obama anunciaba: "Puedo informar al pueblo estadounidense y al mundo de que EEUU ha matado a Osama ben Laden". Esta desaparición "debe ser bienvenida por todos aquellos que creen en la paz y en la dignidad humanas", dijo el mandatario, que aprovechó para agradecer la "esencial" cooperación de las autoridades paquistaníes.

El ministerio de Exteriores del país oriental anunció que la muerte del líder de Al Qaeda es "un serio revés para las organizaciones terroristas en todo el mundo". El Gobierno recordó que casi 30.000 de sus ciudadanos han perdido la vida en los últimos años en atentados. Por ello... "seguiremos apoyando los esfuerzos internacionales contra el terrorismo". Desde Afganistán, el presidente Hamid Karzai corrobora el mensaje: "Los talibán deberían aprender la lección".

Alerta en Occidente

El propio Obama dijo en su discurso que el país debe mantenerse vigilante, tanto en su propio territorio como en el extranjero. Leon Panetta también anunció que "con casi total seguridad" Al Qaeda intentará vengar la muerte de su líder. De hecho, los talibán paquistaníes anunciaron el mismo lunes que el presidente Asif Ali Zardari y el país norteamericano son sus objetivos prioritarios.

El Departamento de Estado de Washington advirtió a sus civiles en todo el mundo de que podrían ser víctimas de "violencia antiestadounidense". Ante ello... "Urgimos a los ciudadanos en áreas donde estos acontecimientos pueden causar violencia (...) a limitar sus viajes fuera de sus casas y hoteles y a evitar concentraciones y demostraciones masivas".

Este tipo de manifestaciones se sucedieron en EEUU desde que se conoció la noticia. En un arranque patriótico, Obama destacó que la caída de Ben Laden es un "testimonio" de la "grandeza" del país y de la "determinación" de su pueblo. "Estados Unidos puede hacer lo que se proponga".

El sentimiento se contagió con celeridad a la ciudadanía, que se reunió en improvisadas manifestaciones en cuanto conoció la noticia. Lo hizo en lugares emblemáticos como la Zona Cero de Nueva York y frente a las puertas de la Casa Blanca. Cientos de personas se hacían eco del lema que condujo a Obama a la Presidencia, yes, we can (sí, se puede, o sí, podemos) y coreaban entre banderas nacionales: "Estados Unidos, Estados Unidos".

En la misma línea patriótica, el mensaje de Hillary Clinton era: "Esto es América. Nosotros superamos los desafíos, perseveramos y dejamos el trabajo hecho". La secretaria de Estado afirmó que su país continuará persiguiendo "implacablemente" a "los asesinos de gente inocente"... "La lucha continúa y nunca vacilaremos". Ante esto, la única opción que tienen los terroristas es "abandonar Al Qaeda". Según sostuvo, ahora tienen la oportunidad de "participar en un proceso político pacífico".

Como el presidente Obama, la esposa del ex líder demócrata Bill Clinton sostuvo: "Sé que nada puede compensar la pérdida de las víctimas y el vacío que dejan pero espero que las familias puedan encontrar algún consuelo en el hecho de que se ha hecho justicia". Al mismo tiempo, destacó la "estrecha cooperación" de las autoridades paquistaníes, que han ayudado a imponer una "presión sin precedentes" contra la cúpula de la organización.

Diez años después del 11-S

Tres mil quinientos treinta y nueve  días. Es el tiempo que ha pasado desde que una soleada mañana de un  martes primaveral se convirtió en un infierno, en un día que no se  borraría ya de la memoria de los supervivientes. 

Es el tiempo que tomó también dar caza al villano número uno  del ataque, a la figura líder de Al Qaeda, que reivindicó con  orgullo la muerte de casi 3.000 personas, presenciada con horror por  el resto del mundo a través de las pantallas de televisión. 

La muerte del líder de Al Qaeda arroja algunos interrogantes  sobre el futuro de la organización terrorista. Funcionarios  estadounidenses habían subrayado durante años que la capacidad de  Ben Laden para dirigir la red se había visto seriamente afectada por  su necesidad de permanecer oculto, manteniendo comunicación sólo a  través de correos de confianza, más allá de sus esporádicos mensajes  grabados. 

Peter Bergen, un experto en terrorismo que alguna vez entrevistó  a Ben Laden, dijo a CNN que en Al Qaeda no había ninguna figura de  estatura simbólica y carismática suficiente como para reemplazar al  líder. Bergen avanzó hasta afirmar que "matar a Ben Laden es el fin  de la guerra contra el terrorismo. No hay nadie que pueda  reemplazarlo en Al Qaeda". 

Para el gobierno estadounidense es menos seguro. Las embajadas y  bases militares en el extranjero fueron puestas en alerta para la  eventualidad de ataques de represalia de Al Qaeda. Obama calificó la  muerte de Ben Laden como el "logro más importante" hasta ahora en la  lucha contra el terrorismo, pero advirtió que la guerra no ha  terminado.

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