Cultura

El flamenco de Cristina Heeren se va a Pureza

  • La nueva sede de la Fundación abrirá sus puertas a principios de 2017, como colofón del 20º aniversario de la escuela Tendrá nueve aulas y un salón de actos

Si para aprender o, mejor, entender el flamenco es conveniente impregnarse de su esencia y rastrear en sus orígenes, los alumnos de la Fundación Cristina Heeren lo tendrán bastante fácil cuando a partir de 2017 abra sus puertas la nueva sede de la institución en Triana, poniendo así el perfecto colofón a las celebraciones del vigésimo aniversario de la escuela, que ha recibido en el último año, entre otros, el reconocimiento de la Cámara de Comercio de Sevilla, el Festival de Jerez o el Festival de Lo Ferro.

Con el río Guadalquivir como natural respiradero, vistas a la Giralda y a la Iglesia de Santa Ana desde la soleada azotea, aroma a los Barquitos Loly que se producían en el obrador que antes ocupaba el edificio en sus muros y un ambiente que invita a cantar por tangos, la mecenas norteamericana, que acudió ayer a supervisar las obras junto al arquitecto Juan Antonio Balbontín, ve cada vez más cerca su sueño de "integrar a todos los alumnos bajo el mismo techo y poder enseñarles a trabajar juntos".

Un deseo que toma forma en el número 76 de la calle Pureza -no la había más apropiada para el arte que divulgan- y frente a la Panadería El Capricho, donde ya cuentan los días para la llegada de los alumnos. "Lo de Triana no ha sido algo intencionado pero vi la casa y me encantó", comenta la hispanista.

Tal y como reconoció el arquitecto, el inicio del proyecto ha sido "muy complejo" no sólo porque se ha buscado la máxima funcionalidad a la estructura del edificio, del que se conservará la puerta principal y la azulejería original, sino por los trabajos de insonorización que se requiere para el desarrollo de estas clases, "algo para lo que hemos cuidado cada detalle", comentó.

Finalmente, la distribución se ha dispuesto en tres plantas que contarán con un total de nueve aulas para la enseñanza teórico-práctica de las tres disciplinas que imparte la escuela (cante, baile y guitarra), así como con un salón de usos múltiples con aforo aproximado de 150 personas y dotado de las últimas tecnologías escénicas y de iluminación, para lo que se ha contado con la intervención del prestigioso iluminador Freddy Gerlache. Este espacio permitirá programar los espectáculos del alumnado y se podrá transformar en aula-magna cuando las necesidades lo requieran.

Asimismo, explicó Balbontín, el centro contará con comodidades como un office, red wifi, zonas de relax como el patio central o la azotea, y un sótano en el que se ubicarán los estudios de grabación y los vestuarios.

Claro que una de las ventajas más inmediatas de la nueva sede es que podrá albegar a un mayor número de alumnos de los 80 actuales que, desde su anterior traslado del Barrio de Santa Cruz, están distribuidos en dos instalaciones distintas: una en la Avenida de Jerez y la otra en El Juncal.

Igualmente implicará mejoras en el plan académico, ya que en paralelo al curso flamenco anual, se reforzará la oferta extra-académica abierta a todos los públicos. No obstante, en estos 20 años más de 6.000 estudiantes -en un 60% españoles y en un 40% extranjeros- han pasado por sus aulas, con maestros como José de la Tomasa, Calixto Sánchez, Naranjito de Triana, Manolo Soler o Milagros Menjíbar.

La Fundación Cristina Heeren inicia así una nueva etapa para la que su directora ha invertido un total de 3,8 millones de euros, con financiación íntegramente privada cubierta con donaciones. Sin duda, el centro servirá de revulsivo cultural para el barrio que, con la reciente apertura de otras escuelas de danza, se está conviertiendo en el epicentro de la formación flamenca de la ciudad.

Se prevé que las obras, que comenzaron en agosto de 2015, estén finalizadas en septiembre de este año, de forma que el centro quede inaugurado y en pleno rendimiento a principios de 2017.

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