Cultura

El Ciclo de Cámara de la ROSS recupera la música de Jeanne-Louise Farrenc

  • Los intérpretes tocarán mañana dos nonetos, de la autora gala y de Louis Spohr, en la apertura del ciclo

El Teatro de la Maestranza acogerá mañana la apertura de una nueva edición, la vigesimosexta, del Ciclo de Música de Cámara de la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla. El concierto se celebrará, como es costumbre, al mediodía en la Sala Manuel García, y sobre los atriles de los músicos habrá dos obras -una de ellas, la de Jeanne-Louise Farrenc, inédita hasta ahora en el teatro- de una riqueza tímbrica extraordinaria, pues involucran a prácticamente todos los instrumentos de la orquesta excepto los de percusión. El ciclo incluirá este año nueve programas hasta finales de junio de 2016, en los que se presentará un diverso arco de formatos instrumentales, con los cuartetos como manifestaciones particularmente emblemáticas del género; pero en esta ocasión, para la inauguración del ciclo, el público tendrá la oportunidad de disfrutar de una nutrida y excepcional combinación de viento-madera de flauta, clarinete, oboe, fagot, trompa, violín, viola, chelo y contrabajo.

Nazar Yasnytskyy (violín), York Yu Kwong (viola), Gretchen Talbot (violonchelo), Roberto Barroso (contrabajo), Vicent Morelló (flauta), Sarah Roper (oboe), Piotr Szymyslik (clarinete), Álvaro Prieto (fagot) y Juan Antonio Jiménez (trompa) interpretarán dos Nonetos, uno escrito a mediados del XIX por la francesa Jeanne-Louise Farrenc (1804-1875) y el otro, algo anterior y en cuya estructura se inspiró en parte esta compositora, dado a conocer a comienzos de la segunda década de ese mismo siglo por el alemán Louis Spohr (1784-1859).

"Farrenc, pianista y compositora, fue la primera profesora del Conservatorio de París", explica Gretchen Talbot sobre esta autora que gozó en vida de gran fama y del aplauso encendido de colegas de su época, como Schumann o Berlioz, para, después de morir, difuminarse casi completamente en la memoria de los aficionados. Uno de los motivos de este prolongado semiolvido, apunta la violonchelista, es que nunca llegó a componer una ópera, requisito más o menos tácito pero fundamental en aquel tiempo para fijar la reputación de una carrera. Farrenc centró sus energías creativas en la escritura de sinfonías, en la recuperación de obras para piano y clave de siglos anteriores y muy en especial en la composición de música de cámara. El Noneto que se escuchará mañana fue tan aclamado en su momento, que la autora se ganó -en realidad, lo reclamó firmemente- el derecho de cobrar en el conservatorio el mismo salario que sus colegas varones.

"Para ser una obra escrita en 1849, es muy clásica: parece prácticamente de un Beethoven joven", apunta el contrabajista Roberto Barroso sobre este Noneto que la compositora francesa escribió inspirándose asimismo en la estructura del que sonará también en la Sala Manuel García, el de Spohr, una pieza de carácter "mucho más romántico". El alemán es más conocido que Farrenc, pese a lo cual sus obras tampoco suelen interpretarse con mucha frecuencia en las salas de concierto. "Supongo que poca gente las toca porque son muy exigentes, Spohr era también violinista, y muy virtuoso, y eso lógicamente se aprecia en sus composiciones", tercia Nazar Yasnytskyy.

En los ensayos de estos nueve músicos estaba presente ayer Victoria Staples, de la academia de idiomas ELI, vibrando con la música que integra este primer programa -que ella admite vivir como "todo un regalo" por la belleza de las obras- del Ciclo de Música de Cámara. Éste es el cuarto año en el que ella y su socio Richard Johnson patrocinan esta línea de programación de la ROSS, que en 2011 corría un serio riesgo de desaparición por el recorte de las aportaciones de las administraciones públicas. "El balance -dice- no puede ser más positivo. De hecho esta temporada hemos puesto algo más de dinero para que haya un concierto más, hasta llegar a los nueve. La música de cámara es muy importante para los músicos, al ser un formato más íntimo interactúan de otra manera, aprenden los unos de los otros, y por supuesto lo disfrutan, así que de toda esta actividad acaba beneficiándose el conjunto de la orquesta, es una forma de mantenerse engrasada; pero también es importante para el público, que puede disfrutar de la música de un modo mucho más cercano. En fin, todo el mundo gana...", dice Staples.

El precio de las entradas para este concierto es de 14 euros (7 para los menores de 26 años), aunque existe la posibilidad de adquirir el abono para el ciclo completo (90 euros). Más información en la web de la orquesta, www.rossevilla.es.

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