La futura ley de mecenazgo está articulada ya en un borrador, pero a la espera de que el impacto de sus medidas tributarias y de incentivos fiscales no dañen a la Hacienda Pública, explicó ayer el secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, durante su comparecencia en la Comisión de Cultura del Congreso. Allí habló del Plan Estratégico General hasta 2015, que consta de de cinco ejes fundamentales y contempla unos 240 proyectos, pero que, según denunciaron los grupos parlamentarios de la oposición, carece de concreción.

Cuando los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios pidieron saber plazos específicos para el que es uno de los ejes de la política cultural de este Gobierno, el secretario de Estado alegó que está a la espera de que su "impacto no dañe más a la Hacienda Pública". Sí dijo que promoverá desgravaciones fiscales "lo más atractivas posibles", donaciones y medidas tributarias, así como un órgano institucional de mecenazgo.

Tras negar que la cultura esté "gobernada por el ministro de Hacienda", defendió este "nuevo modelo transversal" que aspira a "implicar a todos los poderes y al conjunto de la sociedad civil" y a "reducir las tutelas políticas de todos". La futura ley se inspira en el modelo francés, en el que las medidas fiscales y de incentivos han provocado que el Estado deje de recaudar 150 millones de euros, pero que se hayan propagado 800 millones en el sector cultural, siempre según los datos que esgrimió Lassalle.