Cultura

El terror de nosotros mismos

  • Andrés Lima y Juan Cavestany presentan hoy en el Central 'Los Mácbez', su relectura de la tragedia de Shakespeare sobre el poder protagonizada por Carmen Machi y Javier Gutiérrez

Con Andrés Lima, uno de los miembros destacados de la escudería del Central, el término con el que su responsable artístico, Manuel Llanes, le gusta referirse a las compañías de primera línea que lo visitan asiduamente, el teatro de la Cartuja inaugura hoy su temporada teatral tras el prólogo musical de Nacho Vegas y Niños Mutantes. Y lo hace con una de las obras más comentadas del momento y tratando un tema de máxima actualidad -la pestilencia que ocultan algunas ambiciones llevadas al límite, la corrupción en una sociedad que en algún momento decidió "actuar y luego pensar, apartarse del amor y pelearse por las cosas", las consecuencias inevitables de esa espiral de "deseo con matiz de destrucción"...- en una versión del Macbeth de Shakespeare que es en última instancia, dice Lima, "una función de terror sobre nosotros mismos".

Dirigida por un Lima que sabe que esta obra "se ve con los ojos y la cabeza, pero se recuerda en el estómago, en la tensión arterial"; escrita por Juan Cavestany, que tras dirigir la espléndida película Gente en sitios se comprometió con esta adaptación muy libre pero en la que el Macbeth original "está tan presente como latente" y en su texto, "más accesible, se comprende la poesía en su totalidad"; e interpretada por actores que desde hace mucho son garantías sobre un escenario, entre ellos los que dan vida al matrimonio protagonista que componen Carmen Machi y un Javier Gutiérrez en la cresta de la ola tras su aplaudidísimo papel en La isla mínima, la obra producida por el Centro Dramático Nacional que podrá verse esta noche (21:00) y mañana (20:00) en el Teatro Central se permite su primera licencia al trasladar la acción de la Escocia medieval donde la situó Shakespeare a la Galicia de este mismo año.

"La gente es capaz de cualquier cosa con tal de convertirse en El Jefe, o con tal de conseguir una tarjeta black y luego ni siquiera entiende por qué eso está mal", dice Lima, que durante todo su encuentro con la prensa salpicará la conversación de alusiones al colapso moral de la política que los españoles llevan años desayunándose. "Es que no lo puedo evitar...", se excusa sonriendo. "Pero si hubiera querido hacer un retrato costumbrista de nuestra sociedad no habría hecho hecho una versión de Macbeth, habría hecho directamente una obra llamada Gurtel", matiza el director y dramaturgo, uno de los responsables del auge vivido en la última década por la compañía Animalario. "Pero esta sociedad tan insolidaria y tan dispuesta a dar codazos al de al lado -retoma- ya existía mucho antes del caso Gurtel". Si él y Cavestany acudieron a Shakespeare, más allá de que hayan prescindido de "las faldas y las palabras que no se entienden y atraen demasiado la atención", añade, fue porque en sus textos "estamos todos y casi podríamos decir que está todo, las cosas, el mundo, la esencia del ser humano".

En Los Mácbez de Lima y Cavestany, Macbeth no quiere ser rey, sino presidente de la Xunta. La traición, la ruindad, la superstición, la violencia, los apetitos malsanos, todos los lugares más oscuros del corazón caben aquí, en esta versión, no en un castillo sino en un moderno y funcional pazo gallego que resulta ser la sede del Gobierno autonómico. En él habitan los personajes de Javier Gutiérrez y Carmen Machi, la pareja herida y voraz, "el monstruo bicéfalo" de esta obra que añade una capa de sentido del humor a la rotunda tragedia de Shakespeare, una "pesadilla que ocurre más allá de la codicia y la ambición de poder". Para hacerlos más cercanos, Lima también quería que los miembros de ese matrimonio envenenado no fueran misteriosos ni altivos, sino algo vulgares, mediocres, "pequeños". Lograr esa proximidad, dice, ha sido fácil con Gutiérrez y Machi, dos intérpretes que cuando se juntan conectan mucho entre sí, y también, "y muy directamente", con el público. Chema Adeva, Laura Galán, Rebeca Montero, Jesús Barranco y Rulo Pardo completan el reparto.

Andrés Lima -que por cierto volverá a estar presente en el Central el próximo mes de diciembre como director, con el Teatre Romea y Desde Berlín (Lou Reed), la obra que ha coescrito con Juan Villoro, Pau Miró y de nuevo Cavestany- destaca también la escenografía diseñada por Beatriz San Juan y la iluminación de Valentín Álvarez; una enorme caja blanca -una técnica fotográfica que elimina las sombras y recorta con mayor precisión las figuras sobre el fondo- que, con su claridad casi irreal, asegura Lima, crea "atmósferas impresionantes" y refuerza la "dimensión psicológica" de los personajes. "Un escenario de sangre y tormenta", dice, "que se enmarca en un lienzo blanco".

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