Cultura

La belleza de una flauta en la noche

Programa: Obras de G.Ph. Telemann y C. Ph. E. Bach Intérpretes: Rafael Ruibérriz (flauta), Josep Martínez (violín), Mercedes Ruiz (chelo) y Santiago Pereira (clave) Lugar: Cajasol. Fecha: Miércoles, 26 de febrero Aforo: Lleno.

Por fin ha sido posible escuchar a la Orquesta Barroca de Sevilla, aunque fuese en formación camerística, en un espacio con las comodidades y la acústica mínimamente exigibles para un conjunto de esta categoría. Sin colas previas, sin los rigores térmicos y sin la horrenda acústica de las iglesias, el respetuoso público seguidor de la OBS (¿por qué aquí no se tose, no se caen objetos y se respetan los silencios finales, a diferencia del Maestranza?) pudo disfrutar de un bello programa articulado sobre la relación de parentesco político y artístico entre Telemann y Carl Philipp Emanuel Bach, cuya música evidencia tanto la densidad textural de su padre (muy clara en la Wq 143) como la estética más avanzada de su padrino (evidente en Wq 150).

Un programa, en definitiva, para que Rafael Ruibérriz dejase al descubiero su maestría en el traverso. El sonido es de una dulzura exquisita, firme en toda la gama dinámica; un sonido que Ruibérriz es capaz de matizar hasta el infinito con una articulación y un fraseo magistrales, desde el más firme staccato al más seductor legato, con ataques en pianissimo de una sutileza maravillosa. Como soporte armónico y también como voz independiente, Ruiz llenó la sala con el sonido poderoso y el fraseo enérgico de su chelo. Demasiado soslayado quedó el clave de Pereira, mientras que al violín de Martínez le sobró aspereza y le faltó afinación.

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