El Lope de Vega se abre de nuevo esta noche al circo, con la llegada de Eoloh!, un espectáculo que según sus creadores aspira a capturar la espectacularidad del Circo del Sol -una fuerte inspiración que reconocen sin dudarlo como fundamental- pero en el ambiente mucho más íntimo de un teatro. Hasta el domingo y durante cinco funciones, el patio de butacas del Lope se convertirá en una suerte de sala de espera de un aeropuerto, el lugar imaginario donde se desarrollarán los 13 números que componen el montaje, que se dividirá en dos partes: la primera, una recreación de los preparativos para el despegue de un vuelo, y la última, "un gran final", donde se desatará una tormenta y "todo empezará a volar", dice el director del espectáculo, Manuel Coronado.

La obra tiene un marcado tono navideño y está pensada especialmente para todos los públicos. "Queremos que salga feliz el niño y la pareja joven, el rector de la Universidad y la abuelita", dice Coronado, con una trayectoria ligada a grandes eventos (desde las fiestas en el lago de la Expo 92 de Sevilla a la inauguración del Mundial de Esquí de Granada en 1996, pasando por los actos conmemorativos del F.C. Barcelona y el Real Madrid) que espera ahora volcar en esta aventura circense de producción española, a cargo de la promotora Letsgo, con sede dividida entre Getxo y Madrid.

Durante alrededor de hora y media, con un "ritmo trepidante", dice su director, Eoloh! ofrecerá "no sólo circo, ni sólo teatro, ni sólo baile, ni sólo música, ni sólo clown", y al mismo tiempo una suma de todo eso, o al menos ésa es la intención de sus responsables, entre quienes se cuentan, en el apartado coreográfico, la bailarina y creadora Teresa Nieto, ganadora del Premio Nacional de Danza en 2004 y codirectora de la compañía Arrieritos.

Números en camas elásticas y barras rusas, acrobacias sobre cubos, aros y trapecios, y también gags protagonizados por payasos, integran este "regalo para los sentidos", como le gusta decir a sus responsables, que han enrolado además a intérpretes de muchos y diversos lugares del mundo, desde Etiopía a Kazajistán, pasando por Francia, Rusia, Ucrania, Etiopía, México o España; un "pequeño Babel", bromean Coronado y el productor artístico de la obra, Iñaki Fernández, en la que participan más de 20 artistas con experiencia en proyectos emblemáticos de esta disciplina como el ya citado y referencial Circo del Sol, Afrika Afrika y en varios proyectos del actor y director canadiense Robert Lepage, colaborador ocasional de la primera y famosa compañía.

El despliegue técnico, como suele ser habitual en este tipo de espectáculos, es digno de mencionarse: tres motores se emplearán para reforzar las coreografías aéreas, "en la línea de los espectáculos de Broadway y de Las Vegas", subrayan sus responsables, que utilizarán más de un centenar de piezas de vestuario y atrezzo. "Nos propusimos conseguir los mejores números de circo que hubiera en este momento en el mercado, y una vez que los tuvimos, nos dedicamos a ensamblarlos, combinando varias artes, en una historia en torno a la figura mítica de Eolo, el dios del viento", explica Manuel Coronado, que invita a todos los espectadores, independientemente de la edad que tengan, a acudir al Lope de Vega dispuestos a ejercitar su "capacidad de inocencia" y teniendo bien presente "la aspiración al gozo que todos tenemos".

El espectáculo se estrenó en la los Teatros del Canal de Madrid el pasado septiembre y ahora reinicia en Sevilla su gira nacional tras un pequeño parón, que la compañía ha aprovechado para pulir los números e incluso introducir algunos nuevos, como el de los saltos con doble aro que se verá en el tramo final del espectáculo por primera vez en el Lope de Vega, primera parada de un largo recorrido de esta troupe colorista, voladora y fantasiosa por todo el país.