Tribuna libre

Fernando Quiñones, agnóstico

DESDE hace unos meses, y tres años ya, venimos preparando el recorrido y las intervenciones para el paseo primaveral y gaditano que en torno a la figura del escritor y peculiar, polifacético y versátil Fernando Quiñones realizaremos en esta ocasión, el próximo 13 de abril.

Una ruta que está llamada a convertirse en un clásico cultural y reivindicativo de entretiempo para la participación ciudadana en Cádiz, de sus costumbres, de sus necesidades y del recuerdo en forma de homenaje espontáneo al autor del La canción del pirata y Las mil noches de Hortensia Romero, que tan comprometido estuvo con los temas de la ciudad.

Si bien en la primera edición fue necesario explicar las intenciones de los organizadores de la misma, que entonces fuimos Juan José Téllez y la que esto escribe, hoy ya entendidas, se ha ido nutriendo de colaboradores y participantes que a la llamada del 'boca a boca', sin patrocinios ni respaldos institucionales o económicos partidarios y partidistas consigue aglutinar a todos aquellos que de alguna forma quieren mantener el espíritu vivo de lo que la figura de Fernando Quiñones representó como mecenas y séneca de la segunda mitad del siglo XX para nuestra tierra. Y con ello, devolver la deuda que en cierta medida contrajimos con sus contribuciones.

Concienciados y convencidos en el mantenimiento necesario de esa llama que encendió el flamencólogo, creador de Alcances y defensor a ultranza de la cultura y el medio ambiente, no estamos libres, no obstante, de los brotes de polémica cuando comienzan a fluir las informaciones en torno al diseño de la ruta y las participaciones, que se hace un poco 'entre todos y todas', y a través de las aportaciones al correo electrónico: rutaquinonesca@gmail.com

Sometidos a 'olvidos' y llamadas de atención, seguimos voluntariamente montando ese encuentro que ya muchos esperan con ilusión. De nuevo los pasajes de la vida y la obra se rememoran y se transformarán en otra bonita jornada lúdica, flamenca y literaria a través de la voz de la calle que parece inexistente en estos albores del siglo XXI, y sobre la que tanto llamó la atención el particular y contradictorio Fernando.

Y de contradicciones estuvo cargado su espíritu, en ocasiones sus pensamientos y su condición. Y es por ello el motivo de este artículo para aclarar los posibles equívocos y malinterpretaciones.

Saldremos de la iglesia de Santa María. El escritor Luis García Gil ha encontrado un texto que Quiñones escribió sobre el Nazareno y que será leído a las 10.30 horas en el punto de encuentro de este año. Esta decisión podría conducir a errores en cuanto al sentir espiritual de quien ligó la saeta al flamenco y queremos explicar los motivos de la misma. Fernando defendió con respeto toda manifestación cultural que supusiera progreso o aporte para la ciudad. Y si llegó a pregonar el carnaval, e incluso escribir al alimón con Antonio Miranda letras para el coro viñero 'La Atlántida', evolucionó de la defensa a la crítica por los derroteros que estaba tomando la fiesta. Asimismo, defendió el valor cultural, que no religioso, de las manifestaciones del pueblo andaluz por la Semana Santa. Y ese aspecto debemos y tenemos que ponerlo en valor. Porque posiblemente y a pesar de su reconocido ateísmo, que bien se ha encargado de recordarnos su hija Mariela Quiñones, del que también escribió su biógrafa Amalia Vilches en las Crónicas del hombre, y del que él mismo me habló tres meses antes de fallecer en las visitas que le hice al hospital para que me ayudase en la redacción de mi tesis y mis investigaciones sobre los poetas del cincuenta, o de cómo un cicerone Julio Mariscal le explicaba en Arcos las procesiones de Viernes Santo; él defendió lo que la Semana Santa representaba para el pueblo andaluz, despojándola de matices espirituales.

Quiñones también hoy, como hizo con el flamenco, con el cine y Alcances, con la limpieza y mantenimiento de la Caleta... reivindicaría con espíritu emprendedor el valor de la Semana Santa como industria cultural y económica, dinamizadora de empresas andaluzas que se mantienen y subsisten en medio de esta crisis que nos ahoga. Porque él solía siempre encontrar el lado positivo para el progreso, los argumentos y las propuestas que desde su perspectiva consideraba más útiles desde ésa su pragmática quiñonesca inconfundible.

Rescato hoy una mijita en torno a este asunto y que puede ilustrarnos:

"Me emocionó volver a ver el Martes Santo, por la calle San Francisco, la columna de plata del Cristo de la Columna de San Antonio, donada a esa imagen en el siglo diecisiete, desde Méjico, y en la que campea una decoración inequívocamente azteca -el sincretismo es rasgo esencial en la plástica de aquella cultura-.

Dos o tres líneas de La canción del pirata pintan la llegada de la columna a San Antonio en una carreta de bueyes. Lo importante está en la categoría y la antigüedad de la pieza, su inocente y poderoso significado hispánico.

Perdón, por el chovinismo y el caleterismo: ¡cómo es Cádi, cohone! Y como lo sería, yéndonos ahora al Poema del Cid, 'si hubiese buen señor'. (Fernando Quiñones en Las mijitas del freidor para Diario de Cádiz).

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