El Primer Plan Nacional de Acción Cultural Exterior, cuyo borrador definitivo podría estar listo al final del verano, apuesta por un modelo "ágil y avanzado", que potencia "la coordinación frente a la centralización". La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, descarta así la idea de centralizar en un único órgano institucional toda la acción cultural de España en el exterior. "Seré clara. Ése no es el camino, y no lo es obviamente ni por capricho ni por inercia", adelantó ayer durante su intervención en la apertura de un seminario en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander dedicado a la acción cultural de España en el exterior, donde la acompañó el titular de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.

El plan que prepara el Gobierno incluye una planificación general de la estrategia en el exterior y después desciende a la actuación concreta sobre el terreno, "país a país", de acuerdo con una estructura flexible, pero funcional, para que cualquier acción cultural al margen de quien la protagonice quede encuadrada en la marca cultural de España. La ministra precisó que el plan, que incluirá objetivos a 20 años, traerá "grandes cambios" y desarrollará el acuerdo firmado en noviembre por los ministerios de Cultura y Asuntos Exteriores, que puso fin a un período de desencuentro protagonizado por César Antonio Molina, el antecesor de González-Sinde, quien reclamaba una coordinación "única" de la cultura española en el exterior liderada por el Ministerio de Cultura. Para diseñar este plan, el Gobierno realizó consultas a más de 300 personas, entre representantes institucionales y sectores protagonistas de la acción exterior. El informe concluye que la acción cultural exterior debe ser "una prioridad en la acción exterior de España" y que hace falta mucha más coordinación entre las instituciones públicas y privadas para poder rentabilizar el esfuerzo, evitar incoherencias y reforzar entre todos la marca "país España".