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Cultura

Vuelve la 'crazy people' del 'swing'

  • Los sevillanos O Sister! publican su segundo disco, 'Shout, Sister!', en el que siguen demostrando que "se puede combinar el estudio de la música con el espectáculo" · El próximo día 26 lo presentan en el Teatro Alameda.

Quien ha estado en un concierto de O Sister! sabe de su arrolladora alegría, del portentoso equilibrio entre técnica y emoción sobre el que se sostienen sus bocados de swing y dixie. Y es que los sevillanos son, "y ésa es la clave", dice Paula Padilla, su principal impulsora, "un grupo de directo". De su primer disco, Crazy People (Discóbolo, 2009), con el que se confirmaron como una de las sorpresas más agradables de la escena sevillana, que no anda precisamente escasa de talentos, no queda una sola canción que ahora suene igual en sus actuaciones. "Tenemos el estilo más formado y hacemos cosas que al principio no nos atrevíamos a hacer... como destrozar los temas", bromea.

Fruto de ese mismo juego permanente con las canciones de su repertorio, muchas de aquéllas cuajaron, fueron tomando "empaque" y constituyen ahora los 12 temas de Shout, Sister!, segundo álbum recién editado de nuevo por Discóbolo y producido como aquel formidable debut por Jordi Gil. Algunas de esas composiciones, todas de los años 20 y 30, vienen firmadas por Cole Porter, Irving Berlin o Martha Boswell, una de las Boswell Sisters, inspiración fundacional de O Sister!, aunque cabría precisar que las interpretaciones del sexteto -que se completa con Helena Amado, Marcos Padilla, Matías Comino, Camilo Bosso y Pablo Cabra- acreditan tal entusiasmo, tanta vida, que esquivan sin inmutarse la inercia del revival, el riesgo de la imitación desvirtuada.

"Ha sido un proceso de aprendizaje", explica Matías Comino. "De hecho -asiente la cantante- ahora no nos preocupa apartarnos un poco del estilo en algún momento. Por ejemplo, hay en Puttin' on the Ritz [de Berlin] una parte que nos suena a rock & roll, y no vemos que sea un pegote porque salió así, con naturalidad". Shout Sister! suena con un brío, con una burbujeante y muy consciente ligereza que renueva la sorpresa de escuchar la música de esta banda empeñada en devolver el jazz al fragor de los bares. "La música hay que cuidarla como un arte, pero es también disfrute y puede incluso tener un toque humorístico, por qué no. Se puede combinar el estudio de la música con el espectáculo", defiende Comino.

"Esto es algo que llama mucho la atención cuando actuamos en circuitos más exclusivamente jazzísticos. Se sorprenden, no están acostumbrados a que la gente se ponga así [hace un amago del baile de la gallina, marca de la casa], a que los espectadores se levanten y bailen, que estén riéndose", continúa la vocalista. "Pero así empezó todo, señores -apostilla él-. Por mucho que tantos lo escuchen ahora con la ceja levantada y la cara así [pone rostro circunspecto, y una mano apoyada en escorzo sobre la barbilla], el jazz empezó así. Y después la gente se fue sentando...".

Al igual que el anterior, la grabación del disco ha sido analógica, con todos cantando y tocando a la vez. "En algunas partes hay algún efecto, porque queríamos que determinados momentos sonaran más viejunos [risas], pero en el grueso de los temas lo que se escucha es el espacio de la habitación, ese sonido abierto", comenta el guitarrista del grupo. "Yo no sé cómo lo ha hecho Jordi, pero se ha superado. Conserva el espíritu, pero suena bastante mejor que el primero, con más definición. En el otro se perdían cosas, detallitos. En éste hay más colores", dice Padilla sobre el trabajo en los estudios Sputnik, realizado en su mayor parte durante la primera semana del pasado mes de diciembre.

En Sevilla, el álbum puede comprarse a un precio de 10 euros en el Café Jazz Naima, en la librería La Fuga y en la galería Delimbo. Para la distribución nacional la apuesta es colaborar con tiendas de ropa y muebles vintage, para tratar de afinar la búsqueda de su público potencial, aparte del suministro a través de www.osister.es. Un planteamiento comercial modesto, posibilista y casero, que combate con la autoproducción y una dedicación robada al tiempo libre el depauperado panorama discográfico. En todo caso, mucho más allá de la obligada economía de guerra, el disco se sustenta sobre una red de afectos y complicidades. La prueba está en la amplia nómina de colaboradores: entre otros, Ángel Andrés Muñoz (piano), Miguel Romero (violín), Juli Aymí (clarinete), Nacho Botonero (trompeta), Francisco José Rosario (trombón), Raquel Batalloso (violín) y Paul Laborda, "una máquina, el mejor guitarrista de jazz manouche que hay en España", dice Comino.

O Sister! ha estado este fin de semana presentando el disco en Madrid, donde se han creado un público fiel y entusiasta, como prueban sus tres conciertos seguidos en la sala Clamores. En Sevilla lo harán en el Teatro Alameda a finales de mes, el día 26. Les queda pendiente, más allá de su próxima visita a Portugal (el 16 de junio en Serpa), la salida al extranjero. "Sabemos que tarde o temprano llegará ese momento", dice la cantante. "A lo mejor para final de año hay algo en Europa. Y en Estados Unidos estamos conectados con el club de fans de las Boswell Sisters, y para nosotros, aunque no hayamos tocado allí, eso es ya un subidón. Hicimos un vídeo para conmemorar el aniversario de la muerte de una de ellas, y su nieta lo vio y nos escribió flipando, totalmente emocionada. ¡Eso sí que es bonito!".

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