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Cultura

Un 'storyboard' de la España del siglo XX

  • La Casa de la Provincia acoge la exposición 'Todo Centelles', con más de un centenar de imágenes de uno de los grandes fotoperiodistas de la historia.

Coetáneo de legendarios cronistas visuales del siglo XX como Robert Capa, David Seymour Chim o Gerda Taro, con los que coincidió en ciudades y trincheras españolas, y él mismo uno de los grandes fotógrafos de la historia de este país, Agustí Centelles retrató, en las calles y en el fragor de los campos de batalla, buscando siempre la mayor naturalidad y la mínima injerencia de su cámara, la convulsa historia del siglo XX en este rincón del planeta, con especial protagonismo, inevitablemente en su caso, de la Guerra Civil. La exposición Todo Centelles, que acaba de llegar a la Casa de la Provincia gracias a la colaboración entre la Diputación de Sevilla y la Fundación Pablo Iglesias, propone ahora un nuevo acercamiento a este valenciano de nacimiento y barcelonés de adopción que contribuyó a asentar las bases del fotoperiodismo moderno con sus imágenes de gran potencia documental.

Comisariada por Joaquín y Antón Gasca, la muestra recoge 105 fotografías realizadas entre 1934, cuando Centelles (1909-1985) se estrena en la prensa como fotoperiodista independiente -porque, a diferencia de otros célebres colegas, trabajó siempre por su cuenta, sin el paraguas de una agencia-, hasta 1939, cuando es detenido -era republicano y masón- y trasladado a Francia, donde penó primero en el campo de concentración de Argelès-sur-Mer y más tarde en el de Bram, cerca de Carcasona. La exposición se completa con otras 81 piezas de índole documental, desde periódicos y otras publicaciones de la época hasta objetos personales diversos, y por último un panel informativo sobre las imágenes de Centelles que se publicaron en Australia, tan sólo uno de los países de medio mundo en cuya prensa vieron la luz sus imágenes que, en muchas ocasiones, por las penosas condiciones en que eran enviadas o por el cautiverio en el sur de Francia que cercenó una mayor proyección internacional de su figura, se publicaron sin firma o con la simple y genérica atribución a un autor anónimo.

A esto, y no al hecho de que recoja toda la producción del autor, se debe el título de la exposición, como explica uno de sus comisarios, Antón Gasca, experto en la obra de Centelles que ha contado para la organización de la misma con el hijo del fotógrafo, Octavi, quien ha cedido para la ocasión todas las fotografías que se pueden ver en la Casa de la Provincia hasta el próximo 24 de mayo. "Ha habido siempre muchas confusiones en torno a la obra de Centelles por la cantidad de imágenes sin firma y las falsas atribuciones. Por eso decidimos ponerle ese título, porque todas las imágenes que se ven en esta exposición son, sin duda alguna, de él", explica Gasca, que junto a su hermano y a Octavi Centelles ha llevado a cabo una exhaustiva labor de investigación y clasificación de las películas que el fotoperiodista recuperó en 1976, cuando, tras la muerte de Franco, pudo por fin viajar a la casa de unos conocidos de Carcasona que guardaron durante casi cuatro décadas en su buhardilla todo su archivo del exilio. El propio Antón Gasca señala el paralelismo que suscita ese material extraviado y recuperado con la famosa maleta mexicana de Robert Capa, con quien Centelles mantuvo una fluida amistad.

Sin embargo, a diferencia de Capa, o de los también citados David Seymour Chim o Gerda Taro, Centelles "no goza de ese reconocimiento internacional". "Sus circunstancias vitales, como esa reclusión en los campos de refugiados del sur de Francia, o la dispersión de su obra, todas esas imágenes suyas que se publicaron sin firma, sin duda explican que su fama sea menor. Pero el caso es que sus imágenes se publicaron, literalmente, en miles de periódicos de todo el mundo, independientemente de que durante años la gente no supiera que esas fotografías eran de Centelles", afirma Gasca, convencido de que "ya es hora de que estemos todos orgullosos de contar con él en nuestra historia, e igual que a los húngaros se les cae la baba con Capa, nosotros debemos saber que Centelles [el grueso de cuyo archivo histórico se encuentra hoy en el Centro Documental de la Memoria Histórica, en Salamanca] nos pertenece a todos los españoles".

La novedad principal de esta exposición, que antes de recalar en Sevilla ha podido verse en las universidades de Zaragoza y el País Vasco y en la sede madrileña del Instituto Cervantes, reside en que por primera vez, gracias a esa paciente labor de documentación, las obras se exponen en una presentación cronológica y con una "mirada transversal" que abarca periódicos nacionales, extranjeros y numerosas revistas; aparte de la certeza de que todas son del autor.

La revolución de 1934 en Barcelona, las elecciones de febrero de 1936 y la Guerra Civil -con especial minuciosidad las batallas vividas en el frente del este de Aragón, desde Huesca hasta Teruel-, todos esos sucesos históricos, quedaron registrados en la Leica de Centelles, que "captando siempre la humanidad" y la realidad, ya fuera en forma de belleza o brutalidad, fue componiendo poco a poco, con el ánimo del observador que sostiene en sus manos un invento poderoso, capaz de congelar el tiempo, "todo un storyboard de la historia de España".

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