Programa: Obras de G. F. Haendel, G. B. Bononcini y G. M. Ruggieri. Contratenor: Xavier Sabata. Intérpretes: A. Mercero y V. Sánchez (violines), M. Ramírez (viola), G. Peñalver (traverso), M. Ruiz (Chelo), J. C. Rivera (tiorba), V. Rico (contrabajo), C. García-Bernalt y A. Casal (claves). Lugar: Iglesia de la Anunciación. Fecha: Lunes 28 de enero. Aforo: Lleno.

Si ya hace nueve años corroboramos que se abría un camino de brillantez artística gracias al apoyo de la Universidad Hispalense a la Orquesta Barroca de Sevilla por medio del Cicus, tras el memorable concierto de anoche no cabe sino felicitar a la institución académica por haber mantenido su apoyo incondicional precisamente en el momento en que la OBS más problemas tuvo para conseguir el respaldo que se merece en esta ciudad.

Sólo faltaría, para redondear la situación, que la OBS pudiese actuar en un local con mejor acústica para que los sufridos espectadores, capaces de hacer una larga cola a la intemperie, pudiesen gozar en su plenitud del sonido de uno de los grupos historicistas más importantes del panorama internacional. Máxime en una ocasión como anoche en que todos los elementos se conjugaron para eclosionar en una espiral de excelencia y de belleza, desde un impresionante Andoni Mercero en las sonatas de Haendel a un Peñalver sublime en virtuosismo en Sol da te, pasando por un riquísimo y brillantísimo continuo en el que volvió a descollar ese violonchelo sin par de Mercedes Ruiz.

Y para completarlo todo, Xavier Sabata, una de las voces de contratenor más bellas de la actualidad, de perfecta homogeneidad en sus registros y sin saltos ni rudezas en los ataques. El fiato es generoso y el caudal de sus recursos técnicos (regulaciones y agilidades) le hicieron brillar en el dramatismo de las arias di furore (acentuadas con gran teatralidad) y conmover hasta el escalofrío con el legato y los pianissimi de Vinto son.