Cultura

José Carlos Martínez y Mats Ek se reencuentran en el Teatro Central

  • La Compañía Nacional de Danza llega este fin de semana por primera vez al espacio de la Cartuja con un estreno nacional del sueco y dos piezas de repertorio del checo Jirí Kylián

Hace meses, cuando andaba cerrando la programación, buscando un espectáculo para clausurar la temporada de danza del Teatro Central, Manuel Llanes recibió una llamada de José Carlos Martínez, director de la Compañía Nacional de Danza (CND), y el primero, como confesó ayer, radiante aún tras el Premio Max que recibió el espacio de la Cartuja la semana pasada, vio "el cielo abierto". Aquella conversación dio sus frutos, que llegan esta semana, el viernes y el sábado, en forma de primera visita del CND al Central y con un estreno nacional, que se verá tras su paso por Sevilla en el Teatro Real aunque con algunas modificaciones en las demás piezas que completan el programa para ajustarse al perfil menos contemporáneo del coliseo madrileño.

"Aunque seguiremos trabajando en paralelo con un repertorio más tradicional, para mí es importante que en España se vean los trabajos de los grandes creadores de nuestros días. Por ahí pasa la nueva identidad de la Compañía Nacional de Danza", explicó Martínez, bailarín más que consagrado, Premio Nacional de Danza 1999 y primera figura de la Ópera de París durante años, y desde hace dos años el director de la CND tras la turbulenta y ruidosa salida del mismo de Nacho Duato. Para llevar a la práctica esa apuesta, atenta ahora también a las "propuestas más rabiosamente contemporáneas", en palabras de Llanes, José Carlos Martínez recurrió en esta ocasión al sueco Mats Ek, hijo de una influyente coreógrafa -Birgit Cullberg- y coreógrafo igualmente influyente él mismo en la escena dancística en el tránsito del siglo XX al XXI -Llanes citó a Wim Vandekeybus como uno de sus discípulos indirectos-, además de productor teatral y durante una época -años 60- asistente del genial cineasta Ingmar Bergman.

La obra que se estrenará de Mats Ek -en España, pues el estreno absoluto, en diciembre de 2009 en La Habana, corrió a cargo de la compañía Danza Contemporánea de Cuba- se titula Casi-Casa e irá arropada y precedida en el programa por Sleepless y Petite Mort, dos creaciones de otro de los grandes coreógrafos del siglo XX, el checo Jirí Kylián, que forman parte del repertorio de la CDN. La primera de ellas inspirada en la obra del artista plástico Lucio Fontana (de ahí los telones rasgados que se verán en el teatro, la traslación a la escena de las incisiones que el argentino solía practicar en sus lienzos), y la segunda, realizada para el Festival de Salzburgo en el marco del programa oficial de conmemoración de los 200 años de la muerte de Mozart, cuya música -específicamente los pasajes más lentos de sus más populares conciertos de piano- suena en la obra, teñida también, como sugiere ya su propio título, de una potente corriente erótica.

Casi-Casa, como explicó el propio Ek, presente ayer en el Central junto a Llanes y Martínez, "está construida en torno a tres elementos fácilmente reconocibles en cualquier cultura: una mecedora, un fogón y una puerta, y alrededor de ellos van sucediéndose una serie de situaciones, algunas familiares para todos y otras novedosas". Aunque se resistió a detallar qué clase de sentimientos o pensamientos estuvieron en el origen mismo de la obra -"no depende de mí adivinar lo que el público va a sentir, sería pretencioso por mi parte, pero lo que sí digo es que soy el primer miembro de ese público y que espero que si para mí funciona, lo haga también para los demás"-, Ek escribió unas palabras sobre la obra que dan algunas pistas: "Veo muchas películas y obras de teatro. También veo muchas obras de arte. Pero lo que es más importante para mí es leer el periódico, observar a mis niños, a los animales moverse en el parque, el tráfico; cosas que no están hechas para ser miradas".

Martínez, que trabajó con Ek en su etapa en la Ópera de París -"transformó mi manera de bailar"-, celebró esta nueva colaboración no sólo desde el punto de vista personal, sino también, y sobre todo, como director de una compañía que cuenta actualmente con 47 bailarines, en todos los cuales, dijo, la presencia del coreógrafo durante los ensayos dejará, seguro, "un eco duradero". A su lado, el maestro, sencillo y cordial, le devolvió el cumplido al destacar "la importancia de que una compañía asuma el reto de combinar el repertorio clásico con el contemporáneo".

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