Silvia Pérez Cruz y Raül Fernández Miró. Cantante y músico

"Hacer versiones da miedo pero Enrique Morente te lleva siempre a sitios nuevos"

  • En su primer disco conjunto, 'granada', que hoy presentan en los Jardines de la Buhaira, recrean canciones de Pla, Llach, Fito Páez o Piaf con voz embriagadora y guitarras eléctricas.

La cantante Silvia Perez Cruz y el productor, músico y director artístico Raül Fernández Miró (Refree en su proyecto paralelo) han recogido en su primer disco firmado conjuntamente, granada -"así con minúsculas, como la fruta", recalcan- todas las investigaciones, experiencias e inquietudes de los últimos ocho años, en los que habían tocado en conciertos en directo y colaborado en las grabaciones del otro. Despojado de prejuicios y tocado por la gracia, este singular álbum de versiones acomoda la voz privilegiada de Silvia a las texturas densas o las guitarras eléctricas que propone Raül recreando 15 temas de, entre otros, Enrique Morente, Edith Piaf, Albert Pla, Fito Páez, María del Mar Bonet, Robert Schumann o Violeta Parra. Los célebres versos que Lluís Llach dedicó al canto de las sirenas (Abril 74) abren este trabajo embriagador que hoy presentan a las 22:00 en los Jardines de la Buhaira dentro de una gira estival que concluye el 6 de agosto en el Castillo de Santa Catalina de Cádiz.

-Aparentemente pertenecen a hemisferios opuestos. ¿Cómo convergen sus carreras?

-Silvia Pérez Cruz: Coincidimos hace ocho años con el proyecto Inmigrasons en un festival de Vic que reunía a músicos catalanes y argentinos. Yo tenía 23 años y ya cantaba en varios grupos, parecía difícil lograr una comunión entre nosotros, a priori tan diferentes, y al final hemos llegado al equilibrio. En estos años Raül, que pertenece a la escena indie, ha producido discos en los que yo cantaba, como Reinas del matute (2010) de mi anterior grupo Las Migas o mi debut como solista 11 de noviembre (2012). Yo he puesto voz a muchos proyectos que él producía como Refree, como Sensación térmica de Kiko Veneno... Nos hemos influido muchísimo en lo musical y lo personal. Y así hemos llegado a este disco que conecta bastante con el sonido visceral que quisimos lograr en aquel Inmigrasons.

-Debutan como dúo con un disco de versiones con guitarra y voz muy poco al uso. ¿Cómo lograron definir este sonido tan singular?

-S.P.C.: Tras 11 de noviembre, un disco muy íntimo y personal que grabé a raíz de la muerte de mi padre, nos parecía el momento para abordar el reto de grabar en estudio esa parte animal que lográbamos en nuestros directos. Raül aparte de buen músico es un magnífico productor pero cuando trabajamos juntos, y en este disco más que en ningún otro, lo hacemos realmente a medias, es como si él cantara también y yo tocara la guitarra. El dúo es la mejor formación que existe. En mi caso, venía de hacer durante los últimos diez años un trabajo muy fuerte de interpretación y búsqueda vocal que aún no había registrado en disco porque en 11 de noviembre quise hacer otra cosa: rascar composiciones, arreglos y limpiar penas.

-Raül Fernández Miró: No siempre dos personas que hacen cosas buenas por separado suman al juntarse, pero con Silvia siempre ha sido así, a pesar de que hemos pasado por muchas etapas y terrenos más acústicos. Me es complicado pensar en otra persona que me abra tantas puertas y con quien pueda saltar al vacío sin miedos. Elegir los temas fue más sencillo pero lo difícil fue decidir cómo hacerlos para que tuvieran un sonido propio que mostrara en el disco lo que nosotros sentíamos tocando en directo. No habíamos grabado en formato dúo y nos encontrábamos en punto muerto, estuvimos tentados de dejarlo. Hasta que un día, viajando en la furgoneta, escuchamos un disco grabado a medias por Enrique Morente y Pepe Habichuela en 1977, Despegando, y la energía familiar que contenía nos enseñó cómo recuperar la ilusión por este proyecto. Y así decidimos versionar Que me van aniquilando y Compañero.

-¿Conocían la versión de Aniquilando de Los Planetas?

-R. F. M.: No, la escuché después de grabarlo con Silvia, en una gira de Refree por Inglaterra en la que coincidimos y al terminar se lo conté a Jota corriendo.

-S. P. C.: A veces hacer versiones da miedo pero en este caso sentíamos la generosidad de Morente a través del mensaje y la melodía. Yo no puedo pensar en el grito de Morente porque entonces me quedo en mi casa pero sí puedo buscar la emoción desde la que él lo estaba haciendo. Morente te lleva siempre a un sitio nuevo.

-¿Qué opinan Albert Pla y Lluis Llach de estas recreaciones?

-R. F. M.: De Pla somos muy amigos y creo que quedó contento pero lo que más ilusión le hizo fue descubrirnos el tema de Violeta Parra Puerto Montt está temblando y animarnos a hacerlo. A Llach también le enseñamos las canciones y fue emocionante porque nos telefoneó un día desde Senegal para decirnos: 'Queda demostrado que la interpretación puede ser tan creativa como la composición'. Si lo haces con respeto realmente hay muchos sitios por donde puedes avanzar.

-El eclecticismo ha sido una constante en la carrera de Silvia Pérez Cruz. Se ha acercado al jazz, la cançó catalana, las habaneras, la música brasileña... Pero en granada, entre guitarras eléctricas, parece reactivar su pasión por el flamenco.

-S. P. C.: En estos diez años he trabajado muchos estilos, demasiados, ha sido una locura. Entré en el flamenco con mucha pasión pero luego fui muy realista y decidí no castigarlo. Al dejar Las Migas sentía que tenía que separarme del cante jondo y por eso reencontrármelo en este disco ha sido algo brutal. El flamenco es un estilo musical que me hace muy feliz y en directo recupero incluso el cajón. También en nuestra versión del Pequeño vals vienés de Morente he podido limpiar y encontrar gritos nuevos que yo no tenía, son temas que ilustran que he salido del luto y de una etapa nada fácil, que he saldado cuentas.

-¿Qué supuso poner voz a la banda sonora de la película 'Blancanieves' y lograr el Goya a la mejor canción original?

-S. P. C.: Aquello fue inicialmente algo pequeñito. Yo, con mi pudor para el flamenco, le pedí a Pablo Berger y Chicuelo que buscaran a otra intérprete para No te puedo encontrar, les dije que nunca había cantado bulerías ni tanguillos. Pero me insistieron en que les gustaba mi voz de flamenca antigua y me pasé cuatro días con ello para lograr al final un premio que no sabía ni que existía y con algo flamenco. La vida te regala cuando menos lo esperas.

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