Desde su despacho en el convento de Santa Clara, la primera mujer que dirige la Bienal de Flamenco afronta, con calculadoras e imaginación, el alud de recortes que sufre esta XVII edición. La última estocada la ha dado Turismo Andaluz, que le comunicó por carta el martes -cuando concedió esta entrevista- su "imposibilidad presupuestaria" para patrocinar el festival, al que el anterior equipo de la Consejería destinó 150.000 euros. Las diferencias son flagrantes: la Bienal de 2010 contó con 2,3 millones (el doble que ésta), de los cuales más de 700.000 los aportó la Junta. El reciente Festival de Música y Danza de Granada ha dispuesto de 3,3 millones, el triple. Evitar el déficit y mantener la calidad con 1.150.000 euros obsesiona ahora a esta mujer independiente y dialogante, licenciada en Filología y Periodismo, cuyo pasado como traductora siempre la mueve a intentar comprender al otro. Pero, a 40 días de arrancar la cita, le resulta difícil asumir que la Junta retire su apoyo al principal evento jondo andaluz, que promueve desde 1980 el Ayuntamiento de Sevilla.

-Con un millón menos de presupuesto es imposible sacar adelante producciones propias. Sin embargo, usted presenta dos. ¿Cómo son y de qué modo se han ajustado a los vaivenes económicos?

-Una producción es modesta en cifras pero inevitable porque tenemos muchos grandes maestros en esta ciudad con ganas de generar propuestas y participar y me parecía un deber dedicarles una velada. Será en la gala de clausura del 30 de septiembre en el Maestranza y consistirá principalmente en un homenaje al baile de Sevilla, a sus maestros. Estamos muy agradecidos porque son muchísimos los artistas que han respondido a la llamada. Rafaela Carrasco, que fue alumna de Matilde Coral y maestra repetidora de la compañía de Mario Maya, será la directora del espectáculo. Ella no tenía este año ningún estreno y cada vez le gusta más dirigir y coreografiar para otros. Participarán los tres grandes maestros vivos de la escuela sevillana: Matilde Coral, Manolo Marín y José Galván, con quien bailará su hija Pastora, que de este modo se integra en el cartel de la Bienal. Matilde le montará unas alegrías a Rafaela Carrasco y Manolo Marín coreografiará una pieza breve que bailarán, entre otros, alumnos suyos como Marco Vargas y Rafael Campallo. Belén Maya rendirá tributo a su padre, Mario Maya, y El Carpeta será el encargado de plasmar la escuela de Farruco. La otra producción propia será la que dirige Juan Kruz -que coreografió aquel inolvidable Espérame despierto de Juan Luis Matilla y Mopa- y en la que colabora el Mercat de les Flors de Barcelona. Mi idea inicial era reunir aquí en Sevilla a grandes coreógrafos como Larbi Cherkaoui con flamencos pero hemos optado, ante la crisis, pues no teníamos dinero para montar un centro de creación, por abrir diálogos y atraer a la Bienal al Mercat. Sandra Carrasco, Rafael Estévez y Valeriano Paños están montando en Barcelona y durante todo un mes un espectáculo dirigido por Kruz basado en los romances, tanto flamencos como del Renacimiento español. Muchos temas tratan del destierro, la separación... Son temas duros y, por desgracia, actuales. Kruz es un experto en músicas antiguas y está poniendo a los bailarines en tesituras retadoras. El Mercat les cede por un mes el Graner, su centro de creación [la antigua fábrica de bombillas Philips], donde cuentan con técnicos y todo tipo de facilidades para crear. La Bienal no puede producir pero hay muchas salas abandonadas en Sevilla donde podrían instalarse centros así contando con patrocinadores que asumieran los gastos.

-Se ha volcado en apoyar a los jóvenes. ¿Estarán aquí los Israel Galván y Yerbabuena del futuro?

-Hemos apostado por esa generación que, aunque no es jovencísima, aún está formando sus propias compañías y despegando en solitario. Pienso en Marco Flores, Olga Pericet, Daniel Doña, Manuel Liñán, en Estévez y Paños, Ana Morales, Macarena Ramírez o en Patricia Guerrero, que va a dar mucho que hablar y hará una pincelada en el concierto de Arcángel y la Accademia del Piacere... Tienen desde luego una inquietud similar a la que sentíamos 15 años atrás cuando veíamos los primeros espectáculos en solitario de Eva Yerbabuena e Israel Galván. Pero no sólo tenemos ese tipo de apuestas en el baile, porque en el cante contaremos con voces maravillosas como la onubense Rocío Márquez y la almeriense Toñi Fernández, o con guitarristas como Bettina Flatter, que empieza también muy potente... En esta Bienal apostamos por esos artistas que actúan frecuentemente en el extranjero pero que aquí en España aún no habían dado el salto adelante. 

-Se planteó exponer todos los carteles originales que han anunciado la Bienal, entre los que hay piezas muy logradas y obras de grandes pintores como Tàpies o Pérez Villalta, que ilustra esta edición. ¿En qué fase se encuentra esa iniciativa? ¿Cuáles son las grandes exposiciones de esta Bienal?

-El problema es que faltan algunos carteles. Uno, un collage que se desmontó y es imposible recuperar; tampoco tenemos el de la primera Bienal, que pintó Joaquín Sáenz, con quien se conversa para comprarlo, pero el momento actual es complicado. Así que la gran cita artística será la exposición que acogerá el Casino dedicada a Miguel de Molina, para la que seguramente cobraremos una entrada pequeña. Esta muestra, que pudo verse en Málaga, la ciudad natal de Miguel, con muchísimo éxito, combina el atractivo popular (sus trajes de fantasía, las botas, su reivindicación de la copla) con la mirada a una época histórica especial, en la que podían echarte de España por ser homosexual y de izquierdas. Veremos fotos, cartas y carteles de los grandes artistas de la época. Será un viaje a la España anterior a la Segunda Guerra Mundial. Además, en el Cicus homenajearemos a Mario Maya con una muestra que incluirá fotografías y otras piezas pero que será sobre todo interesante por los vídeos. Quiero que el público y los artistas que pasen por la Bienal puedan ver sus coreografías, algunas de ellas en pantalla grande, como el Réquiem que montó en 1994 para el debut de la Compañía Andaluza de Danza o su célebre Camelamos Naquerar. Me habría gustado dedicarle otra muestra a Manuela Vargas, impresionante como actriz y como bailaora, a la que tendremos muy presente en esta edición porque el Ballet Nacional de España repondrá en Fibes Medea, que ella bailó por primera vez.

-A Camarón le recordarán en el 20 aniversario de su muerte con un concierto en Fibes que está animando mucho la taquilla pese a que en el cartel se echa en falta a nombres como Paco de Lucía.

-No habrá esos grandísimos nombres que el público reclama porque ni Paco de Lucía ni Poveda, que están por encima del bien y del mal en sus respectivas carreras, han querido participar. Pero estará Tomatito, cuya dirección musical será el pilar de este homenaje que él prepara junto al hijo de Camarón, Luis Monge. Hay mucha confusión en torno a Camarón de la Isla, gente que asegura tener derechos que no posee realmente, familiares que temen que se pisoteen sus derechos... Habrá una big band de fondo presente en todo el espectáculo, en el que participarán Remedios Amaya, Duquende, La Susi, Diego Carrasco, Kiko Veneno, Raimundo Amador, Arcángel... Y yo creo que se sumarán más artistas. Reté a mucha gente para participar en este homenaje, incluido el pintor Miquel Barceló, que fue muy amigo de Camarón e hizo la carátula de discos suyos como Potro de Rabia y Miel. Pero no lo he conseguido.

-El otro espectáculo que veremos en el nuevo teatro de Fibes es el del Ballet Nacional de España, el 29 de septiembre. ¿Qué supone abrir este espacio por primera vez a las grandes compañías de danza?

-Es un reto poner en funcionamiento un teatro. Todos conocemos a ese gran arquitecto que es Guillermo Vázquez Consuegra pero hay que ver el escenario de Fibes a pleno funcionamiento, y eso llegará cuando el BNE interprete Medea, porque la compañía necesitará de todo: sastrería, peluquería, grúas... Aunque Manuela Vargas estrenó esta Medea coreografiada por el inolvidable maestro Granero, fue Merche Esmeralda quien la protagonizó en el Real Alcázar de Sevilla durante una Bienal. Ahora los principales papeles corren a cargo de Lola Greco y del sevillano Fran Velasco, un joven que está haciendo mucho por la danza española. Desgraciadamente no estará el coreógrafo de la obra, pero sí el autor de la partitura, el gran Manolo Sanlúcar. Es una lástima que la Sinfónica de Sevilla no vaya a tocar en directo la Medea. La ROSS quería participar en la Bienal pero con otras composiciones, así que tendremos que escucharla con música grabada. Donde sí habrá músicos en directo es en la Suite Sevilla que compuso Rafael Riqueni, que no tocará. Sí se han incluido unas pinceladas a cargo de la maravillosa cantaora onubense Argentina. Tengo curiosidad por ver cómo se recibe aquí esta coreografía del BNE que nos presenta una Sevilla de postal, con castañuelas y trajes típicos.

-La pasada Bienal tuvo una ocupación del 90%. Aunque las entradas para la Bienal están exentas de IVA, ¿está preparada para afrontar el impacto que tendrá en el poder adquisitivo del público la subida de impuestos de septiembre?

-En toda España las taquillas han caído un 30% este año, y eso antes de la aplicación del nuevo IVA. De momento la venta por internet va bien y para Fibes tenemos ya muchas peticiones. Las entradas de la Bienal efectivamente no están gravadas pero el impacto de la subida de impuestos nos afectará directamente en los contratos a artistas y alquileres, porque las actuaciones de la Bienal serán en septiembre, justo cuando subirá el IVA. Espero que se encuentre una fórmula para que el impacto sea el menor posible porque el sector de las artes escénicas es uno de los más débiles y esta medida puede darle la puntilla a las salas independientes. Si las salas pequeñas deben subir las entradas un 13% recaudarán menos y muchas tendrán que cerrar.

-Para que nadie se quede sin Bienal en este difícil contexto económico ha ideado unas propuestas de calle en la que se adivina su pasado como actriz y crítica de danza. ¿Qué novedades habrá ?

-Habrá espectáculos gratuitos en plazas y otros espacios todos los fines de semana. Están concebidos como itinerarios matinales. Hemos planteado una especie de viacrucis flamenco que saldrá del nuevo ágora de Sevilla, las setas de la Encarnación, donde instalaremos un escenario y un pequeño equipo de sonido. Habrá una clase de bulerías pública que impartirá el bailaor Juan Paredes y numerosas actuaciones. Las actividades continuarán en la Plaza Nueva y en la parada del Metrocentro. Otro itinerario pasará por la Casa de la Provincia, en cuyo patio habrá intervenciones, y otro por el mercado de Triana y el Monumento a la Tolerancia de Chillida. Ofreceremos coreografías de unos 20 minutos, a cargo de jóvenes que están despuntando o de artistas ya consagradas, como Rosario Toledo y Leonor Leal, que bailará una pieza dirigida por el coreógrafo Víctor Zambrana. Además, el domingo 23 la Asociación de Artistas Flamencos ofrecerá durante todo el día actividades en el Parque de María Luisa. Y habrá, y esto me ilusiona mucho, un flashmob multitudinario que la gente podrá prepararse en casa mediante un vídeo. Elegiremos una coreografía sencilla para que se arranquen a bailar, seguramente un tango flamenco. Queremos que la gente haga muy suya, desde la calle, esta Bienal.