Cultura

'La piel del tiempo' abre Itálica

  • El Festival Internacional de Danza que promueve la Diputación arranca hoy en el teatro romano de Santiponce con la compañía de Manuela Nogales y el preludio de Producciones Imperdibles

El teatro de la célebre ciudad romana, situado en el municipio de Santiponce y rehabilitado hace ahora cuatro años, precisamente para la edición de 2011, abre hoy de nuevo sus puertas para recibir al Festival Internacional de Danza de Itálica. Un evento de carácter bienal dedicado a la danza que promueve la Diputación Provincial de Sevilla y que este año, tras la jubilación del que fuera durante muchos años su director, Juan Antonio Maesso, inaugura una nueva etapa bajo la dirección artística de Victoria Guzmán. Una etapa cuya primera edición es definida por Guzmán, mano derecha de Maesso durante la larga historia de este evento, como un punto de inflexión, que no una ruptura ni un freno. "Yo no puedo pensar en rupturas porque siempre he estado vinculada al Festival; desde el año 95 vengo luchando por él así que al asumir la dirección, desde dentro mismo de la Diputación, he intentado continuar con lo que llevábamos haciendo desde hacía años, es decir, tratar de apoyar al máximo la producción local, mostrar algo de lo que se está haciendo a nivel nacional y dar también una visión internacional. En cualquier caso, también es cierto que yo tengo otra mirada y que me gustan mucho los retos, por eso necesitaba este punto de inflexión; tenía que reflexionar sobre todo lo que ha pasado en estos últimos tiempos antes de pensar en emprender nuevos caminos", afirma la reciente directora.

Entre los objetivos más claros del Festival, efectivamente, desde que abandonara el hermoso anfiteatro que lo hizo famoso, se encuentra el apoyo al tejido dancístico andaluz. Un apoyo que continúa en la presente edición y que podrá comprobarse esta misma noche puesto que el espectáculo inaugural, La piel del tiempo, es una producción propia realizada por la compañía sevillana de Manuela Nogales. Tras un taller-audición, la coreógrafa ha podido reunir para la ocasión un elenco de siete intérpretes (incluida ella misma) y cuenta, para ejecutar la poderosa música de Vivaldi que constituye su banda sonora, con la presencia en directo de los diez músicos de la Orquesta Ciudad de Sevilla bajo la dirección de Juan Manuel Busto.

Manuela Nogales, una de nuestras más experimentadas bailarinas y coreógrafas, con más de una veintena de piezas en su haber, ha afrontado el reto tratando de contextualizar y aprovechando el sugerente atractivo que ofrece un espacio como el teatro de la ciudad romana. "Yo trabajo siempre desde la abstracción -afirma-, pero en este caso era importante hacer un espectáculo más abierto, como es el Festival, que se dirige un poco a todos los públicos. Por eso he trabajado con la música barroca de Vivaldi, que me encanta porque es poderosísima y, además, ofrece una estructura muy definida para los bailarines". En cuanto a los contenido, Nogales se ha dejado llevar por la carga temporal que encierran las piedras del magnífico recinto. "Mi trabajo -continúa- quiere sacar a la luz de algún modo todo lo que ha pasado por ese escenario, lo que está pasando en el presente y lo que nunca estará. Desde esa óptica, creo que hay dos partes muy reconocibles en La piel del tiempo: una primera con todo lo que viene de atrás, con esa memoria que ha quedado adherida a nuestra piel y a nuestros huesos como un liquen o un fósil, y una segunda parte en la que todo evoluciona y, gracias entre otras cosas a ese pasado, a esa herencia que hemos recibido, nos permite entregarnos al presente con lo que somos y con lo que sabemos hacer, que es bailar".

Y al hilo del tiempo, el Festival de Itálica ha previsto también la actuación de Producciones Imperdibles con Danse in blue (con idea, dirección y música de José María Roca) como preludio a la obra que cada día se desarrolla en el teatro, amenizando al mismo tiempo la espera hasta el principio de la función. La pieza, de la que cada día representarán pequeños fragmentos, forma parte de una serie de espectáculos enmarcados en el proyecto "Las miradas de la danza". De este modo, cada día, a partir de las nueve y media de la noche, dos "escenarios", uno real y otro virtual, situados a diferentes niveles de altura, permitirán un sugerente juego de movimiento e imágenes.

Durante el Festival, que tendrá lugar desde hoy hasta el 19 de julio, el Teatro Romano albergará también otros espectáculos muy diferentes entre sí. Comenzará la bailarina de clásico Lucía Lacarra, los días 3 y 4 de julio, con su pieza Danza en cuerpo y alma (en agradecimiento a Víctor Ullate); le seguirán el aplaudido y premiado Fla.co.men del bailaor sevillano Israel Galván (día 8) e Impronta en sus ojos, de la colombiana Elsa Valbuena (días 10 y 11), que continúa así la tradición de dedicar cada edición a un país latinoamericano. Esta vez, con un país como Colombia que, según la directora del Festival, "no sólo apoya la danza sino que se está apoyando en la cultura para dar otra visión de sí mismo". Para terminar, se podrá ver Obsolescencia programada, de la Compañía de danza urbana Gsus Villaú (día 13) y como colofón, los días 18 y 19, Panorama del célebre coreógrafo francés Philippe Decouflé.

Al igual que en la pasada edición, el cercano Monasterio de San Isidoro del Campo complementa este año la programación del Teatro con trabajos considerados más experimentales o de investigación, como El vuelo, de Irene Cantero y En profundidad (días 2 y 5), Doce tiempos de Bruno Axel (Axel en petit Comité), con la danza de Raúl Heras y Patricia Guerrero (días 7 y 9) y el complejo Pierrot Lunaire que bailará en solitario los días 14 y 16 de julio el bailaor Fernando Romero. Todos estos espectáculos, tanto los del Teatro Romano como los del Monasterio de San Isidoro del Campo, comenzarán a las diez y media de la noche.

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