Cultura

Mamá, quiero ser cantante de ópera

  • 'Sevilla de Ópera' representa en el Mercado del Arenal un ciclo sobre obras clásicas del repertorio que se adaptan para el disfrute de los más jóvenes

"La ópera también es cosa de niños". Así lo creen los integrantes del colectivo Sevilla de Ópera que, en colaboración con la Fundación Cajasol, persiguen acercar el género lírico a los más jóvenes desde su sede en el Mercado del Arenal. Este espacio acoge cada semana un proyecto que convoca a colegios de la capital y toda la provincia, en el que de la mano de Mozart y de dos intérpretes se hace un recorrido por las más importantes óperas inspiradas en Sevilla pero adaptadas para los más pequeños de la casa.

Fígaro, Carmen, Don Juan, Papageno... son algunos de los personajes que dan vida a este espectáculo donde el principal protagonista es, sin embargo, el niño. "El objetivo es promover la ópera entre los jóvenes, ya que son la cantera de mañana", comenta Francisco Oliva, gerente de Sevilla de Ópera. Esta iniciativa, que pretende ofrecer 32 representaciones hasta el próximo 12 de diciembre, ha reunido ya a más de 2.700 niños con sus correspondientes profesores en tan sólo unas semanas. "Es un proyecto muy interesante y divertido. Algo innovador y atractivo para los niños, que consiguen meterse en la obra y colaborar e interactuar con los personajes", valora Carmen Murillo, profesora de primaria del colegio San Francisco Solano.

Sevilla es la ciudad más cantada en la historia de la ópera y esa condición está muy presente en este proyecto. "Rescatar Sevilla es otra de nuestras prioridades. Que los niños sepan que están en una capital ligada a la ópera. De hecho, mucha gente de fuera la conoce por obras como El Barbero de Sevilla y ni si quiera sabe dónde está situada en el mapa", apunta Luciano Miotto, intérprete y responsable de producción.

Sin embargo, el proceso de adaptación del repertorio, con su variedad de idiomas y referencias culturales, no ha sido fácil. Por ello, tanto Miotto como Shachika Ito, otra de las cantantes principales, han tenido que explorar los límites de la interpretación. "Un adulto es más preciso, e incluso te puede perdonar un error. Un niño, sin embargo, si detecta un error se pregunta siempre el porqué. Por ello, debemos saber transmitir no sólo con la voz sino con la gestualidad".

La actriz Beatriz Ortega es la encargada de combinar diversión con aprendizaje. A través de su personaje, Mozart, adentra a los niños en la historia de la hermosa e hipnotizadora Carmen, en los amores y desamores del encantador Don Juan o en la vida de un hombre-pájaro como Papageno, protagonista de La flauta mágica. Además, Miotto y Sachika Ito explican las características vocales masculinas y femeninas, enseñan cómo los cantantes calientan y entrenan e invitan a los niños a participar en los trepidantes acontecimientos que se van desarrollando.

"En Europa, que es la cuna de la ópera, hay poca educación musical a diferencia de mi país, Japón. Debemos acercar un género que nació aquí y los niños tienen que aprender a apreciarlo y a saber estar en un teatro", explica Sachika, satisfecha al ver cómo los jóvenes se involucran en estas funciones y algunos de ellos incluso descubren una nueva habilidad que desconocían. "Hay niños que vuelven a venir y hacen sus pinitos en el escenario. Algunos de ellos no saben ni hablar y ya están cantando ópera. También muchos padres con hijos discapacitados nos cuentan que esta actividad resulta medicinal para ellos", señala Luciano Miotto.

Sevilla de Ópera apuesta por estos jóvenes talentos y por el futuro de la ópera dándole un toque innovador y alejando la lírica de esos prejuicios que la tildan de obsoleta o antigua. Los niños participan, así, de una forma ocurrente y didáctica en una iniciativa que aporta al género un aire fresco y juvenil. Por su parte, los mayores también pueden disfrutar los fines de semana de veladas musicales con el toque clásico de siempre. En el Mercado del Arenal hay ópera para todos.

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