Quédense con estos nombres. Del quinteto que hoy presenta Blanchard al festival de la Universidad han de salir a buen seguro algunos de los músicos de la mejor escena futura del jazz.

Un joven quinteto all stars en el que las tareas de composición parecen repartirse a partes iguales en un derroche poco común depujanza y talento. A la cabeza, un Blanchard en la mejor de las formas. Sus años dedicados principalmente a la composición de bandas sonoras (en su nómina casi todas las películas de Spike Lee) no le han restado un ápice de calidad como instrumentista. Su sonido impecable es tan delicado en las baladas como tenso y vibrante en los clímax. Es, en definitiva, puro jazz. Jazz troncal, enraizado en la mejor tradición de esta música, insuflado con convicción desde su centro, definitorio y no por ello carente de frescura. Una música tan generosa que tiende siempre a expandirse y a contaminarlo y contaminarse de todo precisa de un influjo renovador desde su tradición para seguir haciéndose más rica sin perder su originalidad. El quinteto de Blanchard está para eso.

La música que interpretaron ayer estará pronto disponible en su disco Choices, una visión esperanzada de la nueva Nueva Orleans tras los efectos del Katrina.

Brillante cierre pues para un festival por el que la Universidad sólo podrá recibir parabienes. Su excelente programación se ha transformado, como no podía ser de otro modo, en un éxito de público cada día. ¿Que en Sevilla no hay público de jazz? El año que vine más, esperamos.