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Cultura

Un 'Electrochock' en el limbo

  • El ciclo de música electrónica que durante seis años acogió el Cicus desaparece este año de la programación de la Universidad, aunque ésta no descarta retomarlo la próxima temporada

En los últimos seis años, cada otoño y en las ediciones más recientes, tras el cambio en el calendario, cada verano, los aficionados a la música electrónica y/o experimental -porque el espíritu del ciclo, poroso y desprejuiciado, trascendía ampliamente la tiranía antinatural de géneros y etiquetas- encontraron en Electrochock una cita indispensable. Este año, debido a los recortes presupuestarios de la Universidad, la propuesta no se celebrará. No es un adiós definitivo, pero sí coloca al proyecto en el alambre, en una ciudad que no cuenta con ningún otro proyecto de similar ambición artística en el campo de la electrónica (y alrededores). "Este año era imposible, nos dijeron, pero confiamos en poder volver el año que viene, y me consta además que en el Cicus están bastante contentos. Después de todo, ahí está la respuesta que ha tenido el público casi siempre, ese es el certificado de que las cosas se han hecho bien", dice Vidal Romero, crítico musical y uno de los responsables del ciclo junto a otros dos veteranos activistas de la escena musical de la ciudad, David Pareja y Pablo Vinuesa.

Ellos se ocupan de la producción artística y el Cicus, de la técnica, un apoyo fundamental e imprescindible para sacar adelante una propuesta en la que los promotores privados, por sí solos, difícilmente podrían embarcarse, dice Romero: "No es ya sólo una cuestión de cachés o de riesgo artístico en los carteles... Hablamos también de espectáculos que con frecuencia son muy complejos técnicamente; a mí ahora, así a bote pronto, no se me ocurre ninguna sala de conciertos donde haya un tío dispuesto a alquilar dos pianos, por ejemplo. Y por eso para algo así hace falta algún tipo de apoyo público". Y en efecto, la cobertura del Cicus, que dejaba total libertad a los programadores y -en las últimas ediciones- cedía el espacio de su sede en la calle Madre de Dios y asumía todas las labores de producción técnica, permitió poner en pie un ciclo/minifestival por el que han pasado artistas de primer nivel internacional; en un ámbito, además, tradicionalmente desatentido o directamente abandonado por las instituciones de la ciudad.

Erik Truffaz & Murcof, Jazzanova, Fujiya & Miyagi, The Black Dog, Aufgang o To Rococo Rot, entre otros muchos, pasaron por Electrochock, que habitualmente ha ofrecido también actuaciones de bandas o proyectos sevillanos (David Cordero, Brunetto, Jacob o Voodooetnies & Toroweins...), y que en algunos sonados casos, como los de Deaf Center, Orcas o Lindstrom, dieron en Sevilla sus primeros conciertos en España, o bien asistieron en el momento justo en el que empezaban a revelarse como referencias internacionales de pleno, como ocurrió con con el productor noruego Lindstrom, en pleno boom internacional del regreso del cosmic-disco con aires a Giorgio Moroder, o poco después con el estadounidense Nico Muhly, chico maravilla del sello/colectivo Bedroom Community, reputado arreglista y compositor neoclásico que ha repartido su brillante talento entre el pop, la eléctronica de cámara, la escritura de música académica de-toda-la-vida y numerosos proyectos para el cine.

La edición más cara de las seis, la de 2010 (con Erik Truffaz & Murcof, The Black Dog, Aufgang y To Rococo Rot), contó con un presupuesto "algo por encima de los 20.000 euros", dice Romero; "incluyendo cachés, producción... todo". "Negociábamos duro, y buscábamos siempre a artistas que sabíamos que iban a ser importantes en muy poco tiempo para traerlos antes de que fuera inasumible... En determinados casos han aceptado venir rebajando mucho su caché a cambio de pasar un par de días en la ciudad para conocerla", dice el promotor, que espera que el carácter "muy económico" del ciclo permita su regreso.

Hace falta, asegura Vidal Romero. "Ha sido un oasis en la escena musical de la ciudad. Y han sido seis años de trabajo que no sabemos si se van a volver a repetir... Cualquier cicunstancia que suponga el cese de una actividad que estaba arraigándose es siempre triste. Y en Sevilla no es que haya muchas oportunidades para este tipo de música...".

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