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Celso Albelo. Tenor

"El arte es la verdad que hace enriquecer la marca España"

  • Las principales casas de ópera del mundo se disputan al cantante canario, que acaba de debutar en el Maestranza con 'Rigoletto', el título que lanzó su carrera hace siete años.

En pleno Año Verdi, Celso Albelo (Santa Cruz de Tenerife, 1977) ha debutado en el Teatro de la Maestranza con la ópera Rigoletto, donde se alterna con Ismael Jordi en el rol del libertino Duque de Mantua. El intérprete canario, cuyo canto depurado le está abriendo las puertas de las más importantes casas de ópera del mundo, acaba de lograr el premio Giuseppe Lugo de Verona, que antes distinguió a sus compatriotas Plácido Domingo y José Carreras. Tras Sevilla, mantendrá una agenda trepidante: en julio cantará Guillaume Tell en el Rossini in Wildbad Belcanto Opera Festival, título que interpretará en agosto en el Festival Rossini de Pesaro. En septiembre encabeza el elenco de Lucia di Lammermoor en La Coruña y en noviembre cantará en el Teatro Real L' elisir d' amore de Donizetti.

-El mes próximo conmemora en Mörbisch (Austria) el bicentenario del nacimiento de Verdi con una gala en la que comparte escenario con Nino Machaidze y Leo Nucci. ¿Qué ha supuesto en su carrera el gran barítono italiano, al que acompaña en este aplaudido Rigoletto sevillano?

-He cantado más de 80 veces este título, y la mitad con Nucci en el rol principal del bufón. Es un maestro, una persona esencial en mi trayectoria, por lo que debutar con él en Sevilla me hace estar muy contento. La mayor parte de mi carrera se ha desarrollado fuera de España, por lo que era sólo cuestión de tiempo que debutara en el Maestranza. Yo estudié Historia del Arte y llegué a la música por casualidad. Comencé a cantar en Tenerife y de ahí pasé a la Escuela Superior de Música Reina Sofía de Madrid un par de años después que Ismael Jordi, donde recibí clases de Tom Krause y Manuel Cid. Viví en Madrid tres años y empecé a hacer audiciones pero no tuve la fortuna de que me seleccionaran. Así que decidí marcharme a Italia, donde estudié con Carlo Bergonzi en la Academia de Busseto. El concierto de clausura del curso tenía como invitado de honor a Nucci, que me preguntó al final, en un perfecto español, con quién trabajaba. Yo le respondí que no tenía ningún contrato y cuatro días después me llamó su agente. Debuté con él en 2006 en Rigoletto. Y hasta ahora. Si estoy en la música es por Nucci, el último eslabón de una escuela que nos enseña cómo se puede llevar una carrera de las de antes en los tiempos vertiginosos de ahora. Hay mil detalles que influyen en la carrera de un cantante pero la esencia y la verdad la encontramos en personajes como él.

-El papel del Duque de Mantua es posiblemente el más grave de cuantos aborda, pues su repertorio se centra en el bel canto.

-El rol del Duque lo incorporé desde el principio pero mi voz no se destaca por tenores verdianos cien por cien. Aunque el hecho de que las óperas de Verdi estén tan bien escritas me ayuda enormemente a la hora del estudio, de acometer ciertas palabras o los recitativos. Soy un tenor belcantista que puede abordar algunos papeles de Verdi y espero que en el futuro estas cualidades me permitan afrontar el papel que más me gusta de todos los suyos, el de Riccardo de Un ballo in maschera.

-Con 30 años dio el salto a la primera línea de la escena operística y en apenas siete se ha convertido en una estrella internacional que, el año pasado, se impuso a Juan Diego Flórez y Gregory Kunde como mejor tenor en la primera edición del International Opera Awards, los Oscar de la lírica. ¿Están las voces españolas, pese a la crisis que sufre el país, de moda en el mundo?

-Yo sólo soy una voz más dentro de muchas voces españolas que están llamando la atención internacionalmente, como José Bros, Ismael Jordi y Jorge de León entre los más actuales. Los españoles tenemos una gran trayectoria en la lírica internacional, en el pasado y ahora siempre hemos estado ahí. El arte es la verdad que hace enriquecer la marca España.

-Este año debutó en el Teatro de la Zarzuela con Marina junto a los andaluces Mariola Cantarero y Juan Jesús Rodríguez (compañeros suyos en este Rigoletto, pero en el otro elenco) y ya ha pisado los escenarios de la Scala de Milán, la Royal Opera House de Londres, las Óperas de París y Pekín, la Deutsche Oper de Berlín, el Concertgebouw de Ámsterdam y hasta los Proms de la BBC, donde presentó su disco de Guillaume Tell. ¿Qué retos se plantea ahora?

-Antes que nada, mantenerme y hacerme un cantante cada vez más completo. He debutado en las principales óperas y me falta el Metropolitan de Nueva York, que es mi objetivo. La experiencia con los Proms en el Royal Albert Hall de Londres fue buenísima, al margen de que entrar allí y ver todas aquellas fotos de The Beatles te marca, porque soy un gran admirador suyo y en casa, salvo que esté estudiando algo, escucho de todo menos ópera. Discográficamente, este verano será también muy interesante. Estoy preparando un disco de música española y sudamericana, que grabaré en septiembre en Londres y espero presentar pronto en España.

-La asistencia a espectáculos de música en vivo ha caído en España un 27% desde la subida del IVA cultural. ¿Cómo afecta este hecho a las grandes figuras de la lírica?

-Lo combatimos como todo el mundo. Nos sentimos privilegiados de tener no sólo un trabajo sino aquél que hemos elegido. En momentos difíciles como estos el derecho al pataleo hay que ejercerlo con moderación. Debemos apoyar a la gente y demostrar que con la cultura es como se sale de este atolladero. No de manera rápida y veloz, tal vez de manera más lenta y costosa, pero es por la cultura por lo que los políticos deberían apostar. Y soy optimista. Con el IVA cultural más alto de Europa y la que está cayendo, que sólo haya bajado un 27% la asistencia significa que la gente necesita de la música para vivir. La ópera y el rock, la poesía, los espectáculos en vivo de cualquier disciplina enriquecen al ser humano.

-Este sábado se despedirá del público sevillano con la última función de Rigoletto. ¿Con qué título querría regresar al Maestranza?

-Me gustaría volver a Sevilla con I Puritani de Bellini, que es uno de los títulos que más satisfacciones me ha dado en mi carrera.

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