Cultura

Fallece J. G. Ballard, un maestro en el retrato de la contemporaneidad

  • El escritor, renovador del género de la ciencia ficción, plasmó en obras como 'Crash' las patologías de las sociedades actuales · 'El imperio del sol', llevada al cine por Spielberg, supuso su mayor éxito

La ficción contemporánea perdió ayer a uno de sus representantes más celebrados, el escritor J. G. Ballard, que falleció a los 78 años después de una larga enfermedad, según informó su agente, Margaret Hanbury.

Conocido por el gran público por sus obras El imperio del sol y Crash, que fueron llevadas al cine por Spielberg y Cronenberg, el legado de Ballard va mucho más allá de esas referencias. Renovó el género de la ciencia ficción, en el que se adentró rompiendo con la tradición y con las tendencias del momento y desde el que propuso una disección alucinada de la naturaleza humana, antes de evolucionar hacia un seco hiperrealismo que noqueaba al lector.

"Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en el absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética y en el intento criminal de la lógica", escribió el autor cuando la revista Science Fiction le pidió que compartiera sus convicciones personales. En ese particular credo, en el que tenían cabida tanto "la ansiedad, la psicosis y la desesperación" como "los olores corporales de la princesa Diana", Ballard exhibía una personalidad inclasificable y la misma inventiva desbordada que aparecía en sus textos.

Ballard nació en Shangai (China) el 18 de noviembre de 1930 y durante la II Guerra Mundial fue recluido en un campo de internamiento por los invasores japoneses, experiencia que recogería en El imperio del sol. Sobre su experiencia infantil durante la guerra, afirmó en una ocasión: "No diría que fui feliz, pero no tengo recuerdos desagradables del campo. Recuerdo mucha de la brutalidad arbitraria y de las palizas continuas, pero al mismo tiempo los niños podíamos jugar todo lo que quisiéramos y a todas horas".

Las situaciones de las que fue testigo en esta primera etapa de su vida marcarían su perspectiva y le servirán de inspiración para algunas de las imágenes más impactantes de su narrativa.

Ballard empezó a escribir sus primeros cuentos en 1956, cuando ya lleva años instalado en Gran Bretaña y su biografía ha registrado otros episodios significativos, como su paso por Cambridge para estudiar Medicina -carrera que no terminaría- o su ingreso en la RAF para ser piloto. En los años 60 se convierte en uno de los autores de referencia de la llamada nueva ola de la ciencia ficción inglesa. Su primera novela, El mundo sumergido, de 1962, ya recoge la catástrofe como una de sus obsesiones.

La muerte de su mujer, Mary Ballard, por una neumonía influye en esa desgarrada óptica de su entorno. En libros como La exhibición de atrocidades (1969) y Crash (1973) reflexiona sobre los nuevos paisajes, tecnológicos y deshumanizados, que se configuran en la convivencia entre hombres y mujeres.

Su ojo certero para describir las patologías de lo contemporáneo le hace ganar una legión de fieles lectores, pero es El imperio del sol, publicada a mediados de la década de los 80, el libro que le otorga un éxito internacional. Sin embargo, para los especialistas, sus relatos suponen la cima de su trayectoria. El año pasado, una exposición dedicada al autor que se programó en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona señalaba los vínculos entre tecnología y pornografía, el diagnóstico terminal de la sociedad y los ambientes oníricos como sus intereses principales.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios