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Cultura

"España era un imperio con pies de barro, la gente se moría de hambre"

  • Matilde Asensi recupera en 'Venganza en Sevilla' a la protagonista de 'Tierra firme', Catalina Solís, una mujer que adopta la identidad de un hombre para sobrevivir

En Tierra firme, la alicantina Matilde Asensi presentó a sus lectores el personaje de Catalina Solís, una mujer que como estrategia de supervivencia adoptaba una identidad masculina, la de Martín Nevares, un disfraz con el que se enfrentaba a las adversidades del Nuevo Mundo. Ahora, en Venganza en Sevilla, la segunda parte de la trilogía que prevé la autora, la heroína y su máscara regresan de las Indias para cumplir un juramento. De la mano de Asensi, el lector se desplazará así a la Sevilla del siglo XVII, a escenarios como la Cárcel Real -donde "todos los crímenes, las miserias y las desgracias" se reunían bajo un mismo techo- o el Compás de la Mancebía, burdel ubicado entre la Puerta del Arenal y la Puerta de Triana. "Un día estaba pensando en la segunda parte, y Carlos Revés, de Planeta [su editorial], me preguntó: ¿Y por qué no Sevilla? Y me di cuenta de que si tenía que ambientar la historia en algún sitio de España, ése era Sevilla, que entonces era el centro del mundo", explica la novelista. Tras la certeza del escenario, vino un largo proceso de documentación. "Siempre el proceso es el mismo: descubro una idea que me deslumbra y a partir de ahí me dedico a algo que me encanta: comprar libros. Lo leo todo y ahí se va configurando la novela, la historia va creciendo", cuenta la escritora.

¿Qué tiene el siglo XVII, plasmado en libros como los de Pérez-Reverte o los de ella, y en producciones televisivas como Águila roja, para generar esa aceptación popular de la que goza? Asensi no tarda en dar con una clave. "Creo que en los colegios no nos enseñaron bien la Historia, ni la literatura. Yo fui una buena estudiante, pero nunca conecté, por ejemplo, la picaresca con las riquezas del Nuevo Mundo", asegura, sorprendida ante "un imperio con pies de barro, donde la gente se moría de hambre".

Sobre el travestismo de su personaje, Asensi sostiene que "no era extraño en la sociedad del momento" que las mujeres se hicieran pasar por hombres. "Si miras las obras de Lope, o historias como As you like it (Como gustéis) y Don Gil de las calzas verdes, comprendes que la figura de la dama travestida para poder vivir es bastante normal". Asensi, para quien "la situación de la mujer en el siglo XVII es como la situación de la mujer en la sociedad árabe de ahora", sostiene que ya "no hay que utilizar atributos masculinos" para salir adelante, aunque, lamenta, "las mujeres tenemos que estar delgadas, guapas, trabajar más que nadie... y existe un techo de cristal que no permite que asciendas".

Los autores de novela histórica, según Asensi, también sobrellevan los prejuicios de los demás. "Mi novela es género de aventuras, algo de lo que estoy orgullosa. El problema es que en España", protesta, "a los géneros se les considera subgéneros". Lo dice alguien acostumbrado a bregar con las etiquetas. "Hace diez años, decían que la novela histórica era una moda, algo que siguen diciendo", apunta, antes de añadir que ella triunfó sin el respaldo de los medios de comunicación. "El último Catón vendió casi dos millones de ejemplares. Nadie se hizo eco de ese boom, no le hicieron ni una reseña. Si hubiese sido otro género no habría ocurrido lo mismo", opina.

Mientras sopesa algunos de los atractivos de la tercera parte -"habrá una historia de amor", anticipa-, Asensi se resiste a una posible adaptación de la serie a la gran pantalla. "De momento me he negado a vender los derechos, y voy a seguir la misma dinámica. Si la propuesta no me convence, como ha pasado hasta ahora, este libro no se llevará al cine".

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